Digamos frecuentemente con María: Magnificat anima mea Dominum ! ¿Quién es este Señor que la bienaventurada Virgen glorifica? (…) La Santísima Virgen alaba y glorifica al Padre eterno por haberla asociado a su divina paternidad, haciéndola Madre del mismo Hijo de quién es el Padre. Glorifica al Hijo de Dios, que ha querido escogerla como Madre y ser su verdadero Hijo. Glorifica al Espíritu Santo que quiso cumplir en ella la más grande de sus obras, es decir, el adorable misterio de la Encarnación. Glorifica al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo por las gracias infinitas que otorgaron y que tienen intención de otorgar al género humano. Aprendamos de esto que uno de los principales deberes que Dios nos pide, y una de nuestras mayores obligaciones hacia su divina Majestad, es el reconocimiento de sus bendiciones, las cuales debemos agradecer de todo corazón con un cariño particular. Tengamos pues cuidado en imitar en esto a la Gloriosa Virgen, y de decir a menudo con ella: Magnificat anima mea Dominum (…) ! San Juan Eudes Un comentario del Magnificat, Libro décimo del Corazón Admirable
Posted on: Sun, 21 Jul 2013 22:18:19 +0000
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