DARÍO Y MAXI PRESENTES A 11 años del asesinato de los - TopicsExpress



          

DARÍO Y MAXI PRESENTES A 11 años del asesinato de los compañeros en la estación de Avellaneda es obligación de esta juventud analizar las particularidades que desembocaron en las movilizaciones al puente Pueyrredon y luego ver qué cosas cambiaron (o no) en el transcurso de este tiempo. Las razones por las que ellos luchaban, los motivos por el cual continuamos la lucha hoy, son fundamentales para seguir el camino del tan ansiado cambio social. En principio se nos hace fundamental recordar a todos los compañeros caídos en la lucha popular, aquellos que combatieron ferozmente la represión estatal que buscaba a toda costa mantener un modelo neoliberal, de beneficio para las grandes multinacionales, y generador de hambre para nuestro pueblo. De esta manera fueron desaparecidos 30.000 compañeros, asesinados por luchar como Víctor Choque, Teresa Rodríguez, Aníbal Verón (y tantos otros). Pero aun así había respuesta de este lado, las grandes puebladas, los piquetes, a lo largo y lo ancho de nuestro país nos fueron iluminando el camino de la lucha contra este sistema injusto. Así llegaría el Argentinazo, ese 19 y 20 donde más de 35 compañeros murieron asesinados a manos de la policía de la burguesía, mientras que tantos otros morían abandonados en los hospitales, niños morían de hambre en todos los rincones de nuestro país, etc. Para el 2002, luego de la renuncia de De la Rua y la asunción de Duhalde, se encontraba el auge de los movimientos piqueteros en todo nuestro territorio, las coordinadoras a nivel nacional y el bloque piquetero nacional, demostrando una vez más que el pueblo organizado y en las calles hacia temblar hasta al más duro en la búsqueda de trabajo, dignidad y cambio social. En esta coyuntura, es que el 26 de junio del 2002 se realiza una movilización para cortar el acceso al puente Pueyrredón por parte de todas las organizaciones piqueteras y desde el gobierno nacional se tenía la orden directa de que esto no sucediera, a cualquier costo, es así que muchos de los policías tenían licencia para tirar a discreción con municiones de plomo a los trabajadores que reclamaban un poco de justicia social. Con el aval del presidente, del secretario general de la presidencia Aníbal Fernández, el jefe de gabinete Atanasoff y tantos otros personajes, se dio lugar a una cacería nunca antes vista desde la vuelta de la democracia. Es así que al momento de replegar ante el avance de la policía a fuerza de tiros y gases, los compañeros avanzan hacia la estación de Avellaneda, allí es donde el comisario Franchioti le dispara con su itaka a Maximiliano Kosteki que cae herido de muerte en el hall de la estación. Al instante, Darío Santillán vuelve sobre sus pasos para ayudar a su compañero sin darse cuenta que este ya estaba fallecido instante seguido aparece por la puerta de la estación el comisario que le dispara y lo deja desangrándose en el piso. A partir de ese momento empezaron todo tipo de difamaciones y mentiras, desde los medios de comunicación ocultando el asesinato cometido por los policías hasta los políticos de turno diciendo que estos dos muertos había sido una simple interna entre distintas facciones de piqueteros. Una vez más en las calles, salimos a demostrar que no fue así, que fue un plan macabro de la burguesía para frenar el auge de masas que se producía por aquel entonces. Hoy a 11 años de estos asesinatos no hemos visto que nada haya cambiado sustancialmente, el hambre continua, la miseria es desperdigada en todo el país, la precarización laboral aumenta más y más, y quizás lo más importante, las muertes de Darío y Maxi no les han enseñado nada a la burguesía que sigue asesinando al pueblo que lucha, por medio de la policía o de represión tercerizada como las patotas. Es así que los asesinatos a compañeros se siguieron sucediendo durante los gobiernos "nacionales y populares" Mariano Ferreyra, Jorge Julio López, Luciano Arruga y tantos otros han caído en busca de un mundo mejor. Hoy, quienes se quieren apropiar de las banderas de los compañeros caídos y los que dan grandes discursos sobre su política de derechos humanos, son aquellos que tienen entre su gente a Aníbal Fernández y a tantos otros detestables personajes, son los que mediante el servicio de inteligencia se infiltran en las distintas organizaciones, reflejo de ello es el proyecto X y Balbuena en la Agencia Walsh. No podemos dejar que esto se siga perpetrando. En cada lugar donde pisemos, en la Universidad en nuestro caso, como en la calle junto con el resto de los compañeros en los barrios, tenemos que revindicar las banderas que esos compañeros defendieron con sus vidas. Hoy más que nunca necesitamos ese cambio social que tanto buscamos, esa patria socialista donde cada compañero pueda conquistar su libertad y su plenitud, y enterrar de una buena vez a toda la clase enemiga que nos oprime día a día. Sabemos que sólo un gobierno de los trabajadores y el pueblo podrá revertir la situación de miseria y explotación. Por eso en Mar del Plata nuestro voto lo seguiremos poniendo en la lucha y la organización para seguir oponiéndonos activamente a toda clase de injusticia de los gobiernos municipales, provinciales y nacionales. Hoy nos encontramos nuevamente exigiendo trabajo para todos; salud, educación y vivienda; mejores sueldos y condiciones laborales; libertad, desprocesamiento y anulación de las condenas a los luchadores populares; cárcel ya a los responsables materiales y políticos de las muertes de Darío y Maxi; no al pago de la fraudulenta deuda externa que nos impusieron los ricos de afuera y de adentro de nuestro país, entre otras reivindicaciones legítimas de nuestro pueblo. Liberación Humanidades en Amaranto corriente universitaria
Posted on: Tue, 25 Jun 2013 03:13:20 +0000

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