DECLARO TESTIGO DEL FUSILAMIENTO DE UNO DE LOS GUERRILLEROS - TopicsExpress



          

DECLARO TESTIGO DEL FUSILAMIENTO DE UNO DE LOS GUERRILLEROS Masacre de Capilla del Rosario El testimonio del comisario Méndez complicó a los militares Nicolás Méndez atestiguó que vio cuando uno de los guerrilleros del ERP trataba de huir y era ultimado con disparos y granadas. Los imputados Carrizo Salvadores y Nakagama escuchan los testimonios. En horas de la mañana de ayer, se reanudó la audiencia que se lleva a cabo en el tribunal Oral Federal de Catamarca, en relación a la denominada Masacre de Capilla del Rosario, donde 16 integrantes del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) fueron abatidos a manos del Ejército Argentino. Si bien los testimonios más esperados de la jornada eran los de los ex integrantes del ERP, Juan Carlos Durdos, Rodolfo Giardino, Pablo Ramón Videla y Mario Miguel Paz, una vez que reanudó la audiencia, a las 15.30, prestó su testimonio el comisario Nicolás Méndez, quien aseguró que el día de los hechos se hizo presente en el lugar, escuchó al menos dos ráfagas de ametralladoras y fue testigo visual del homicidio de dos de los integrantes del ejército subversivo. Según relató Méndez, llegó al lugar de los hechos y logró escuchar las ráfagas de las ametralladoras, estando encargado él posteriormente de trasladar los cadáveres “aún calientes y blandos” de los abatidos. De acuerdo con sus declaraciones, pudo ver en determinado momento que uno de los guerrilleros intentaba escapar. “Hasta la cima estaba lleno de uniformados y alguien vio por el lecho del río pedregoso que alguien se fugaba hacia la dirección de la Capilla y comenzaron a dispararle y le tiraron varias granadas. Una de ellas le cayó justo al lado, haciendo que el cuerpo se eleve y vuelva a caer “, aseguró Méndez. “No trataron de capturarlo ni hacerlo que se rinda, sólo dispararon”, aseveró. Asimismo, en una de las partes más emotivas de su relato, el comisario dijo que en el momento en que transportaba los cuerpos, notó que uno de ellos estaba aún con vida. El ex director del Servicio Penitenciario indicó así que un joven del ERP lo empujó, logrando con este movimiento que cayera sobre los cadáveres que estaban siendo movidos, e intentó quitarle su Ithaca a un sargento, pero este accionar fue rápidamente advertido por los militares que tomaban parte del operativo, y uno de éstos “le sacó la pistola y le pegó un tiro en la cabeza con una .45. Yo estaba a un metro y aún tengo pesadillas sobre lo que pasó ese día. Vi cómo le salía la masa encefálica”, aseguró. Jovencitos Méndez, asimismo, destacó que siendo él una persona joven e inexperta en muchos aspectos, hubo algunas circunstancias que tocaron su sensibilidad, como la juventud de los muchachos que formaban parte del ERP. “Muchos eran chicos jovencitos, de apenas 18 años, con la barbita recién naciendo. Eso me causó impresión”, recordó en referencia a los cuerpos sin vida de los guerrilleros abatidos. También el policía expresó que no pudo discernir el origen de las órdenes por las cuales se regían los militares. “Yo no escuché ninguna orden”, dijo. No estuvieron ahí Hay que remarcar que antes del testimonio de Nicolás Méndez, hicieron lo propio los ex integrantes del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y de la Compañía de Monte Ramón Rosa Giménez: Rodolfo Giardino, Juan Carlos Durdos y Pablo Ramón Videla y Mario Miguel Paz, quienes no estuvieron en Capilla del Rosario el día de la masacre. Es que los dos primeros, según relataron en su pormenorizado testimonio, tomaron parte del enfrentamiento ocurrido la noche anterior a los fusilamientos y habiendo varios heridos entre las filas del ERP, la orden de “Hernández”, quien era el líder al que respondían, fue de llevar a uno de los heridos más graves para que reciba asistencia médica. Una vez que el herido fue dejado en una vivienda, Durdos y Giardino se dirigieron a la terminal de ómnibus de la Capital, tratando de escapar hacia Córdoba o Buenos Aires, pero fueron detenidos por efectivos policiales antes de poder concretar el escape. Durdos detalló que en un principio estuvo detenido en las instalaciones de lo que denominó “la central” de la policía, ubicada en Tucumán y Chacabuco, circunstancia que no le fue comunicada a sus familiares, sino hasta varios días después. Los integrantes del ERP estuvieron en la cárcel de Rawson hasta 1984, cuando recién recuperaron la libertad. Por su parte, una suerte similar es la que corrieron Paz y Videla, quienes llegaron con sus compañeros a Capilla del Rosario, pero fueron enviados por Hernández en búsqueda de provisiones y medicamentos a Piedra Blanca. Éstos terminaron detenidos en una panadería de esa localidad, luego de pedir grandes cantidades de fiambre y pan, cuando la almacenera observó que uno de ellos llevaba consigo una bala, lo que la hizo llamar a la policía. El próximo 19 de agosto se concretará una segunda inspección ocular y la próxima audiencia se llevará a cabo el 26 del corriente mes. Eran 17 Méndez aseguró también que estuvo encargado del conteo de los cadáveres, llegando a contar 17 cadáveres el día de los hechos. De todas formas, aseguró que “al otro día faltaba uno, por lo que estimo que hay uno más que debe haber estado con vida y pudo haberse escapado”. Cocaína, armas y mucho dinero En una parte de su testimonio, Méndez aseguró que tuvo conocimiento de que los jóvenes del ERP que fueron apresados y encerrados posteriormente en la división de Investigaciones de la Policía tuvieron que ser “atados” durante el encierro, para que no se autolesionen, “porque sufrían de síndrome de abstinencia y se mostraban nerviosos y agresivos” en todo momento. Al ser consultado en detalle sobre estas circunstancias, el testigo dijo que los jóvenes habrían sido adictos a la cocaína, porque cuando llegó al lugar donde fueron ultimados pudo observar con sus propios ojos la existencia de “grandes cantidades de cocaína... cerca de medio kilo”, precisó. “También me llamó la atención que había mucho dinero y una gran cantidad de municiones y armamento”, llamándole poderosamente la atención ver allí una ametralladora Halcón, lo que nunca había tenido oportunidad de hacer. “Nosotros teníamos por ese entonces las PAN 1, no ese tipo de tecnología”, puntualizó. A su vez, el comisario Méndez aseguró que pudo ver grandes cantidades de dinero, que iba siendo tomado por los soldados comunes que llegaban hasta el lugar. Cuando se le consultó el destino de estos elementos, contestó, simplemente, desconocerlo, ya que los efectivos policiales no tomaron parte del operativo posterior a los hechos relatados. Fuente: Diario El Esquiu
Posted on: Tue, 06 Aug 2013 14:34:22 +0000

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