DON JUAN, CANÓNIGO DE LA COLEGIAL Con fecha 10 de abril de 1956, - TopicsExpress



          

DON JUAN, CANÓNIGO DE LA COLEGIAL Con fecha 10 de abril de 1956, el Padre Torres Silva invita a toda la ciudad de Jerez a la toma de posesión como nuevo canónigo de la Colegial nombrado por el Ecxmo. y Rvdmo. Sr. Arzobispo A. A. de Sevilla, previa presentación de Su Excelencia el Jefe del Estado en la Real e Insigne Iglesia Colegial de Jerez de la Frontera, dicho acto tendrá lugar a las once de la mañana. Dicho nombramiento ha sido recibido por el fallecimiento del capitular Don Teodoro Sánchez Rodríguez. Don Juan, una vez que ha conocido dicho nombramiento se traslada a Sevilla con el fin de recibir la celación de dicha prevende, de manos del Vicario General del Arzobispado. Huelga consignar la satisfacción con que será acogida en su pueblo natal de Bollullos de la Mitación y en la ciudad de Jerez la noticia de tan merecida distinción de que ha sido objeto este sacerdote ejemplar que con tantas simpatías cuenta. En el Correo de Andalucía por estos días y firmado por las iniciales M.B.C. apareció un artículo que decía así: Sea nuestra felicitación al Excmo. y Rvdo. Señor Don José María Bueno Monreal, arzobispo A. A. de la Archidiócesis. Ha sido un acierto más nombrar para canónigo de la Santa Real e I. Iglesia Colegial al M. I. Señor Don Juan Torres Silva. El nuevo capitular se ha conquistado nombres populares; El Padre Torres, el director del Oratorio. Su nombre es gloria del clero secular. No vamos a entrar en la labor apostólica desarrollada fuera de la ciudad, en bendita hora llegada. Por prensa y particulares ha hecho resonarse su nombre como evangelizador y sacerdote lleno de verdadero espíritu sacerdotal. Toda la ciudad lo bendice y toda ella ha participado de sus trabajos y sacrificio. El sacerdote que abarca todas las facetas espirituales. Escritor, que a todos les agrada, compositor, cato catequista, predicador y organizador. Sus escritos han sido bien recibidos hasta lejanas tierras, su palabra escuchada por todos los componentes de bodegas, fábricas, colegios... no solo en ejercicios espirituales sino en conferencias. Su piedad bien conocida; Aquellos Vía Crucis en tiempos tormentosos de la República que hacía consecutivamente en todos los templos de la ciudad. El Santo Trísagio, por él instituido y en la actualidad por él sostenido. De su desprendimiento, nada hay que decir. Es verdadero discípulo de Jesús, jamás se le ha oído una palabra de interés. En muchísimos casos le ha costado el dinero. La providencia nunca falta a los que trabajan en la viña del Señor, Jerez está de enhorabuena. Había peligro que dadas las aptitudes del nuevo prebendado, su apostolado pasase a otra diócesis. No es fácil encontrar una mina espiritual como la de este sacerdote. Nuestro amadísimo prelado ha sabido premiar los méritos de los que es conocido en todos los barrios y estimado por todas las clases sociales, desde el desvalido hasta de los que viven en palacios. La Colegiata está de enhorabuena. Forma parte del Iltmo. Cabildo un nuevo canónigo, que su voz se hará oír, porque, lector, es mucho cerebro, mucho corazón, mucho... Pon lo que quieras, lector, que Don Juan lo realiza, el hombre de Dios todo lo consigue, porque su obra es grata a Dios. “Bendito el Excmo. Señor Arzobispo que lo ha nombrado y vendita la ciudad que debe nombrarle hijo predilecto. Cuatro días más tarde, el 14 de abril, en la Colegial el Padre Torres Silva toma posesión de su conongia, actuando de padrino en la ceremonia Don Álvaro de Domecq y Romero. En la nave central tomaron asientos numerosos invitados entre los que se encontraba el alcalde y párroco de Bollullos de