Desde el jueves por la noche estoy en Barcelona. Esta ciudad me encanta pese a lo que dicen quienes piensan que ayer estaba mejor. La Barcelona de hoy menos cutre, menos canalla, que aquella que recorría sin descanso mi admirado Jean Genet. Pero así y todo sigue teniendo mucho encanto y misterio y una extraña belleza mezcla de sobriedad y abundancia. Es, además, una ciudad que esta al borde del mar; tiene, pues, playas, puerto, paseo marítimo y demás. Y como si eso fuera poco ahí nomás cerquita está la montaña. Es una ciudad cosmopolita, donde por las calles se escuchan las más diversas lenguas. Sin embargo, el nefasto nacionalismo catalán (tan nefasto como todos los nacionalismos) trata de convertirla en una ciudad estrechamente provinciana. Me quedo en Barcelona hasta el jueves. Es aquí donde quiero vivir la última parte de mi vida. Aquí quiero morir y que mis cenizas las arrojen al mar Mediterráneo.
Posted on: Sun, 23 Jun 2013 23:24:26 +0000
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