Del libro CHOIX EN LOS INICIOS DE SU HISTORIA.-Destinado a la etnia de los Sinaloa, el jesuita Cristobal de Villalta había hecho su aparición en el escenario indígena de lo que actualmente constituye el territorio del Municipio de Choix. En 1605 inicia sus tareas de evangelización en el asentamiento que él bautizó con el nombre de San José de Toro, en este caso sin ninguna referencia al macho del ganado vacuno, sino a una especie vegetal llama así o torote. 1606 es un año de bautismo masivo a conversos de la nueva religión, pero la gran obra de cambio de aquel religioso no se reduce al levantamiento de la iglesia principal de la comarca, adornada con retablos tarídos de la ciudad de México, dedicados a Nuestra Señora de La Asunción y a San Cristobal, el jesuita también abre una escuela para la enseñanza de la lectura y escritura de los nativos, la primera escuela que bien pudiera figurar como el principio de la educación en Choix. La labor evangelizadora penetra río arriba y alcanza al pueblo de Baca, también y el más grande de los Sinaloas. Ahí funda otra iglesia a la que adjudica la advocación de Nuestra Señora de La Concepción. La tenacidad del jesuita ha dado sus primeros frutos, se han establecido dos pequeñas Misiones desde donde la huella del cristianismo habría de ampliar sus horizontes y tocar a la etnia de los Huites, a quienes el misionero logró persuadir para que abandonaran sus cuevas y sus riscos y de seres de vida muy primitiva pasaran a organizarse y a congregarse en un nuevo sitio, alrededor de una iglesia dedicada a Santiago, como santo patrono de la nueva Misión, iglesia, que según la crónica jesuita, era de tres naves, hecha de madera y tierra y también se utilizó el cedro, se pintó adornándose de imágenes y altar, despertando entre los huites belicosos un gran entusiasmo, que los llevó a construir caminos para facilitar las visitas del padre Villalta, que las hacía desde Toro y desde Baca. La evangelización obra positivamente en este caso, en otro orden de cosas y así la gran rivalidad que llegó a existir entre los Huites y los Sinaloas, va dando lugar a una relación cordial y amistosa, cuando los primeros convienen en que algunos de sus hijos convivan entre los segundos para que aprendieran su lengua, incorporándose más adelante un mayor número de individuos de distintas edades para vivir entre los Sinaloa, habiendo ocurrido después un hecho muy singular, cuando un connotado cacique de esta tribu, llamado Don Bautista, se casa con una mujer de los Huites, matrimonio que vino a sellar la amistad de ambas tribus que por mucho tiempo fueron enemigas mortales.
Posted on: Wed, 19 Jun 2013 19:00:46 +0000
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