la Mitación, su pueblo natal, el alcalde de Jerez Don Álvaro Domecq Diez, el arcipreste de las iglesias de la ciudad Doctor Don Francisco Corona Humanes; Tenientes de alcalde Don Antonio Chacón Sánchez, Don Enrique Bilaube Núñez, Conde de Peralejo y Don Antonio Cuadrado; concejales Don Ramón García Pelayo, Don Manuel González de la Peña y Reyes, y Don León Martínez; subdelegado de hacienda Don Antonio Cervera Herrero; capitán de la policía armada y de tráfico Don José María Prado; párrocos de San Marcos Don Cristóbal Escriba Oliva, de San Mateo Don José Perea Limón; y Don Ángel Pérez Rodríguez de Benacazón, Don Manuel Calero de Cazalla, Don José Rincón Perea de Bollullos de la Mitación, Don Esteban Rodríguez de Coria del Río, representaciones de todas las ordenes religiosas, así como de la congregación y antiguos alumnos salesianos; de las Hermandades y Cofradías de Gloria y Penitencia “entre ellas la de las Angustias en pleno” de la que el Padre Torres Silva es director espiritual y Hermano Mayor Honorífico. Entre otros invitados se encontraban en el coro, Don Juan Pedro de Domecq y Diez, Don José Manuel Domecq y Rivero, Don Fernando de la Cuadra, Don Luis Romero Palomo, Don Juan de Mata López de Meneses, Don Manuel Gómez Soler, Don Ángel González de la Peña y Reyes, Don Luis Fernández, Don Francisco Rodríguez Romero, Don Benito Asenjo Calderón y una representación del diario Ayer, así como familiares del mismo y representaciones de distintos pueblos de la provincia de Sevilla, y la nota simpática de una numerosa representación de alumnos del Oratorio Festivo Domingo Savio, obra predilecta de Don Juan, así como de la Congregación Salesiana tan querida del nuevo canónigo. En la sala Capitular se congregó el Cabildo, avisado el nuevo canónigo por el secretario de la corporación penetra en la misma, ante la presencia del Presidente del Cabildo, el Muy Ilustre Señor Abad Don Pedro Riaño Campo y de los Capitulares señores Becerra, Ortiz Zamudio, Benítez Grondona, Gonzalo Cuevas y Romero Coloma, hace la protestación de fe, jurando observar los Estatutos y tradiciones laudables. A continuación acompañado del padrino eclesiástico y del secretario del Cabildo señores Becerra y González Cuevas, llegan al altar Mayor donde está el padrino, el joven Álvaro Domecq y Romero. Leída por el secretario señor Don Albino Gonzalo Cuevas el acta del nombramiento, tomó posesión del altar, coro y silla coral, entonando un salmo, continuando el órgano desgranando alegres notas por un niño del Oratorio. El señor secretario declaró ser válida, arrojándose monedas en señal de quieta y pacifica posesión. Después, el nuevo prebendado en sentidísimas frases con la elocuencia que le caracteriza, dio las más expresivas gracias al Arzobispo, a S.E. el Jefe del Estado, Cabildo, a los señores Don Álvaro Domecq y señora e hijo que actuó de padrino en nombre de sus caritativos padres, Clero Secular y Regular, Colegios y Hermandades y Cofradías, y de modo especial a los pueblos de Benacazón, Bollullos de la Mitación, que con sus familiares habían venido para regocijarse en este día de alegría por una parte y de pena por los seres queridísimo en la eternidad. Seguidamente las autoridades e invitados al acto, pasaron a la sala de canónigos donde fueron espléndidamente obsequiados por el padrino Don Álvaro de Domecq y Romero, recibiendo el Padre Torres Silva asesor religioso de la Asociación de la Prensa, numerosas felicitaciones de todos los asistentes, que ponen de manifiesto el afecto de la ciudad entera. Aprovechando la venida al acto de familiares y representación de Bollullos de la Mitación, marchó unos días a su pueblo natal a descansar, regresando de nuevo a