Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo. ARQUÍMEDES. - TopicsExpress



          

Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo. ARQUÍMEDES. Para que todo sistema de palanca funcione deben haber tres elementos: una vara rígida, un punto de apoyo y una fuerza. En realidad, para que la mayoría de las cosas funcionen deben conjugar siempre tres elementos. Por ejemplo para que haya fuego para el asado, debe haber un combustible (leña), un comburente (oxígeno) y una fuente de calor. Quiero contarles cómo es que encontré un punto de apoyo espiritual que me permitió moverme y salir del estado de estancamiento que tenía. Corría principios del año 2002 y ya hacía poco más de año y medio que yo había perdido ese punto de apoyo que, en conjunto, te dan: el trabajo, el matrimonio y la familia. Pasaba por la vida sin saber dónde estaba el Norte, dónde la derecha o si la semana avanzaba de lunes a domingo o en sentido contrario. Una persona allegada a mí, conocedor de mi estado anímico, me puso en contacto con una señora de nombre Irma. Durante los dos meses y medio que mantuve contacto semanal con ella, estuve en la creencia que era una parapsicóloga. La última vez que charlé con ella me hizo dos grandes revelaciones: Que era una representante de Dios de la iglesia evangélica y que esa era la última vez que nos veíamos. Esa misma tarde le comenté que tenía un gran deseo en mi corazón de radicarme en la ciudad de San Luis. Por toda respuesta me dijo que me iría muy bien en esa ciudad y que todo lo que necesitara lo pidiera en nombre de Jesús. En esos momentos de mi vida, que alguien me dijera que era un representante de Dios o que era Bin Laden, me daba lo mismo. Demás está decir que no le creí en absoluto todo lo que me dijo pero resulta que tres días más tarde estaba viajando a San Luis. Durante los 7 años que viví allí viajé repetidamente a San Juan pero nunca volví a ver a Irma. Hablé un par de veces por teléfono con ella pero, efectivamente, nunca más la volví a ver. Luego me enteré que se trasladó al vecino país de Chile. El mismo día que llegué a San Luis y luego de estar más de 8 horas buscando alojamiento me acordé del consejo de Irma y con todo desparpajo y sin un grado de Fe, le pedí a Jesús que me solucionara el tema alojamiento. Antes de una hora obtuve la respuesta. Al quinto día y con la intención de encontrar trabajo le pedí a Jesús que me pusiera en el camino correcto pero no le aclaré que era con respecto a encontrar trabajo. ¿En qué camino me puso Jesús? En la antesala de la más grande experiencia con Dios que pude haber vivido hasta este momento. A la semana ya estaba concurriendo a una iglesia evangélica pentecostal. A partir de ese momento se comenzaron a abrir puertas (oportunidades) que nunca se me habría ocurrido que se podían abrir. Los hermanos de la iglesia me trataban como si me conocieran de toda la vida. Yo comencé a cambiar mi forma de pensar, mi forma de hablar y volví a confiar en las personas. Yo venía de un traspié sentimental y desde aquel momento desconfiaba hasta de mi propia sombra. Aprendí que el Si era Si y no un tal vez… quizás… en una de esas… El si era si y el no era no. No había medias tintas. Cuando comprobé que volvía a ver en colores y no en blanco y negro hasta antes de ingresar a la iglesia, varias veces me reproché de no haberlos conocido antes. Me reproché no haber buscado a Dios muchos años antes. ¡Cuántos sinsabores me podría haber evitado! Pero las cosas se habían dado así y así había que aceptarlas. Había encontrado ese punto de apoyo (JESUS) que por mucho tiempo había estado buscando recorriendo caminos equivocados. Pero las preguntas seguían latente en mí. ¿Por qué no me enteré antes que Dios te transforma de esa manera? ¿Dónde habían estado esos hombres y mujeres de Dios los cuales habían sido usados por Él para que se produjera en mí ese cambio? Esas preguntas y muchas más por el estilo se instalaban en mí cuando algún miembro de la congregación me preguntaba si lo conocía a Anacondia, o a Dante Gebel, o a Billy Grahamm, a Rony Chavez, como a otros más. Todos grandes hombres de Dios, predicadores del Evangelio, sanadores, adoradores, etc. etc. En estos tiempos, julio de 2013, a cinco años de haberme alejado de la congregación de los santos pero no de Dios, encuentro esas respuestas. Muchas veces escuché desde diferentes púlpitos que Dios ya no iba a hablar dentro del templo. Que la iglesia (nosotros) deberíamos buscarlo afuera del templo, que había llegado la hora de salir de esas cuatro paredes y buscar que Dios nos hablara fuera de ese espacio físico. Sabemos que Dios está en todas partes pero se hace presente ante quien lo busca. Pero para buscarlo primero debes saber que Dios todo lo perdona, que su amor por nosotros es incondicional, que la sangre de Jesús te lava de todo pecado y que el Espíritu Santo te revela toda verdad. Pero para buscarlo, alguien te debe enseñar qué y cómo hacer para buscarlo. Ahí encaja ese mensaje de que Dios ya no va hablar más dentro de las cuatro paredes del templo. En estos cinco años de ausencia a la Casa de Dios, he comprobado que la iglesia sigue dentro del templo. No sale a la calle a anunciar las Nuevas Buenas (Evangelio). Si quiero escuchar alguna alabanza, debo sintonizar una radio cristiana, si