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De los pocos episodios de los 4 Evangelios (3) (Aplicación de las bodas de Caná a la Eucaristía) Cap. 2,1-11 Evangelio de San Juan Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: "No tienen vino". Jesús le respondió: "Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía". Pero su madre dijo a los sirvientes: "Hagan todo lo que él les diga". Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una. Jesús dijo a los sirvientes: "Llenen de agua estas tinajas". Y las llenaron hasta el borde. "Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete". Así lo hicieron. El encargado probó el agua cambiada en vino y como ignoraba su origen, aunque lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua, llamó al esposo y le dijo: "Siempre se sirve primero el buen vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en cambio, has guardado el buen vino hasta este momento". Este fue el primero de los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y sus discípulos creyeron en él. Cap. 12,7 Libro del Éxodo Luego tomarán la sangre y untarán las dos jambas y el dintel de las casas donde lo coman. Cap. 2,9 Primera Carta de Pedro Ustedes, en cambio, son una raza elegida, un sacerdocio real, una nación santa, un pueblo adquirido para anunciar las maravillas de aquel que los llamó de las tinieblas a su admirable luz Dice Jesús: “…Las bodas de Caná, desde hace 20 siglos dan la ocasión a los maestros del espíritu para predicar la santidad del matrimonio cumplido con la gracia de Dios, para predicar el poder de las plegarias de María, su enseñanza en la obediencia: ‘Haced lo que Él os diga’, para predicar mi mismo poder que muda el agua en vino y así en adelante. Mas no son los únicos frutos que encierra el episodio y que vosotros podéis tomar. …La Eucaristía es el milagro último del Hombre Dios. La resurrección, el primer milagro del Dios Hombre, que por sí mismo transforma su Cadáver en Ser Viviente eterno. La Eucaristía, transformación de las especies del pan y del vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo, está en el límite de las dos épocas como una estrella, la estrella matutina, entre los dos momentos llamados noche y día. Cuando brilla la estrella matutina, el caminante, a pesar de que aún ni es de día, dice para sí: ‘ Ahora es el día’, porque sabe que esa luz en los límites del cielo es un presagio de alba. La Eucaristía es la Estrella matutina de los tiempos nuevos. Su luz de milagro de amor es presagio de alba, del alba del tiempo de la Gracia. Por eso, con sus radiantes destellos, está suspendida entre el tiempo que se cierra y el tiempo que se abre, al final de mi predicación, al principio de la Redención. Si la estrella de la Epifanía brilló para decirles a los reyes que había sido dado al mundo el Rey universal, la estrella de mi Eucaristía brilló en la Cena pascual para decirle al mundo que el verdadero Cordero estaba por ser inmolado, que ya se inmolaba, dándose a los hombres espontáneamente como alimento perpetuo para que se Sangre no sólo bañara las jambas y los arquitrabes, sino que circulara a una con ellos para hacerles santos, y para que la Carne inmaculada fortaleciera su debilidad, mientras el Alma de Cristo y la Divinidad del Verbo habitaban en ellos llevando consigo la inseparable Presencia del Padre y de Eterno Espíritu. Y entre el anuncio de la estrella de la Epifanía y el anuncio de la estrella de la Eucaristía, he ahí que brilló con sus símbolos no comprendidos la luz del milagro de Caná para decirle al mundo lo que la Sabiduría y Potencia encarnada iba a hacer en el corazón de piedra de los hombres y con la pobre agua del pensamiento humano. ‘Tres días después había un banquete’. Tres días: es como decir tres épocas antes del convite gozoso. La primera va de la creación del mundo al castigo del diluvio; la segunda, del diluvio a la muerte de Moisés. La tercera va de Josué, que es mi imagen, a mi venida. Pero también tres épocas o tres días es como decir los tres años de mi predicación antes del convite pascual. Y tal como sucede en ocasión de un banquete nupcial, en el que la preparación es más intensa cuanto más se acerca el momento del festín, sucedió también para mi convite de amor. Por eso se hicieron cada vez más evidentes las voces del concierto profético y las luces de los que esperaban al Esposo, que venía a celebrar sus nupcias con la Humanidad para convertirla en reina. ‘Y estaba la Madre de Jesús’. ¡Oh, la Madre!, ¿puede falta la Madre si debe ser dado a la luz el hombre nuevo? ¿Puede estar ausente Eva si desde ese momento en adelante la ‘Vida’ debe estar donde estaba la Muerte? ¿Y puede faltar la Mujer mientras se acerca la hora en la que se oprimirá la cabeza de la Serpiente y se limitará su libertad? No, no puede faltar. La Madre de los seres vivientes, la Eva sin tacha, la Mujer a la que corresponde el ‘Ave’ y el ‘Hágase’, la Mujer del talón potente, la Corredentora, está presente en el convite con el que comienzan las nupcias de la Humanidad con la Gracia. Mas ‘dado que se había