Jerez, el día 21 de abril. A partir de estos momentos todo Jerez se volcó con Don Juan Torres Silva, los homenajes y felicitaciones se hicieron casi continuos, cosa que a Don Juan Torres no le hacía especial gracia, aunque como él decía, todo sea por alabanza a Dios nuestro Señor. A reseñar, que, el primer homenaje recibido fue, el de su Hermandad de las Angustias por su nombramiento como canónigo celebrándose una Misa rezada y Salve cantada, ante el paso de la Santísima Virgen. José Montoto, en el Correo de Andalucía, le dedicó una de sus famosas “Pajaritas de papel”, bajo el título de “Por eso me alegro”, que decía así: “Los hombres, con todos nuestros defectos, tenemos algo de bueno: amor a la justicia. Por ello, cuando vemos premiado aquel que lo merece y que es humilde y bueno, sentimos un gran gozo. Así me ha sucedido en el caso de Don Juan Torres Silva. ¿No sabes tu quien es? Hace ya algunos años hube de presentártelo. Le preguntaba yo en aquel artículo. ¿De que barro le hicieron, Padre Torres?. Porque, indudablemente, aunque a todos los hombres nos formasen de barro, no es todo el barro igual. Hay hombres que parecen hechos de la más fina arcilla. Unos son egoístas, los otros, espirituales y generosos. Por eso cuando le conocí, y cuando me admiró con su humildad sencilla, con aquella ingenua virtud y la infantilidad de su mirar y de su sonreír, yo, en una “Pajarita”, hube de preguntarle: ¿De que tierra está usted hecho, Padre Torres?. No es posible – seguía - que sea del barro basto de que estoy echo yo. Dios tiene alguna arcilla finísima y suave con la que, cuando Él quiere, modela a unos hombres superiores y de una calidad muy extremada. Usted no es. Padre Torres, somos el común de los hombres. Usted es de una arcilla que es, con respecto al barro, como el cedro respecto al chopo o al pino del país”. ¿Porqué decía entonces tales cosas? Por la razón de haberlo conocido. Porque es que este varón tiene una chifladura que no se suele sino de los santos, como José de Calasanz, como Juan Bosco, él sintiese atraído por la niñez, y como ellos, a niñez dedicó sus afanes. En Orihuela primero, en Jerez después, fundó unos Oratorios Festivos en los que han encontrado formación y enseñanza muchísimos chiquillos, al correr de los años trabaja sin descanso, acopia medios de ingeniosos modos, y vive solo para la santa obra redentora. Y siendo esta tan grande y tan perfecta, lo que más le admiré fue su humildad, yo fui testigo de la inauguración del de Jerez, acto aquel en el que el Padre Torres fue el último de los espectadores. No ama la vanagloria este varón de Dios, que lleva en su mirada, en su sonrisa, en todo su semblante, el sello de esa apacibilidad de conciencia que del todo se han entregado a Dios. Acaso pienses tú, lector querido, que cuando yo hablo así es porque tengo con el Padre Torres una gran amistad, y no es así, por cierto, es decir, si lo es, porque para sentir amistad entrañable hasta un cambio de impresiones. Pero en otro sentido no lo es, y no lo es, porque todo mi trato con este alma de Dios ha consistido en una “Multa” (multa le llama él a sus solicitudes de limosna) que me echó cierto día, por medio de una carta, a mi asistencia al acto de la inauguración porque ésta (porque ésta coincidió con un viaje mío a Jerez) y en un encuentro casual en tren, cuando, cierta mañana recorría los vagones haciendo propaganda de su obra. Así, pues, no hay en mis razones que me obliguen al elogio. Claro es que existe una razón de peso: la razón aludida en las primeras líneas, la de amor a la justicia, la del gozo que nos produce ver exaltado al bueno y al humilde. Gozo éste que inundó mi corazón cuando supe que el Padre Torres Silva