DISCURSO DE DESPEDIDA DE LA IGLESIA DE ARMUNIA (LEON) 2007. Este es un día triste para mí y para mi hogar. Hoy es el día en el cual me despido de todos vosotros como pastor de la iglesia. Han sido casi 18 meses, en los cuales hemos andado juntos una parte del trayecto. Hemos llorado y reído juntos. Juntos hemos recibido noticias agradables y tristes y después de este tiempo entre vosotros me toca el despedirme. Quiero dar las gracias a los ministerios, pues mientras estuve aquí como pastor entre uds. Nunca ninguno de ellos me fue obstáculo o tropiezo para ejercer mi labor; al revés, note la libertad que me concedían diariamente. A todos ellos: gracias. Gracias a mis Hnos. ancianos, por la paciencia que han tenido conmigo diariamente. Gracias a cada hno y hna, que ha aguantado estoicamente mis meteduras de pata y errores, siempre con una sonrisa de amistad y comprensión. Mi visión siempre fue esta: administrar la gracia de Dios en medio de su iglesia a través de la palabra y la administración. No me fue posible ser duro y recto con las ovejas, cuando Dios tenia tantas muestras de paciencia conmigo en mi vivir diario. No podía condenar a nadie viendo como la misericordia de Dios me llenaba a mí diariamente. Es por esto, que siempre quise veros como podría haberlo hecho Jesús mismo: lleno de compasión. Seguramente no lo conseguí, pero ese fue mi objetivo: ser amable, tener una palabra de ánimo para todos, y sobre todo una sonrisa en mi rostro. Siempre procure sonreír cuando me contaban problemas, para mostrar comprensión y quitar importancia a las cosas que tan grandes nos parecen y tanto nos asustan. Siempre tuve en mi visión el bien de la iglesia; esa era la meta de mi administración diaria. Hacer bien a las personas y que fueran a sus casas con paz y bendición en el corazón. Quise dar confianza a la gente, incluso a aquellos de los cuales sabia que no lograría nada, pues creo que estamos a falta de personas que crean en las personas, a pesar de sus fallos, pues solo así estas crecerán y serán mas maduras. Si a alguien hice mal el tiempo que aquí estuve, les pido perdón y disculpas a todos ellos. No conseguí muchas cosas, y las que conseguí, lo conseguí a medias, pero si de algo me glorío es de esto: Nunca hubo doblez en mi corazón. Nunca tuve mala intención. Sino lo hice mejor es porque no pude o no supe. Un abrazo y un beso, ya no de un pastor, sino de un amigo. Dios os bendiga.
Posted on: Mon, 29 Jul 2013 09:30:45 +0000
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