De Alfonso Gutierrez Millan Articulo de hoy en La Tarde Jueves 05 de Septiembre de 2013 - 02:01 AM Pereira ¿nunca falla? ¡Demasiado como cumpleaños, demasiado poco como sesquicentenario! Muchísimo espectáculo, bastante prosopopeya y ninguna obra importante: he aquí el programa ejecutado para celebrar los 150 años de Pereira. Y no se trata solo del desastre inacabado de la calle 19, llamada precisamente ¡De los fundadores! Sino de referirnos a la ausencia de grandes ideas sobre el futuro de la ciudad o a la falta de visión geopolítica y estratégica que atravesamos: en suma, estamos abocados a una verdadera crisis en materia de direccionamiento, tanto político como cívico. Es innegable que durante el siglo XX se sucedieron varias generaciones que dieron norte y sentido a nuestro terruño. El grupo de “los cívicos”, integrado por varones como Alfonso Jaramillo Gutiérrez, Manuel Mejía, Gonzalo Vallejo o los hermanos Valencia Arboleda, construyó y mantuvo por décadas una cuidadosa visión de lo que debería ser la ciudad en el concierto regional y nacional; con la cual logramos sortear la enconada competencia de ciertos territorios vecinos, y al final obtuvimos plena independencia administrativa. A esto se agrega una dirigencia política que tuvo el acierto de no obstaculizar la ejecución del planeamiento estratégico de “los cívicos”. Después vino la llamada “generación del 70”, integrada por personajes como Rodrigo Rivera, Juan Guillermo Ángel o César Gaviria, quienes insuflaron nuevos ímpetus a la ciudad y portaron su divisa en la presidencia de las dos cámaras, para situarla al final en el solio de Bolívar. A los cuales debe sumarse la brillante gestión de ciertos contemporáneos en el sector privado, como Carlos Arturo Ángel Arango o Luis Carlos Villegas. Más allá de tan excelentes desarrollos, existen hoy muchísimos interrogantes sobre las metas que la ciudad debe proponerse para llegar con mejores resultados a su segundo centenario. Por ejemplo, es un hecho lamentable que nuestro alcalde carezca de lineamientos positivos sobre la mejor forma de invertir los dineros provenientes de la antigua empresa telefónica. Y no conocemos mayores iniciativas del sector privado a este respecto. Se percibe pues en la actual dirigencia, tanto pública como privada, una clarísima ausencia de criterios estratégicos sobre los asuntos más importantes de la administración ciudadana. No existen metas geopolíticas, carecemos de objetivos concretos sobre nuestro desarrollo urbanístico y no se ha sometido a pública discusión el indispensable proyecto para un nuevo POT. En resumidas cuentas, salvo ciertos políticos, los demás mortales carecemos de perspectivas confiables sobre lo que será nuestro futuro como habitantes de Pereira: una ciudad que era admirada en el concierto nacional por la claridad conceptual de sus capas dirigentes. Para salir del actual marasmo geopolítico deberíamos hacer claridad sobre aspectos tan cruciales como definir si seremos meros apéndices de los inversionistas paisas o extranjeros. Si estamos en capacidad de encabezar una verdadera alianza estratégica con Armenia y Manizales; o si nos quedan arrestos para proyectar nuestra influencia hacia el pacífico, incluyendo la aventura de construir nuevos puertos. Entonces sí haríamos honor a esa magnífica consigna de José Carlos Ángel, en el sentido de que “Pereira nunca falla”.
Posted on: Wed, 11 Sep 2013 00:21:57 +0000