había sido nombrado canónigo de la Colegiata de Jerez. Y no porque la canonjía suponga un ascenso sobre el beneficio que ya venía gozando, sino porque era un premio merecido, es decir, no, un acto de justicia. Por eso me alegro. UNA CALLE PARA DON JUAN En junio de 1956 el Excelentísimo Ayuntamiento de la ciudad de Jerez acordó dar el nombre de Padre Torres Silva a la calle Lanuza, en el Mundo Nuevo, tuvo lugar dicho cumplimiento adoptado por el Ayuntamiento, el día cuatro de enero del año nuevo de 1957 a la una y media de la tarde. El solemne acto de descubrir el nuevo rotulo estuvieron presentes autoridades y personalidades invitadas, una representación del Ayuntamiento de Bollullos de la Mitación. Y en los alrededores también se encontraban antiguos alumnos salesianos y oratorianos, representaciones de casa salesianas de Cádiz, Sevilla, Rota y San José del Valle, guardián del Real convento de San Francisco Rvdo. Padre Fray Francisco Juárez, hermanos de San Juan de Dios, Don José Pérez Luna, Don Patricio Diez y una representación muy nutrida del pueblo de Benacazón, en el que el Padre Torres Silva cuenta con grandes afectos. Don Álvaro Domecq y Diez, alcalde de Jerez, descorrió la cortinilla que cubría la lápida en la que aparecía la siguiente inscripción: “Padre Torres Silva Por dedicación de la ciudad y acuerdo plenario el 26-6-1956, en homenaje a su benemérita labor sacerdotal”. Se dio lectura a continuación al acuerdo capitular que decía así: El Excmo. Ayuntamiento en Pleno, en sesión celebrada el día 22 de junio del pasado año, aprobó expuesto de la Instrucción Pública, que decía lo siguiente: De todos es conocida la magnífica labor desarrollada del Muy Rvdo. Padre Don Juan Torres Silva, que culminó en la construcción y fundación en esta ciudad del Oratorio Festivo “Domingo Savio”, situado en el populoso barrio de San Miguel en el lugar conocido por el Mundo Nuevo. Con el fin de que generaciones futuras recuerden a tan gran benefactor de la clase humilde, esta comisión se permite proponer a V.E. se rotule con el nombre de “Padre Torres Silva” la calle que en la actualidad se denomina Lanuza. En virtud de ello, se dirigió escrito al Excelentísimo Señor Ministro de la Gobernación, solicitando el cambio de nombre, según dispone el vigente Reglamento de Organización, Funcionamiento y Régimen Jurídico de las Corporaciones Locales, habiéndose recibido del Excelentísimo Señor Gobernador Civil de la provincia, el escrito siguiente: El Iltmo. Sr. Director General de Administración Local, me dice lo siguiente: “Recibido en este documento el oficio de V.E. de fecha 14 del pasado mes de septiembre acompañando instancia documentada suscrita por el Alcalde del Ayuntamiento de Jerez de la Frontera, de esa provincia, solicitando autorización para dar a la calle Lanuza, el nombre de “Padre Torres Silva”, de dicha localidad; Esta Dirección General en cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 306 del vigente Reglamento de Organización, Funcionamiento y Régimen Jurídico de las Corporaciones Locales, ha acordado conceder la autorización de referencia y particípalo a V.E. para su conocimiento y el del Ayuntamiento interesado”. Tras el acto oficial, usó de la palabra el Alcalde para expresar su satisfacción por el acto que se celebraba, ensalzando la admirable obra realizada por el Padre Torres Silva, describiendo con detalles anecdóticos la gestión realizada por este sacerdote ejemplar al que sin duda alguna, ayudó la Divina Providencia, en la realización de su gigantesca empresa de dotar a Jerez de este magnífico establecimiento salesiano para educar a los niños pobres de la ciudad y que Jerez hoy agradece, perpetuando su memoria. Una