DEL PRIMER BESO ¿Quién no recuerda su primer beso? Tanto hombres - TopicsExpress



          

DEL PRIMER BESO ¿Quién no recuerda su primer beso? Tanto hombres como mujeres lo recordamos con anhelo, con deseo tal vez de prolongarlo por horas y horas, con ganas de que nunca hubiera tenido fin. Cuando nuestros labios inexpertos se deslizan torpes y temerosos en los labios del ser amado, cerrados al principio, abriéndose poco a poco, con timidez, para probar el sabor de esa boca que tantos “te quiero” nos ha regalado previamente. Le conocía de casi toda la vida, la primera vez que le ví hasta me cayó mal, de figura obesa y descolorida, cabello castaño claro y esa sonrisa medio torpe, andábamos por los quince, soy mayor seis días, recuerdo que me siguió por las canchas un buen rato sin dejar de observarme con esos ojos claros y esa sonrisa estúpida que me causaba incomodidad y molestia… casi no nos veíamos por ese entonces, pero una de aquellas, se decidió a abordarme y a platicarme no sé cuantas tonterías de las cosas que le gustaba hacer, cosas de bebés, pensé yo y me alejé en cuanto pude, con una falsa promesa de acudir a la fiesta de cumpleaños de su abuela. ¡Claro que no iba a ir! Pasó el tiempo cuatro años tal vez y por fin nos volvimos a ver, de dulces labios rojos, de figura esbelta y alta, esa sonrisa ya no lucía estúpida, sino agradable, su cabello castaño ya no parecía desparpajado, sino bien cuidado y de buen tamaño, en su bicicleta y yo… en la baba. ¡Por Dios que seguía en la baba! Tras alguien que no me correspondía por mirarme justo como un tonto de sonrisa estúpida, flaco como la “i” y vaya si me acompañó muchas veces, en su bicicleta por las canchas a buscar a mi amor imposible, sin darme cuenta que yo era en ese momento justo eso, su amor imposible. Hasta que una noche, en tono molesto, me dijo que no me acompañaría mas a buscar a mi amor platónico, diciéndome que yo estaba loco, que buscaba a alguien que en la vida me iba a hacer caso y que no me daba cuenta que tenía el amor justo a un lado mío. ¿Y qué creen? Seguí sin entender. Había notado que algunos amigos en cuanto llegaba yo, se despedían al despiste y se iban, quedándonos a solas nosotros, pero ninguna señal me llegaba… aun. Dejé de ir a las canchas por un par de días y de repente le vi entrando al lugar donde yo trabajaba… quedaba lejísimos de su casa y solo fue con el pretexto de comprar cualquier tontería, “¿Por qué no has ido a las canchas?” me preguntó: “te hemos extrañado… ve hoy, vamos a jugar un rato” me dijo al despedirse y fui, ¡Vaya si fui! Los amigos, como siempre, se despidieron y se hicieron invisibles casi en cuanto que llegué y nosotros nos la pasamos paseando en bicicleta toda la tarde, alrededor de las canchas. Cuando el sol se metió, nos sentamos en aquella piedra grande a ver salir la luna, platicando de todo y de nada… cantando alguna canción y contándonos chistes… cuando le dije que ya me iría a mi casa, me preguntó si iba a ir el día siguiente, al contestarle “no sé” se acercó con decisión a mi y me dijo casi al oído: “voy a darte una razón para que mañana vuelvas” y diciendo esto, se pegó a mis labios, ese beso torpe e ingenuo me marcó de por vida… ambos a labios cerrados, sin embargo, sin poder dejar de sentir su sangre correr a todo galope a través de ellos… sin despegarme, solo abrí un poco para probar su humedad y así estuvimos, tal vez segundos, sin embargo, todo era tan maravilloso y tan perfecto. Al abrir los ojos fue para verle saltar y reir a carcajadas “tus labios saben a azuquítar” me decía feliz. Había prometido darme una razón para volver y cumplió, porque volví no solo al día siguiente, sino por un lapso de seis meses que fueron deliciosos… maravillosos a su lado. De paseos en bicicleta, de juegos de pelota, de tardes de pláticas y sonrisas, fueron seis meses que nunca olvidaré. He tenido amores profundos y bellos, otros algo tormentosos, pero como el primer amor, ninguno. Puedo decir como dice esa canción que compuse muchos años después de nuestra ruptura: Salía por las tardes con los amigos para tontear y el sol sonreía cuando por fin te miraba pasar en tu bicicleta, de dulce sonrisa y yo sin saber, que así como yo, tú ibas solo para beber de ingenuo amor que había nacido y a la par aun no sabíamos cómo poderlo expresar.
Posted on: Thu, 04 Jul 2013 01:17:15 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015