César Cansino declina ser candidato a rector de la BUAP Fuente - TopicsExpress



          

César Cansino declina ser candidato a rector de la BUAP Fuente E-Consulta Aseguró que contender en estas condiciones sería legitimar al grupo que hoy controla la Universidad. Al establecer que no hay condiciones en la máxima casa de estudios, el doctor César Cansino Ortiz, profesor-investigador de la división de postgrados de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, declinó a ser candidato a rector de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). Aseguró que contender en estas condiciones sería legitimar al grupo que hoy controla la Universidad. El doctor en Ciencia Política y Filosofía se pronunció por una reforma integral en la BUAP que rompa con las inercias autoritarias y los controles burocráticos que hoy prevalecen y asfixian a la institución. “Mientras no tengamos un debate académico serio e incluyente de todas las voces dentro de la universidad estamos condenados a repetir las lógicas perversas e interesadas que inhiben su sano desarrollo”. Aquí el comunicado que esta madrugada envió César Cansino a las redacciones de distintos medios para explicar por qué finalmente no fue postulado para la rectoría de la BUAP: “Hace un par de semanas varios colegas y estudiantes de la BUAP tuvieron a bien proponerme como posible candidato a disputar la rectoría de nuestra máxima casa de estudios en la entidad. Desde entonces, he recibido decenas de expresiones de apoyo de la comunidad universitaria de diversas Facultades, Escuelas y Preparatorias. Desde luego que para mí, catedrático-investigador desde hace más de 25 años en esta institución, sería un honor aspirar a tan alta responsabilidad para impulsar desde ahí un auténtico proyecto de renovación académica para nuestra universidad, mismo que ha brillado por su ausencia desde hace décadas. Sin embargo, después de reflexionar pormenorizadamente el asunto, he decidido declinar mi posible candidatura para disputar la rectoría, debido a las siguientes razones: “1. Como todos los universitarios sabemos, no existen en la actualidad condiciones democráticas mínimas para garantizar una contienda equitativa y propositiva. Lejos de ello, lo que existe es un grupo político que controla y manipula la universidad a su antojo. A unas semanas de la contienda todos sabemos quién ganará las elecciones internas para la rectoría y cómo ese grupo ha pactado con los actores políticos clave de la entidad para apuntalar su dominio en la universidad y mantener la rectoría en sus manos. En esas condiciones, es una percepción generalizada que el proceso electoral por la rectoría es una burda simulación encaminado a legitimar a quienes se han apoderado de la universidad. Prueba de ello son los términos de la propia convocatoria para la contienda, en la que sólo se prevé una semana de campaña, como si en un lapso tan breve y sin el apoyo del aparato burocrático de la universidad fuera posible dar a conocer a una comunidad de más de cincuenta mil universitarios un proyecto académico alternativo. “2. La democracia universitaria, además de ser una conquista de miles de universitarios que lucharon e incluso dieron su vida en el pasado para construirla, es un instrumento invaluable para oxigenar a la universidad periódicamente con nuevas propuestas y proyectos. Lejos de ello, la universidad se ha convertido en el botín de unos cuantos, en un negocio muy rentable donde lo que menos cuenta son los propios universitarios. En esas condiciones, no hay nada más antidemocrático que un “candidato de unidad”, como han sugerido las actuales autoridades. Mientras en otros ámbitos de la sociedad, el pluralismo, la competencia y el debate público se han afirmado como baluartes de la vida asociada, la BUAP parece atrapada en lógicas de concentración del poder que nos recuerdan los tiempos más oscuros del viejo régimen autoritario, cuando la aplanadora priista se imponía arbitrariamente, pasando sobre los ciudadanos. Obviamente, en esas circunstancias, contender por la rectoría de la universidad desde los márgenes lejos de representar un opción para abrir el debate universitario y poner a la consideración de la comunidad proyectos académicos alternativos, no significaría otra cosa más que legitimar al grupo político que actualmente la controla. “3. Quienes asistimos diariamente a la universidad —estudiantes, maestros y trabajadores administrativos— conocemos perfectamente las muchas carencias que la agobian, sus lógicas burocráticas perversas que asfixian la vida académica e inhiben la adecuada realización de las tareas sustantivas de nuestra casa de estudios. Por eso, no creemos en las certificaciones a modo para legitimar a las autoridades en una universidad en la que sus laboratorios carecen del instrumental más indispensable; no creemos en las obras de relumbrón, fuente de ingresos millonarios para unos cuantos, cuando la mayoría de las aulas carecen del equipo necesario para la adecuada enseñanza; no creemos en la noción de excelencia académica que nos han vendido cuando la mayoría de los maestros y trabajadores sobrevivimos con salarios de vergüenza; repudiamos el hecho de que la universidad lejos de ser un fin en sí misma se haya convertido en un negocio o un trampolín político para los grupos que la controlan. En esas condiciones, simplemente no hay espacio para la crítica constructiva ni propositiva. Lejos de ello, prevalece en nuestra comunidad una autocensura por temor a represalias. “4. Nuestra universidad tiene todo para ser la mejor del país, pero para ello hay que romper con las inercias autoritarias y los controles burocráticos que la asfixian. Mientras no tengamos un debate académico serio e incluyente de todas las voces dentro de la universidad estamos condenados a repetir las lógicas perversas e interesadas que inhiben su sano desarrollo. Por ello, los universitarios conscientes y comprometidos con nuestra casa de estudios debemos pugnar por una reforma integral de la misma. Mientras ello no ocurra, los universitarios seguiremos siendo espectadores pasivos de una élite política que actúa discrecionalmente y a nuestras espaldas. Sólo me resta agradecer a los cientos de maestros, alumnos y trabajadores administrativos que me brindaron su apoyo durante estos días. Declino a mi candidatura convencido de que hay muchas voces críticas y plurales dentro de la universidad esperando mejores condiciones que las actuales para impulsar su transformación profunda, voces que como la mía anhelan un cambio de fondo en nuestra casa de estudios para dotarla de verdaderos contenidos académicos. Con todo, debo señalar enfáticamente que las opiniones vertidas en este comunicado son estrictamente personales, o sea que las externo plenamente consciente de la posición de vulnerabilidad en la que me colocan, tomando en cuenta que la crítica es casi siempre sinónimo de insolencia para quienes hoy controlan a nuestra entrañable universidad.” “Pensar bien para vivir mejor” Dr. César Cansino
Posted on: Tue, 20 Aug 2013 12:26:23 +0000

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