vez oídas las palabras del Señor Alcalde, el Padre Torres Silva con su natural gracejo muy emocionado, y llevado por su natural modestia, expresó su gratitud al Alcalde y al pueblo de Jerez, expresando la pena que sentía por no ver completada su obra con la ampliación del Oratorio que debiera tener su puerta principal en la calle que ahora lleva su nombre gracias a la caridad de los jerezanos. Terminó diciendo que el acto de hoy quedará grabado en su alma, pidiendo a Dios Nuestro Señor en sus oraciones por el pueblo de Jerez, al que se considera tan vinculado después de 28 años de permanencia en él. Los aplausos entusiastas de la concurrencia prendieron las sencillas y emocionadas palabras del Padre Torres Silva, pasando todos después al Oratorio para hacer honor a unas copas de Jerez. Para el Padre Torres Silva, su obsesión era, que, su madre reposase ya definitivamente en el lugar que él mismo había elegido para cuando Dios le llamase, y era delante al Altar de la Santísima Virgen, en la capilla del Oratorio, y así fue, como, el día 8 de mayo de 1957, se trasladaron los restos de su madre, con motivo de dicho traslado Don Juan Torres Silva, escribió: “Por eso mis buenos lectores, me van a perdonar si en el presente número, con motivo del traslado de sus restos mortales a la capilla del Oratorio Festivo de nuestra ciudad, dedico a la memoria de muy buena madre, unas palabras que tengan el doble fin de ser un desahogo natural, sentidísimo, sincero, profundo, y una lección para tantos hijos, chicos y mayores, que habiéndose enfriado en su amor a Dios, han perdido también su cariño para con los padres que les dieron su ser.” DIRECTOR HONORARIO DEL DIARIO “AYER” En este acto tuvo lugar el emotivo nombramiento de Director Honorario del “Diario Ayer” al Padre Juan Torres Silva, que agradeció emocionadamente la distinción que le hacía la prensa jerezana, por la que siente tanto cariño. DON JUAN, DIRECTOR ESPIRITUAL DE LA HERMANDAD DE LAS ANGUSTIAS Hacía algún tiempo que la Hermandad de Ntra. Sra. de las Angustias de Jerez de la Frontera, deseaba que Don Juan fuese su Director Espiritual, pero para ello había que esperar a que en Junta General Ordinaria le nombrara, así que, el domingo día 13 de abril de 1958 por unanimidad de todos los miembros fue nombrado Director Espiritual. Por ello, la Hermandad, días más tarde envía una atenta carta al Sr. Obispo que decía así: Excmo. y Rvdo. Sr. En nombre de la Junta de Gobierno de esta Antigua y Venerable Hermandad, tengo el honor de solicitar a V.E. Rvdma. se digne, si a bien lo tiene, aprobar el nombramiento de Director Espiritual de nuestra Cofradía al Muy Ilustre Sr. D. Juan Torres Silva, Canónigo de la S.R. e I.I. Colegial y Prioste Honorario de esta Hermandad. Es gracia que espera de V.E. Rvdma. Cuya vida guarde Dios muchos años. Jerez, 27 de Mayo de 1958 Por la Junta de Gobierno VºBº: El Secretario. El Prioste. A vuelta de correo, el Señor Obispo Vicario, como reconocimiento a su labor afectiva, al igual que en otros muchos aspectos de su gran tarea apostólica, aprueba el nombramiento de Don Juan Torres Silva como Director Espiritual de dicha Hermandad. La actividad de apostolado de nuestro sacerdote no cesaba, el 16 de mayo de 1958, la gran familia salesiana celebró en un ambiente familiar y sencillo la fiesta del “Día de la Unión” en el Oratorio Festivo. Se inició el programa de actos a las nueve y media de la mañana en la preciosa capilla con misa de comunión, seguida de un espléndido desayuno a los oratorianos, terminado este, se desarrolló un amplio programa de juegos deportivos. Aparte del religioso, fue sin duda el acto más destacado de la jornada, el celebrado a la una de la