Del Escritorio del P. Jose Castillo, Ph. D. Queridos hermanos y - TopicsExpress



          

Del Escritorio del P. Jose Castillo, Ph. D. Queridos hermanos y hermanas, Lucas aborda el tema del fin en dos ocasiones: la primera, en Lc 17, 22-37 (final de los tiempos) y Lc 21 (la destrucción de Jerusalén como símbolo y anticipo de la destrucción del mundo). La lectura de hoy se centra en las señales que anuncian el fin. Los invito a que hagamos unas reflexiones: Primera: ¡Fin de Jerusalén y fin del mundo! El edificio que contemplan en este momento y sobre el que Jesús fija la atención, e invita a sus acompañantes a hacer lo mismo, es el templo construido por Herodes el Grande. Una obra de proporciones inmensas equiparable a las grandes obras de arquitectura del imperio egipcio o del imperio romano. Herodes era muy dado a construcciones sólidas, monumentales y brillantes por todo su reino e incluso fuera de sus fronteras para agradar a los romanos. Los restos que todavía hoy se pueden contemplar en Jerusalén (o en Hebrón y en otras partes) lo certifican. Jesús llama la atención de que esta obra tan sólida será también, en gran parte, destruida. Ciertamente el discurso escatológico tiene muchas dificultades en su interpretación y más todavía en su presentación. La palabra de Dios afirma que este mundo tiene un final imprevisto. Por otra parte, Jesús quiere advertir a sus discípulos que no pierdan su tiempo en establecer fechas y construir cábalas, porque nadie sabe el día ni la hora sino sólo el Padre. Segunda: ¡Cuidado que nadie los engañe! Pero no vendrá enseguida. En el trasfondo de estas palabras podemos encontrar dos situaciones diferentes: la que corresponde a la vida misma de Jesús y la que corresponde a la vida de la Iglesia. En el primer caso, era necesaria la vigilancia porque muchos antes de Jesús habían pretendido ser el Mesías esperado. Jesús advierte sobre este peligro para su misión. Él ha intentado por todos los medios ocultarse como Mesías para evitar la confusión con las interpretaciones erróneas y equivocadas sobre el Mesías esperado. La tarea mesiánica de Jesús se acomoda al proyecto de Dios en el que no existía la entronización del Mesías como un guerrero militar y un rey victorioso por las armas, que arrojaría de la tierra santa a los enemigos y paganos para establecer un reinado temporal teniendo a Jerusalén como capital y centro. En segundo lugar, en tiempo de la Iglesia seguían surgiendo falsos Mesías que pretendían ser el verdadero. Los evangelistas, recogiendo e interpretando las palabras de Jesús, tratan de dar una respuesta adecuada a los problemas que surgen de nuevo. Lucas escribe después de la destrucción de Jerusalén. Hay que estar alertados para no dejarse arrastrar y seducir por el primer postor. El fin está reservado en el secreto del Padre. Mientras tanto hay que entregarse a la tarea y a la misión de evangelizar al mundo animados por una gran esperanza. Lucas entiende que la vuelta del Señor se producirá, pero más tarde; mientras tanto hay que prepararse para la paciencia y el aguante tenaz y firme como colaboradores inseparables de la esperanza cristiana. Jesús dice, que solo el Padre Celestial conoce el momento del fin del mundo. ¿Tienes confianza en las promesas de Dios? Además, ¿Te dejas influenciar por los falsos profetas que pregonan el final del mundo, cada uno según su ideología?
Posted on: Tue, 12 Nov 2013 17:29:08 +0000

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