quiero leer algo de Dios fuera de la Biblia, debo buscar algún diario o publicación cristiana. Actualmente muchas iglesias evangélicas tienen su sitio web donde publicitan sus actividades y los mensajes de sus pastores y líderes. Está bien que se utilice la web y que haya medios de comunicación cristianos. Me parece fantástico. Pero es siempre lo mismo. ¿Quiénes escuchan o leen esas publicaciones? Los cristianos que conocemos de su existencia y sabemos dónde buscarlos. Pero el resto de la gente no los lee ni los escucha porque no saben que existen. Eso es seguir estando dentro de las cuatro paredes del templo. Si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma irá a la montaña. En su descreimiento por todo lo espiritual, el filósofo inglés Sir Francis Bacon (1561-1626), acuñó esta frase en detrimento de lo que es la Fe. En contraposición a Sir Bacon y 1500 años antes, Jesús, sabedor de que la Fe mueve montañas, iba o se quedaba donde sirviera al propósito de Dios. Él aceptó la invitación del fariseo (Lc 7:36) porque tendría la oportunidad de dar dos lecciones: una al fariseo sobre hospitalidad y la otra, el perdón a la mujer pecadora. Cuando se sienta a la mesa del recaudador de impuestos (Mt 9:9-13) su enseñanza es que Él va donde sabe que encontrará pecadores dispuestos al arrepentimiento. No fue a la casa del oficial romano porque la fe del centurión le bastó para realizar el milagro (Lc 7:1-10). Jesús iba donde le necesitaban. O se quedaba, como se quedó al lado del pozo sabiendo que llegaría la samaritana (Jn 46). Jesús sabía dónde ir o dónde quedarse. ¿Por qué lo sabía? Porque el canal comunicacional con el Padre (la oración) estaba bien aceitado. ¿Estará orando lo suficiente el pueblo cristiano para saber qué dirección tomar? Durante el año 2005 fui partícipe de un movimiento evangelístico promovido por la Asociación Evangelística Billy Graham llamado PROYECTO MI ESPERANZA. El proyecto consistió en la emisión de un filme conteniendo un mensaje de alto contenido espiritual. Se usaron muchos canales de televisión de los llamados seculares. Eso es salir de las cuatro paredes del templo. Si bien, proyectos de esa índole son carísimos, hay otros métodos que no lo son. Si todas las cosas, visibles e invisibles, que están en los cielos y en la tierra en Él subsisten (Col 1:16-17) quiere decir que todo lo que está puesto sobre la tierra es de Cristo nuestro Señor. ¿Cómo usarlas sin que aparezca la figura legal “avasallamiento”? Buscando las estrategias correctas por medio de la oración correcta. Pero que podemos usar los medios de comunicación seculares, no les quepa la menor duda, los podemos usar. Demás está decir que en varias comunidades los medios de prensa locales hacen referencias sobre el accionar de las iglesias evangélicas. Pero en todos esos comentarios siempre prevalece la opinión de periodistas que por única consigna es opinar desde un ángulo de descreimiento total de todo lo que tenga que ver con lo espiritual. Ellos (los periodistas) quieren ver para creer y no se les enseña que deben creer para poder ver. “Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha delante de mi….” (Ez. 22:30) Esto va dirigido a los innumerables periodistas miembros de iglesias evangélicas que trabajan en medios de comunicación masiva. Por vergüenza o porque están amenazados, la gran mayoría no abre la boca para divulgar “La Palabra de Dios”. Hace algunos años el profeta Rony Chávez dijo: “Si quieres ver algo que nunca viste en tu vida, debes hacer algo que nunca hiciste en tu vida”. Algo que nunca se ha hecho, o se hace en una mínima expresión, es ganar los medios de comunicación seculares. Dante Gebel llenó varios estadios de fútbol, Luis Palau llenó varias veces la Av. 9 de Julio frente al Obelisco y en muchísimos lugares más alrededor del mundo, Billy Grahamm aumentó las audiencias de varios canales de TV en varios países sudamericanos, pero esas actividades no alcanzan. El cojo que usa un bastón o una muleta para poder caminar, siempre se le verá caminar defectuosamente. Pero el punto de apoyo que representa el sacrificio de Jesús, de morir en la cruz para salvación de todos nosotros, te hace perder todo vestigio de renguera. El último sacrificio con derramamiento de sangre fue la muerte de Nuestro Señor Jesucristo en la Cruz del Calvario. Nunca más pidió sacrificio alguno. No te pide que camines hasta la Basílica de Luján, tampoco te pide que subas de rodillas las escalinatas de la Difunta Correa, ni que le reces al árbol donde fue ultimado el Gauchito Gil. Solo te pide que creas en Él para que no te pierdas y tengas vida eterna. (Jn. 3:16) En definitiva, el Padre (herramienta), el Hijo (punto de apoyo) y el Espíritu Santo (fuerza) son los elementos que se necesitan para mover el mundo. Y ese mundo está puertas afuera de los templos. Cumplamos con el mandamiento que nos dejó Jesús: Id y haced discípulos a todas las naciones… (Mt.28:19). NOTA: Este escrito lo publiqué hace un par de años. Y el tema que lo repito es porque hoy 11-07-13 me pasó algo semejante al momento de llegar a San Luis. Fue solo pensar que Dios me diera una solución al problema y la solución vino de lo alto en forma casi inmediata.
Posted on: Fri, 12 Jul 2013 03:35:25 +0000

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