tarde en el amplio patio del magnífico edificio, consistente en un justo y merecido homenaje a Don Juan, siéndole impuesta, en emotiva ceremonia la insignia de oro de la organización salesiana. El acto se inició con la intervención del Rvdo. Padre Inspector de la Bética para mostrar su complacencia por asistir al acto, en el que se premiaba una obra de justicia para corresponder a la Congregación. Hubo después una feliz intervención del Director del Instituto Nacional de Enseñanza Media “Padre Luis Coloma” y Presidente de la Academia jerezana de San Dionisio Iltmo. Señor Don José Cádiz Salvatierra, quien pronunció un elocuente discurso para hacer en oportunísimas frases, una semblanza de Don Juan, terminando con un piadoso recuerdo a la memoria de su madre. A continuación el Secretario General Sr. Lora, dio a conocer después, el acuerdo de la Federación Nacional, concediendo la máxima distinción de “Antigua Alumno” al Padre Torres Silva, seguidamente el Presidente del referido Consejo, Don Felipe Martínez, tras una palabras de elogio a Don Juan, procedió a imponerle el preciado distintivo, subrayado con un abrazo entre los aplausos entusiastas de los asistentes. Momentos después, Don Juan, en términos sencillos y con emoción, pronunció unas palabras de gratitud y llevado de su natural modestia, expuso la sugerencia de ofrenda del distintivo que se le ofrecía, al Antiguo Desconocido, ya que todos ellos, llevan en el amor y el afecto a la Congregación Salesiana. Terminó haciendo notar la coincidencia de que su investidura de canónigo le vino en el día de su difunta madre y que este acto de hoy se celebraba precisamente en el día del aniversario de su muerte, por lo que rogó una oración por su alma. Los allí congregados, aceptaron complacidos la invitación de Don Juan, y se trasladaron seguidamente a la capilla, donde reposan sus restos, donde se rezó un responso, seguido de un Padrenuestro por el alma de su llorada madre. Cuantos asistieron a este cariñoso homenaje, se reunieron después, en fraternal almuerzo, celebrado en salón teatro del Oratorio. Los tiempos corren y para Don Juan Torres Silva, también, y obtiene el indulto de jubilación, por llevar cuarenta años de servicio en las Cátedras de Orihuela y Badajóz y últimamente en la Colegiata de Jerez, así que el día 28 de julio de 1958, pasa, pues, a la categoría de jubilado para gozar de un merecido descanso, pues que esta gracia de indultos lo releva de sus obligaciones como canónigo del Ilustrísimo Cabildo, pero conservando todos los derechos del cargo. No tiene el mismo sentido y premio la jubilación y retiro. Este se le da a millones de ciudadanos al cumplir la edad reglamentaria en los civil o militar. A los eclesiásticos, aunque lleve setenta años, en el ejercicio del cargo, solo a canónigos y beneficiados. Los beneméritos sacerdotes si no tienen ahorros pasan a Casa de Beneficencia. La Providencia ha deparado al Muy Ilustre Señor Don Juan Torres Silva el premio a la jubilación con todos los derechos de canónigo, sin levantamiento de los cargos de la prebenda. La vida sacerdotal del Padre Torres Silva llena páginas que honra al clero y a la ciudad, pocos sacerdotes destacan con él en distintas facetas de su vida: es escritor, compositor, organista, cantor y director de banda. Como orador apóstol es testigo las bodegas, centros comerciales, escuelas y campiña donde no haya resonado su voz apostólica, como todos los púlpitos de la ciudad. Decir jubilación del Padre Torres Silva, no quiere decir dejación a estas obras del Señor, él continuará su celo sacerdotal, para eso se ordenó y morirá con el mismo pensamiento, cercano al calor del Sagrario. Su desprendimiento en la voz de