DUCHA ESCOCESA: CALIENTE Y FRÍA A unas horas de la eliminación de la ciudad de Madrid como sedé olímpica del año 2020, que lo intentaba por tercera vez consecutiva, sorprende la forma como ha sido apeada: en la primera ronda de votaciones y partiendo como favorita frente a Estambul y Tokio. Lo cierto es que los Juegos Olímpicos suponen cada cuatro años un acontecimiento de enorme transcendencia a escala mundial en el que se mueven ingentes intereses económicos e importantes dosis de prestigio que por lo general colocan a la ciudad en la vía de la modernidad. De ahí la pugna entre ciudades y países para que los Juegos Olímpicos se celebren en su suelo. Sin embargo choca que el procedimiento de votación sea el del voto secreto, lo que impide sacar conclusiones sobre el comportamiento del votomy poder corregir opciones futuras. En mi opinión el voto de los miembros del COI debería ser público y razonado. Con ello desaparecerían los atisbos de desconfianza que existen en la actualidad y que concede un gran poder a una alegre y jovial panda de viajeros impenitentes alrededor del mundo en transporte de primera clase, estancias en hoteles de lujo y comidas en 5 tenedores. Las ciudades que deciden concursar se juegan mucho, de ahí la ineludible necesidad de garantizar la transparencia del proceso. Es probable, tratando de buscar justificaciones al sentido del voto del COI, que el increíble endeudamiento de la ciudad de Madrid, el más alto de las ciudades españolas, no haya favorecido el voto positivo; o que los recortes a las becas a los deportistas, tampoco hayan tenido una buena acogida; o la pertinente crisis económica y su incidencia en el mercado laboral que juntó a los continuados casos de corrupción que cada dos por tres aparecen en los medios españoles y también extranjeros con el consiguiente deterioro de la imagen en el exterior de España. Por ultimo y no menos importante es la incidencia que los escandalos de dopaje y la "0peracion Puerto" hayan podido tener. Con todo lo que ha puesto de manifiesto el sucedido es el tremendo despiste en que se hallaban sumidas el Comité Olímpico Español y los responsables públicos. A tenor de lo visto la delegación española contaba y aseguraba tener un número de votos suficientes para resolver la votación. En qué se basaban para tal afirmación. Hemos ido de sobrados y lo que es peor se nos ha notado. Peor aún , hemos aplicado durante los dos años transcurridos una estrategia equivocada. Ahora sabemos que no vende la austeridad, que la insistencia en enseñar por tres veces y quince años instalaciones que estaban pero que no del todo, han terminado obsoletas sin haberse inaugurado. Buen ejemplo es el estadio olímpico de la Peineta. Hemos sabido que les importa más la fortaleza económica que los juegos puedan favorecer la activación de zonas en crisis, aunque esa ciudad declare tener ya, a 7 años vista, el 80% de las infraestructuras. Con todo lo que me ha parecido más imperdonable es el chute de optimismo injustificado que se ha metido a la sociedad madrileña y española. Si se sabía la verdadera situación y se ha procedido con estrategia de ganador, malo; y si el análisis había concluido en la buena situación de la candidatura, peor. Un país serio no puede levantar esta polvareda y someter a la sociedad a una ducha escocesa en la que se alterné el agua caliente con el agua fría. No es serió y tiempo ha habido para calibrar todos los pro y los contra.
Posted on: Sun, 08 Sep 2013 18:34:20 +0000
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