DE RESENTIMIENTOS Y RESENTIDOS El perdón es una decisión, no un - TopicsExpress



          

DE RESENTIMIENTOS Y RESENTIDOS El perdón es una decisión, no un sentimiento, porque cuando perdonamos no sentimos más la ofensa, no sentimos más rencor. Perdona, que perdonando tendrás en paz tu alma y la tendrá el que te ofendió. (Madre Teresa de Calcuta) Somos nómadas en constante movimiento y cargamos con todas nuestras posesiones a donde vayamos. Nos guste o no, siempre llevamos equipaje; a veces más, a veces menos pesado. Alimentar el resentimiento – enojo por las injusticias que creemos haber sufrido – es un camino infalible para cargar de más y volver el paso mucho más lento y cansado. El resentimiento es un enojo petrificado que queda encerrado en una cápsula inmune al paso del tiempo. A veces sentimos rabia en el presente por cosas que nos pasaron hace 10 años. Como seguir enojado con una ex y madre de tus hijos, porque dejó de amarte y porque se enamoró de otro muy poco tiempo después de que se divorciaron. O seguir enojada con tu padre porque nunca tuvo tiempo de enseñarte a andar en bicicleta. O seguir furiosa con tu mejor amiga, porque no estuvo cerca de ti en ese momento crucial que tanto la necesitabas. Tal vez nos da por creer que si seguimos enojados, conservaremos algo de poder y nos sentiremos menos impotentes frente a lo que nos duele. Uno se aferra a su enojo pensando que si perdona, estará justificando la injusticia, la maldad, la traición, el desamor, el abandono o el maltrato. El discurso del resentido es el de la víctima, convencida de que la vida se ha ensañado con ella. El resentido se instala en la indignación y en el enojo porque está convencido de que así tendrá más poder y control. O por lo menos, esa es su creencia. Cuando alguien lleva mucho tiempo enojado con el pasado, ya no sabe cómo se ve una vida libre de rencores. La sola idea de soltarlos y de perdonar para seguir adelante, le resulta una amenaza. Muchas veces, el resentimiento es inconsciente, por lo que lo primero que habría que hacer para desmontarlo, es reconocerlo. Decir que no nos afecta ni nos importa ni nos duele esa persona que nos lastimó, se llama negación y es un mecanismo que sirve para defenderse del dolor, pero solo temporalmente. Aceptar que algo nos duele y nos enoja y cuantificar el daño que nos ha hecho no poder seguir adelante, es un proceso fundamental. Si nos vemos a nosotros mismos, quizá nos encontraremos con alguien amargado que cada vez sonríe menos. Con un padre colérico con sus hijos, que en el fondo no ha superado haber perdido su trabajo injustamente. O con una mujer que maltrata a todos a su alrededor, porque inconscientemente se ha sentido maltratada por aquellos a los que ha amado. Perdonar es una decisión-acción que casi siempre, y como en muchas otras circunstancias humanas, precede al sentimiento. Aunque no lo sienta, aunque la rabia me inunde, puedo decidir perdonar y generalmente después de un tiempo, termino sintiendo el perdón como una emoción genuina. Si esperamos a que el rencor, el enojo y la tristeza que nos produce el resentimiento amainen solos, podríamos pasarnos toda la vida esperando. Aquello a lo que más atención ponemos delinea nuestra identidad y reconfigura nuestra mente. Eso en lo que ponemos el foco, eso en lo que elegimos pasar horas irremplazables de vida define quiénes somos y hacia dónde nos dirigimos. El impacto de tener la mente contaminada y saturada por cuentas pendientes del pasado, nos quita el espacio necesario para enfocarnos en el presente y en el futuro, en los sueños y en las cosas buenas que también nos están pasando. Hay resentimientos de varios tamaños. Y hay quien a todo le da tratamiento indiscriminado de tragedia. Hay a quien le produce el mismo rencor e indignación que la suegra le haya dicho que no sabe alimentar bien a sus hijos, que el jefe que lo corrió, que el capitalismo salvaje que tiene al país sumido en la pobreza. El resentimiento nos quita, en pocas palabras, recursos emocionales y mentales para enfrentar otros asuntos que sí requieren de nuestra atención y energía. Somos nómadas. Cargamos con nuestra mochila a donde quiera que vayamos. No carguemos en exceso, sino solo lo necesario. El viaje, seguramente, será mucho más ligero y placentero.
Posted on: Fri, 09 Aug 2013 16:37:30 +0000

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