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DIÁLOGO CON UN LIBERTARIO, XAVIER ARAIZA, Y SU CARTA ABIERTA A OCTAVIO PAZ DE 1993 (“Carta abierta a Octavio Paz”, por Xavier Araiza, Monterrey, 1993, reeditada en 2012 y leída por mí en este octubre de 2013.) Debate en buen tono y con ideas centrales con Octavio Paz y la realidad cultural nacional y mundial de los 90. Escribe desde una izquierda moderna crítica y lúcida, no arcaica, no estalinista, no estatólatra, tampoco ligera de cascos. Es un izquierdista libertario que enfila todas sus baterías contra “las aguas heladas del cálculo egoísta” (Merx-Engels, Manifiesto comunista) del capitalismo neoliberal que vivimos, y así se define a sí mismo: “No soy un francotirador que se cree apolítico. No: me defino socialista, democrático, libertario, aderezado con yerbas anarquistas, condimentos iconoclastas y sabrosas salsas humorísticas. En suma: soy un libertario…” Pienso en Enrique González Rojo, 85 años, vivo y pensando. De pronto la carta larga se dispara sobre la Familia Tec de Monterrey, el uso y abuso de la imagen de las celebridades, lo que Kundera llama la imagología de los medios, que no es otra cosa que el culto al personaje, “grandes especialistas en el arte de la beatificación y momificación”, fenómeno que acaba por impedir la lectura real de la obra verdadera del personaje en cuestión: llámese Octavio Paz, Che Guevara, Zapata, Villa, los Kennedy, Pelé, Maradona. Y luego salta al Coloquio de Invierno y la polémica Vuelta-Nexos, así como la pelea entre Fuentes y Krauze, apenas aludida. Xavier Araiza le reprocha tres cosas fundamentales a Octavio Paz: englobar a todas las izquierdas en un mazacote acrítico fácil de masticar (izquierda fanática estalinista sin crítica al socialismo real), su crítica periférica o superficial al capitalismo neoliberal triunfante y triunfalista, y su demasiada cercanía con el Dueño y el Príncipe. Le escribe a Carlos Fuentes: “En el fondo (la disputa entre Nexos y Vuelta) no es más que pleito de familia, una muestra clara de que los intelectuales mexicanos no se mueven con la libertad necesaria para enfrentar al Dueño y al Príncipe”, es decir, al Estado, los empresarios, Televisa, etc. Son tres críticas necesarias, entre otras, en la obra de Octavio Paz. Es cierto, no se puede englobar a todas las izquierdas en un mazacote fácil de vapulear y tirar a la basura, como igual hoy en día hacen algunos hipercríticos finos con la izquierda emocional fanática mexicana, que no es toda la izquierda. ¿Por qué no dialogar y discutir al tiempo con la izquierda más lúcida y crítica, que existe tanto en tiempos de Paz como en tiempos de Krauze, a la vez de arrojar el ácido de la crítica sobre la izquierda panfletaria y acelerada? Pero, ojo amigo Xavier con X, como el otro Xavier: tampoco puede hacerse un mazacote con los pacianos más lúcidos que tienen sin duda una obra propia y valiosa, interesante y discutible en el mejor sentido: Gabriel Zaid, Enrique Krauze, Guillermo Sheridan, Adolfo Castañón, Fernando García Ramírez… Octavio Paz fue un gran crítico del Estado mexicano y del Estado burocrático y totalitario. Tal vez no hizo lo mismo suficientemente en sus ensayos con el capitalismo neoliberal y el Estado democrático burgués. Nadie puede hacerlo todo y quizá toque a otros hacer la crítica de raíz del capitalismo cibernético de nuestros días. Pero algo dijo Paz sobre el mercado, centro del mundo neoliberal: --El mercado es un mecanismo que crea, simultáneamente, zonas de abundancia y de pobreza. Con la misma indiferencia reparte bienes de consumo y la miseria. --El mercado es el promotor de los cambios y las innovaciones técnicas; también es el rey del despilfarro. (…) Gran engañifa del mercado, servidor de la nada, rival de Satanás. --El mercado no se detiene nunca y cubre la tierra con gigantescas pirámides de basura y desperdicios; envenena los ríos y los lagos; vuelve desiertos las selvas; saquea las cimas de los montes y las entrañas del planeta; corrompe el aire, la tierra y el agua; amenaza la vida de los hombres y la de los animales y las plantas. Pero el mercado no es una ley natural ni divina: es un mecanismo inventado por los hombres. Como todos los mecanismos es ciego: no sabe a dónde va, su misión es girar sin fin… --Como en el caso de los nacionalismos, no propongo la supresión del mercado: el remedio sería peor que la enfermedad. El mercado es necesario; es el corazón de la actividad económica y es uno de los motores de la historia. (…) La idea de la libertad absoluta del mercado es un mito. (…) Necesitamos encontrar métodos que humanicen el mercado; de lo contrario, nos devorará y devorará al planeta. --La civilización de la libertad nos ha convertido en una manada de borregos. Pero borregos que son también lobos. Uno de los rasgos en verdad desoladores de nuestra sociedad es la uniformidad de las conciencias, los gustos y las ideas, unida al culto a un individualismo egoísta y desenfrenado. (Octavio Paz, Itinerario, México, FCE, 1993, pp. 119-123). Por último, seguramente Octavio Paz no siempre supo guardar las distancias críticas con el Príncipe (allí está por caso su cercanía y su equivocación crítica con el gobierno de Carlos Salinas) y quizá tampoco con los Dueños del Capital, Azcárragas y Slims, banqueros y trasnacionales. Así lo dijo alguna vez Hugo Gutiérrez Vega, hombre de gran cultura y actual director de La Jornada Semanal: --Hace poco hablé con Octavio Paz, y él insistía en la necesidad de que se mantuviera distancia respecto al príncipe, y yo creo que he mantenido esa distancia en algunos aspectos, no en todos; pero creo que el problema de Octavio y de otros intelectuales es que no han mantenido la necesaria distancia respecto al banquero del príncipe, porque a veces el banquero es más exigente que el mismo príncipe. --Pues los empresarios en este país a veces son peores que el gobierno, por ejemplo, Televisa es peor que el gobierno federal. (Entrevista de Germán Espino, El Nuevo Amanecer de Querétaro, Querétaro, 16-XII-96, pp. 1 y 9). Amigo Xavier Araiza, el libertario: allí están las obras vivas y discutibles de Octavio Paz, Enrique Krauze, Gabriel Zaid… Quizá faltan las otras más hacia la izquierda, más libertarias y más críticas de raíz del capitalismo del siglo XXI. Marx y Engels así veían a la clase en el poder del capitalismo del XIX: --Dondequiera que ha conquistado el poder, la burguesía ha destruido las relaciones feudales, patriarcales, idílicas. (…) Ha ahogado el sagrado éxtasis del fervor religioso, el entusiasmo caballeresco y el sentimentalismo del pequeño burgués en las aguas heladas del cálculo egoísta. Ha hecho de la dignidad personal un simple valor de cambio. ¿En nuestros días van aliadas la alta burguesía capitalista, la clase política en el poder y la clase religiosa de las Iglesias dominantes? En suma, nos toca hacer la crítica de raíz del capitalismo cibernético de nuestro siglo. Sin dejar de hacer la crítica a nuestra propia casa de las izquierdas. Pienso en Roger Bartra y en Luis González de Alba. Y ahora, en Xavier Araiza. JULIO FIGUEROA Qro. Qro., martes 8-X-2013. juliofime@hotmail / dialogoqueretano.mx
Posted on: Tue, 08 Oct 2013 18:12:42 +0000

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