Día 214. 7 de noviembre: Isaías 25-27, Salmo 34, 1ª Tesalonicenses 1 El justo pasa por muchas aflicciones, pero el Señor lo libra de todas ellas. El Señor le cuida cada uno de sus huesos, y ni uno solo de ellos se le quebrará. (Salmo 34:19-20) El autor del Evangelio según San Juan vio en este Salmo una profecía sobre la muerte de Jesús en la cruz: Pero al acercarse a Jesús, vieron que ya estaba muerto. Por eso no le quebraron las piernas…Porque estas cosas sucedieron para que se cumpliera la Escritura que dice: «No le quebrarán ningún hueso.» (Juan 19:33,36) Sin duda, el escritor de Juan conocía todo el Salmo 34. Se sabía el versículo seis: Este pobre clamó, y le oyó Jehová, Y lo libró de todas sus angustias. Sin embargo, aplica el versículo veinte a Jesús en la cruz, Ni uno de ellos será quebrantado. Así que la pregunta obvia es: David le dice a la gente que confié en Dios. Él les dice que Dios los protegerá, les dice que Dios va a salvar a los que están aplastados en espíritu. El escritor de Juan aplica un verso de este salmo a Jesús. ¿No veían ellos que no todo funciona de la manera que dicen que tiene que funcionar? Los inocentes son asesinados. Piense en Jesús. Piensa en el niño que se encuentra el arma cargada de su padre en la mesa del café y se pega un tiro en la cabeza, o su hermana pequeña. (Mientras crecía, dos de mis amigos se mataron accidentalmente entre sí mismos con armas que su padre había dejado de lado.) Piense en los seis millones de Judíos exterminados en la Solución Final. Piense en el número de Niños perdidos que murieron la vida en su viaje. Piense en la gente que va al cine a ver una película a la medianoche del último éxito de taquilla. Piense en los niños en la escuela para aprender cuando ... Piensa en, piensa en, piensa en ... Para el creyente que ve las cosas con claridad no hay manera de ignorar esto o pretender que estas cosas no han sucedido. Para el creyente religioso que ve las cosas con claridad simplemente decir hay misterios que van más allá de nuestra comprensión no es satisfactorio. Cuando me quejo con Dios, cuando levanto mi puño y grito a Dios acerca de esto, no tengo ningún alivio. Más bien ... bien ... bien ... me hago esta pregunta, ¿Qué has hecho para cambiar esto? Dios nos dio a su Hijo, su único Hijo. Eso es lo que Dios ha hecho. Jesús se despojó a sí mismo. Dio todo lo que tenía para dar. Estaba todo hecho. Consumado es. , dijo. No hay nada más que dar. Todo lo he hecho Tenemos al Espíritu Santo para darnos el poder. El resto depende de nosotros. Mañana - Día 215. 8 de noviembre: Isaías 28-30, Salmo 35, 1ª Tesalonicenses 2 Translation by The Rev. Canon Pablo Ramos, D.D.
Posted on: Thu, 07 Nov 2013 12:54:07 +0000
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