Cuento La noche era fría y estaba tan oscura que aquél - TopicsExpress



          

Cuento La noche era fría y estaba tan oscura que aquél solitario caminante no alcanzaba siquiera a verse la palma de sus heladas manos, pero aun así proseguía con espíritu férreo su resuelto caminar... ¿A dónde se dirigía? ni el mismo sabía con certeza y hubiese dado la mitad le de su vida por saber la anhelada respuesta. Hacía ya muchas horas que perdido en aquella montañosa región se había resbalado en una piedra al querer cruzar aquel riachuelo perdido en la tosca serranía. El viento frío de la montaña lastimaba sus mejillas y le hacía sentir un dolor en la pierna derecha tan lascerante que le hubiese sido tan fácil acomodarse en el áspero camino y esperar la muerte por hipotermia. Para olvidarse del peligro y quizás de la escasa posibilidad de sobreviencia que tenia, prefería mantener en su mente el recuerdo de la cariñosa esposa que le esperaba en casa junto a esa encantadora nena de escasos tres años de edad que era aparte de su hija adorada, todo el motivo para seguir caminando en las condiciones tan duras en que la vida o el descuido propio lo habían colocado. Sólo el orgullo es capaz de hacer que alguna persona pueda luchar en medio de duras situaciones como en las que se encontraba Pedro. Había perdido la cuenta de las veces que había tropezado y caido para prontamente haberse levantado y seguir con tan penoso peregrinar. Allá a lo lejos y en medio de la densa vegetación se dejó escuchar el lacónico canto de un buho y esto pareció inyectarle a Pedro nuevas esperanzas de vida. De pronto una gota proseguida de varias más empezaron a caer sobre su cansada humanidad, indicándole la probabilidad de un chubasco con todo lo que esto significaba para el de ya de por si intransitable camino. Cuando ya no sabía si seguía caminando o tan sólo estaba tirado imanginando que seguía buscando la salida a su terrible soledad... a lo lejos pudo atisbar en lo alto de una loma una mortecina luz que parecía ser una bombilla eléctrica. El corazón le empezó a latir cada vez más de prisa al igual que sus ya cansadas piernas sacando fuerzas de flaqueza imprimieron velocidad a su ajetreado paso. Con júbilo desbordante vio al acercarse a la punta de la loma que no sólo era una casa perdida en la inmensidad de la montaña, sino un pequeño caserío con todas las prerrogativas que esto significaba... de inmediato su mente imagino una improvisada cama con limpias y tibias frazadas que mitigaran su frio y cansancio. Pedro había llegado a un alto en su camino, al lugar donde por esa noche recibiría un cordial recibimiento en una casa sencilla y en una rústica mesa le sería servida una enorme taza de chocolate caliente con pan de hornaza... ¡¡¡La lucha por su vida por el amor de su familia le había salvado la vida!!! ahora estaba en lugar seguro, listo para el día siguiente proseguir la jornada con el estomago lleno y después de darse un gratificante baño.
Posted on: Wed, 03 Jul 2013 05:14:17 +0000

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