los pobres continuará, tiene salud, de pies, no corre como los niños, pero lo que no anda en un día lo hará en una semana. Don Juan tiene, aún energías para nuevos laureles, y al igual que sus antecesores de la Colegiata, primer templo de la ciudad, desea dejar inmortalizado su nombre, se trata de Dios y a Dios hay que corresponderle con obras. DON JUAN, CONSEJERO Tanto era las ganas de vivir, de ser útil a la sociedad que a pesar de estar jubilado, el Excmo. y Rvdmo. Señor Cardenal Arzobispo de la Diócesis se acuerda de él y el día 3 de mayo de 1959, le designa consejero eclesiástico de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Jerez, en sustitución del canónigo magistral Doctor Martí Razo, que cesaba en esa residencia. DON JUAN, VIAJERO Los salesianos de Orihuela le invitaron a la bendición e inauguración de la nueva iglesia del Oratorio Festivo de San Miguel fundado por él mismo hacía cuarenta y dos años, así que, emprendió la marcha hacia Orihuela el día 28 de abril de 1960, lleno de nostalgia e ilusión por ver de nuevo aquella su primera “Obra”. En dicha ceremonia estuvo presente el Obispo de la Diócesis, quien en un momento de su alocución, destacó la labor emprendida hacía tantos años por el Padre Torres. En el mes de julio de este mismo año, se desplaza a Umbrete (Sevilla) para asistir al sepelio de su gran amigo el Muy Ilustre Canónigo Señor Don Domingo Linares, fallecido a la edad de 94 años de edad. Un mes más tarde viaja de nuevo, esta vez a Benacazón (Sevilla), con el fin de pasar unos días con familiares y a la vez asistir a la feria y a los actos en honor a la Virgen de la Nieves, patrona de la localidad. No era suyo el dinero, ciertamente, porque él nunca tuvo un céntimo. Pero la obra era suya, porque nació de sus iniciativas y trabajos, de su gran incesante trajinar en pos de los niños, porque en Don Juan, siempre se vieron reproducidas las ansias y el amor a la niñez de dos santos excelsos; San José de Calasanz y San Juan Bosco. Fue realmente exultante el ver con cuanto entusiasmo Don Juan, que, por aquellos entonces ya era consejero, acude acompañado del director del Oratorio el Rvdo. Padre Don Adolfo Nogueira a la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Jerez, el 1 de noviembre de 1961, porque el Sr. Alcalde con motivo de conmemorarse el XXXVI aniversario del “Día del Ahorro”, le va hacer entrega de los donativos y premios concedidos por dicho organismo, consistentes en un montante de diez mil pesetas, donativos que irían dirigidos al Oratorio Festivo, para atenciones de los talleres de aprendizaje instalados en dicho centro. Corre el mes de agosto de 1961, y una grata noticia para todos corre por los mentideros de la ciudad de Jerez, al Padre Torres Silva, lo van a nombrar “Hijo Adoptivo”. El 4 de septiembre, Don Juan asiste en Espartinas (Sevilla) a una corrida de toros invitado por los miembros de la Hermandad de Nuestra Señora de Loreto, donde torea el joven novillero Antonio Ruiz, el cual hizo ofrenda a la Virgen de un magnífico capote de paseo que ganó tan brillantemente en la novillada celebrada en el Puerto de Santa+ María el día 20 de agosto pasado. Antonio Ruiz recibió la felicitación unánime de los componentes de la Hermandad y cuantos asistieron al simpático acto, brindándose al final, con unas copas de “Jerez”, por los últimos triunfos del destacado novillero. Pasaron los días, y aquel rumor existente en la ciudad hacía aproximadamente un mes, había tomado visos de realidad, y el día 13 de septiembre de 1961, el Ayuntamiento hace entrega del citado título a Don Juan Torres Silva.
Posted on: Tue, 02 Jul 2013 10:24:17 +0000

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