acabado el vino’, los convidados no gozarían con la presencia de Dios. ¡Oh!, en verdad, cuando llegué para mi convite de Gracia, me di cuenta de que el vino estaba para acabarse. Era demasiado poco y bien pronto se lo bebieron todo; entonces, los hombres se entristecieron por la desilusión que Yo les daba al no cumplir sus esperanzas de embriagarse con los humanos néctares de poder y venganza. ¿Qué había encontrado al comenzar mi misión? Había encontrado ‘tinajas de piedra preparadas para las purificaciones de los Judíos’, es decir, para las purificaciones materiales. Hete aquí que los corazones, tras siglos y más siglos de impura asimilación de la Sabiduría, se habían convertido en tinajas de piedra. Mas no era un transformación para purificarse ellos mismos, sino para servir para la purificación. Tal era el rigorismo, tal la exterioridad de los ritos, ese rigorismo que endurecía sin llegar a ser útil para deterger ni siquiera a sí mismos. Es el consabido pecado de soberbia, que lleva a creerse perfectos y a creer que los demás son impuros. Es la dureza opaca de la piedra opuesta a la luz y a la ductilidad de la Sabiduría, que ilumina la compresión y ayuda a amar. Son corazones cerrados. Ni siquiera el agua que los colma los ablanda. Sirve solamente para helarlos y nada más. Y cuando se arroja el agua, quedan duros, áridos y sin perfume. Ésta es la exterioridad de los ritos que colman sin penetrar, sin transformar, sin aportar dulzura ni perfume. Las tinajas, es decir, los corazones, estaban vacíos. Ni siquiera contenían agua, ese mínimo elemento útil para purificar a los demás. Estaban vacíos. Ni siquiera habían pensado en ocupar en mínima parte su vacío. Y así, vacíos, por dentro eran semejantes a un antro hosco, áspero, inútil, tenebroso; por fuera, se mostraban cenicientos por el polvo y la vejez. ‘Colmad de agua la tinajas’. ¡Oh!, ¡cuánta agua viva Yo derramé en el corazón de piedra de los hebreos para que al menos tuvieran lo mínimo necesario para ser útiles en algo! Mas ellos no cambiaron y casi todos rechazaron el agua y siguieron vacíos, duros, tenebrosos, hoscos. ‘Y ahora tomad’. En los corazones que acogieron el agua, ésta se transformó en un vino tan excelso que el maestresala dijo: ‘Todos ofrecen al principio el vino mejor y luego el peor; tú, por el contrario, has reservado el mejor para el final’. En efecto Yo, el esposo del gran convite, reservé el mejor para el final. En la Última Cena, que fue el último acto del Maestro, Yo, el Esposo, no mudé el agua en vino sino el vino en mi misma Sangre para que esta nueva transformación os ayudase, ¡oh, hombres!, a ser felices con mi felicidad, que es santa y eterna. Por tres años, Yo había colmado las tinajas vacías con el Agua que venía del Cielo. Mas el agua ya no bastaba. Había llegado el tiempo de la lucha y el gozo, y el vino es útil para el luchador e infaltable en los convites. Yo os di la Eucaristía, mi Sangre, para que bebierais mi misma fuerza y fuerais fuertes, y os di mi gozosa voluntad de servir a Dios para que os convirtierais en héroes como vuestro Maestro y para que mi gozo estuviera en vosotros. Ese milagro de transformación de una especia en otra, no ha terminado nunca. Las tinajas del convite de Caná se vaciaron bien pronto y dejaron ebrios a los invitados a las bodas. Desde hace siglos, mi Eucaristía colma los cálices y las píxides de la Tierra entera. Y hasta el final de los siglos, los hambrientos, los exhaustos, los sedientos, los cansados, los afligidos, los moribundos y los que apenas comienzan a vivir racionalmente, los puros como los penitentes, los enfermos como los sanos, los sacerdotes como los laicos, los hombres de toda raza y condición, en las cintas como en las llanuras, en medio de las nieves polares como en el ecuador, en las aguas y en las tierras, vendrán a beber, a comer, a nutrirse, a salvarse, a vivir de mi Sangre y de mi Carne, de este Vino ofrecido al final del Convite, en los umbrales de la Redención, para que fuera el Convite perpetuo del Esposo hacia quien le ama y la continua Redención de vuestros desfallecimientos y caídas. Ha aquí las bodas de Caná: la transformación del agua en vino. He aquí la Cena de Pascua: la transubstanciación del pan y el vino en mi Cuerpo y mi Sangre. Las primeras marcan el principio de mi misión de transformación de los hebreos de los tiempos antiguos en discípulos de Cristo. La segunda marca el principio de la transubstanciación de los hombres en hijos de Dios a través de la gracia que revive en ellos. Es el último milagro del Hombre-Dios. Es el primero y perpetuo milagro del Amor humanizado …ésta es una de las aplicaciones del milagro de las bodas de Caná y es la más alta. Que mi Cuerpo y mi Sangre sean…para siempre las Cosas preciosas e incorruptibles por las que, como dice Simón Pedro,… exaltes las virtudes de El que te llamó de las tinieblas a su admirable Luz. Que mi paz sea contigo, ... Que mi paz sea contigo. Que mi paz sea contigo. Que mi paz sea contigo”.
Posted on: Mon, 09 Sep 2013 12:27:53 +0000

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