Cuando vagaba solo por los Estados de Oregon, Washington y California, en un pueblito llamado Hood River Oregon. En los trabajos temporales era nuestro recorrido de muchos mexicanos en busca de las cosechas de los árboles frutales. Y en California me uní a un grupo de paisanos que venían del centro del país mexicano, de Tlaxcala para ser exactos. Ya les perdí la pista, estoy hablando de hace muchos años. En el rancho donde trabajábamos nos tenían en la cocina una gran televisión con pantalla súper grande para mirar las telenovelas y las noticias en español, cuando de moda estaban las antenas parabólicas. Como todo mundo trabajaba y se levantaba muy temprano, todos querían recuperar el sueño yéndose a dormir temprano. Aquella vez estaba viendo las noticias esas que llegan de México a través de los satélites, creo que dicen que en *vivo*. Pero como siempre las noticias son puro circo político y propaganda sin importancia, donde los políticos viven como las comadres de vecindad, peleándose y comiendo de la misma olla. No me importaban mucho los programas y miraba la televisión sin darle importancia, lo que realmente me sabia era una cerveza y un cigarrillo que en ese momento estaba disfrutando. Cuando de repente un hombre apareció de pronto a mi lado, con la apariencia de un viejo de unos 60 o 70 años, de esos que vagan por el mundo solos y platican con toda la gente, recordando sus hazañas y sus glorias pasadas. Le invite una cerveza y dice: _!Amigo, le cambio un cigarro de los suyos por uno de los míos_!. No le tome mucha importancia pero yo creo que aquel cigarro que me cambio estaba *preparado* sabrá dios con que sustancias por que al rato empecé a alucinar de una manera extraña. A ese hombre yo nunca lo había visto pero me parecía tan familiar su forma de ser, que me hizo ponerle atención, y me dijo: ¡_Amigo, se acuerda hace como 20 años mas o menos, que los mexicanos inventaron un cohete espacial, pues déjeme contarle: _Mire, estaban tan engolosinados de su invento que no quisieron probarlo en Cabo Cañaveral Florida, _No, ellos querían calarlo en Rusia. Y pa allá volaron los pavorreales, Entre comicidad y seriedad le ponía atención, en fin que no había mas que hacer, por que a mi el insomnio me perseguía como un virus maldito. En Fin proseguía aquel hombre: Déjeme acabarle de contar, mire pues cuando llevaron el cohete inventado a Rusia, se imagina los gastos para llevar tamaño armatoste, porque tenia que ser grande pienso yo. Bueno pues, cuando sacaron los cerillos *perla* para prenderlo, ¿Qué cree? No hallaba si reírme o dejarlo hablando solo pero, somos así y sin duda y le seguí oyendo el final que ya se ponía interesante. Concluyo: Bueno cuando le quisieron prender para que ascendiera (se fuera pa arriba) _que cree?_ *se chispo*, se *sebo* pues pa que me entienda. Y dicen que los rusos de tiraban al suelo de risa, diciéndoles así a los astronautas mexicanos: _ ¡No se aventuren, no ven que ir al espacio no es cualquier cosa, ya ven lo que le paso al Challenger, les trono en el aire. Pensamos y concluimos que entubo mejor que no aiga (halla) prendido que tal si les pasa lo mismo._ Por eso dicen que los mexicanos dejaron la astronomía por la paz, y mejor se dedican a hacer *puentes* para que la droga llegue sana y salva desde Sudamérica a la Unión Americana. Es mero entretenimiento no lo tome tan en serio, corroboraba, es que lo veo tal acuitado, que me dije, _déjame contarle algo a este tipo para que deje de pensar en alguna pena que ha de tener. Pero si tiene familia ya sea esposa, hijos o un perro que le ladre, vallase con su familia y viva feliz al lado de ellos, no le pase lo que a mi. Que pudiendo ser feliz, desprecie a quien me quería.
Posted on: Mon, 22 Jul 2013 23:45:30 +0000
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