Del libro "Para toda la vida no hay nada". En homenaje a Sandro.- “PASEANDO SOLO” Hoy a la salida del estudio, camine sin rumbo por la gran ciudad, peatonal San Martín, Tucumán, y me pregunte si no sería buena idea volver a París; recorrer aquellos lugares en los cuales vuelva a verte, oír tu risa, quedarme contemplando el Sena, los museos… pensaba, mientras caminaba ya por Florida, si lo mejor no sería en este caso Madrid, con todo su encanto, y recordar las tardes juntos en la Plaza de Toros, cuando te acurrucabas en mi pecho para no ver la estocada final del torero, decías siempre que los madrileños tenían la alegría en sus rostros, que era un pueblo alegre y que volverías de tanto en tanto a aquella ciudad. Ya llegando casi a Lavalle, cambie de opinión y decidí que lo mejor, observando mi estado anímico actual, era volver a México; visitar la casa que se hicieron construir Frida Kahlo y Diego Rivera, recordaba mientras marchaba entre un mundo de gente, que tu me hiciste prometerte que te construyera una finca igual, pero en la costa, la idea terminal fue transpolar ese sueño a Mar del Plata y… recordaba, que todos fueron viajes con distintas damas… y ahora me pregunto ¿será una buena idea viajar solo?, a ver si me agarra la depre afuera y termino en el fondo del Sena. Casi llegando a Diagonal Norte vi un barcito nuevo, del estilo toco y me voy, pero se notaba agradable a simple vista, y supuse que lo mejor para mi alma en pena era tomarme un cortado. Estaba en eso, acomodando mis pensamientos, revisando si el celular no se había roto, porque no suena ni para una promoción… cuando oigo la voz aterciopelada de la mesera; yo estaba como cuando uno sale del mar con los oídos tapados, sólo notaba el movimiento de sus labios, en tanto observaba su escultural cuerpo intentaba decir algo, pero entre mis últimos recuerdos y ella se me había abierto un abismo en la palabra… --- Le pregunte, ¿qué le sirvo señor?--- dijo, mientras ponía sus dos brazos en jarra… --- Un cortado… pero no se vaya por favor, le deseo hacer una pregunta--- sí, ya sé que estoy loco, si no esto no hubiera ocurrido---, ¿Viajaría usted sola a París?... El silencio se extendió más de lo normal. Ahora sus dos manos se apoyaron sobre la mesa, y me contesto… --- ¿Usted me esta haciendo una proposición?... Camino en busca de la entrada del subte, compruebo, no se si es el destino, que los últimos dos números del celular de Betina coinciden con los dos últimos números de mis últimas dos parejas. Es decir, quiero creer, que se trata nada más de una mueca del destino. Camino y pienso. Voy a hacer tres cosas: la primera, es jugar a la quiniela estos dos números; la segunda, que no es mala idea de tanto en tanto “sacarme a pasear a mí mismo”; y la tercera, comprobar que mi celular aun funciona, es decir…aguardar el próximo llamado. “La vida es mucho más que un millón de dólares…”
Posted on: Thu, 12 Sep 2013 21:35:03 +0000
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