¿Cómo podría repetirse el Infinito? Todo el espacio y el tiempo - TopicsExpress



          

¿Cómo podría repetirse el Infinito? Todo el espacio y el tiempo del mundo no le bastan para expresarse a sí mismo una sola vez. Dios es siempre nuevo, presentándose cada vez con la forma que necesitamos. No responde a un procedimiento fijo; no se ata a tiempo ni lugar; no acata pronósticos; no repite caminos. Dios nunca vuelve, porque siempre viene; cada vez por caminos nuevos, con rostros nuevos. Dios no copia, ni siquiera se copia a sí mismo. Puede permitirse el lujo infinito de ser perpetuamente diferente. Y nosotros, ilusos, queremos encerrarlo en una sola y única imagen, por vetusta y caduca que sea. Por eso, el segundo mandamiento dice: “No te harás imágenes”. Israel ha de ser distinto de los pueblos que lo rodean, no ha de limitar o circunscribir a Dios, no ha de conformarse con un dios que se pueda esculpir en la piedra, moldear en el barro, o pintar en las paredes de un templo. No ha de concretar a un Dios finito, del que las piedras, el barro o la pintura de las paredes sean capaces de decir quién es, o qué puede hacer. No. Israel dejará libre a su Dios para que sea lo que quiera ser (“Yo soy el que soy…”), y haga lo que quiera hacer en cada circunstancia. No aprisionará el concepto de Dios en barro cocido o piedra labrada. Hoy no se trata de imágenes de barro o piedra, oro o plata, sino otras mucho más peligrosas que aquéllas, porque son sutiles: conceptos mentales, definiciones eclesiásticas que, por limitadas en el mejor de los casos, y deformadas en los peores, se alejan de su objeto y estrechan nuestras miras. La piedad hindú tiene una bella práctica de devoción: la recitación de los mil nombres de Visnú. Porque decir que Dios tiene mil nombres es decir que no cabe en ninguno. Cada nombre trae consigo el mensaje de que representa un rasgo auténtico, pero también de que tras de él ha de venir otro nombre que lo complete, porque todo nombre es limitado, breve, finito. Cada uno de ellos afirma y niega, habla y se calla, viene y se va. Mil nombres para proteger la transcendencia de Dios. Porque si hacen falta mil nombres para definirlo, no puedo apropiarme de ninguna imagen en concreto. Las necesito todas y, por lo tanto, ninguna en particular. Pasado y futuro se funden y confunden con el presente continuo de Dios. Todo es presente en Él y, por lo tanto, siempre actual y siempre nuevo. Anclarnos obstinadamente en el pasado nos impedirá ver todo lo nuevo que tiene preparado para el presente y para el futuro. No es relativismo; es esperanza. El profeta lo tenía muy claro: “No traigáis a la memoria lo que ya pasó. No penséis en lo que sucedió hace tiempo. Mirad, ¡estoy haciendo algo nuevo, ya comienza a brotar! ¿Todavía no lo veis?” (Isaías 43, 18-19).
Posted on: Tue, 02 Jul 2013 08:22:00 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015