DRABLES CHANTAS DE 18 Y LOS TITANES. WARNINGS: YAOI CON COMIDA, HUASOS BRUTOS. JeanMarco y EruRi. 1. Mikasa, con un clavel rojo en el pelo, la camisa blanquita llena de volantes y encaje y la falda de plato negra haciéndole juego con el pelo, apoyada en una mesita se hacía la tonta mientras tomaba chicha a sorbitos. Jean pensó que puta que se veía linda y que la quería puro invitar a bailar, zapatearle un poquito y corretearla, demostrarle que era un hombre con las espuelas bien puestas. No como ese weón cola del Eren, que ajeno a la mirada de su amiga encumbraba volantines con el Armin, otro maricón más. “Jean, no seai weón, invítala a bailar. Si igual está aburria’ y te dice que si” Le dijo Marquito siempre elocuente. Vestido como los chilotes andaba con un anticucho a medio comer en la mano. “¿Y que pasa si bailo como el oyo? En una de esas la piso po’…” “No te preocupí, si igual las minas son las que llevan la cuestión. La medialuna y la vuelta, tú la corretiai’ no más, así esa cuestión con el pañuelo…” “Es que igual no se bailar…” “Cosa diferente po’, si querí igual yo te puedo enseñar a bailar” Jean le dedicó a su amigo una profunda mirada de entendimiento, la sonrisa cómplice, el sonido de la guitarra y el arpa llenaron nuevamente el lugar. Marco lo sacó a paseo. ______________________ 2. Sobre la parrilla se quemaba lentamente la carne, chirreando y dispersando un olor que le estaba abriendo el apetito a toda la legión. Erwin, vestido informal con una polera de algodón blanca y jeans claros, seguía siendo demasiado guapo para este mundo incluso con un delantal manchado con sazón y tomate. Rivaille sentado un poco más allá miraba directamente al fuego, impaciente. Y directamente a los brazos de Erwin dándole la vuelta a la carne con el tenedor, el brillo del fuego reflejado en los ojos azules del comandante. Se relamió los labios, tomó un sorbo de roncola. “Tienes hambre Rivaille” Preguntó Erwin divertido, dejando la carne de lado por un momento para sentarse el lado del sargento. Asintió mientras apuraba el último trago del vaso. “Igual le falta a la carne, pero los choripanes yo creo que ya están listos. Si querís te preparo uno, con pebrecito y todo” “Ya” Los choripanes de Erwin son los mejores. Rivaille lo sabe y lo observa mientras toma el pan tibiecito y lo abre con cuidado, como toma la longaniza y la mete con gentileza, la cucharita de greda con la cantidad justa de pebre chorrendo delicioso las orillas crujientes de la marraqueta. “Toma” Erwin le sonríe. Le da la primera mordida y al sabor le hace tiritar los parpados. Otra mascada y su hambre por fin se contenta, puta que está bueno. La boca de Rivaille se abre más y le da otro mordisco suave al trocito de carne caliente y jugosa, el pebre se le chorrea por los labios, y cuando se mete el último mordisco de pancito ensalzado se pasa la lengua por la comisura de los labios. Erwin suspira. “Parece que estaba bueno” Rivaille también suspira. “Igual me dan ganas de seguir comiendo” Le dice con las mejillas arreboladas, el roncola por la sangre y la sangre hirviéndole con la parrilla tan cerca.
Posted on: Wed, 18 Sep 2013 23:29:44 +0000
Trending Topics
Recently Viewed Topics
© 2015