EL CAMBIO EN EL SACERDOCIO Por unos mil quinientos años, desde - TopicsExpress



          

EL CAMBIO EN EL SACERDOCIO Por unos mil quinientos años, desde Moisés hasta Cristo, el pueblo de Dios no pudo acercarse a Dios directamente. Sólo una familia había sido escogida para que ejerciera el sacerdocio. El individuo tenía que pertenecer a esta casta para acudir a Dios; si se acercaba a Dios directamente, podía morir. Durante ese período, el ministerio de los sacerdotes se convirtió en un oficio poderoso. El hombre no podía ir a Dios directamente, pues necesitaba la intercesión de los sacerdotes. ¡Qué noble era el ministerio sacerdotal! No era posible que el hombre se acercara a Dios sin los sacerdotes. Pero cuando se inició la era del Nuevo Testamento, descubrimos que la salvación y la redención se extienden a todos los hombres. Ahora oímos: “Vosotros también, como piedras vivas, sois edificados como casa espiritual hasta ser un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo” (1 P. 2:5). A. Todo hombre redimido es un sacerdote en la era del Nuevo Testamento En 1 Pedro 2:4-7 Pedro nos dice que Cristo es el fundamento de la iglesia. El fue la piedra que los edificadores desecharon y que llegó a ser la piedra angular. Nosotros somos ahora piedras vivas y estamos unidos y edificados para conformar una casa espiritual. También somos un sacerdocio santo para Dios. Es como si una voz desde el cielo anunciase: “¡Todos los salvos son ahora sacerdotes de Dios! ¡Todas las piedras vivas, aquellos que son parte de la casa espiritual, ahora son sacerdotes de Dios!” B. La iglesia recupera el sacerdocio universal En ese entonces Dios restauró una promesa que había sido puesta a un lado durante mil quinientos años. Lo que los israelitas perdieron, lo recuperó la iglesia. Israel había perdido el sacerdocio universal. Pero en la era del Nuevo Testamento, es como si estallaran voces desde el cielo con la promesa de que el sacerdocio universal está de nuevo entre los hombres. Todos los salvos son llamados a ser sacerdotes. C. La iglesia es un reino de sacerdotes Hallamos esta misma idea en Apocalipsis 1:6, donde leemos: “E hizo un reino, sacerdotes para Su Dios y Padre”. Originalmente toda la nación de Israel era un grupo de sacerdotes, pero esto cambió. ¿Qué diremos de la situación actual? Hoy la iglesia es un reino de sacerdotes. Lo que los israelitas perdieron ante el becerro de oro, la iglesia lo recibió mediante el Señor Jesús. Ahora la iglesia en su totalidad es un cuerpo de sacerdotes. El reino de sacerdotes que Dios había planeado fue restaurado totalmente. D. El único oficio del cristiano es servir a Dios Lo que Dios no obtuvo entre los israelitas, ahora lo puede obtener por medio de la iglesia. La iglesia hoy es el reino de sacerdotes; es un sacerdocio, lo cual significa que todo aquel que ha gustado la gracia de Dios, tiene una sola ocupación: servir a Dios. Les dije a los jóvenes: “La ocupación de un doctor antes de creer en el Señor es la medicina, la de una enfermera es la enfermería, la de un maestro es la enseñanza, la de un agricultor es la agricultura, la de un comerciante es su negocio. Pero tan pronto una persona es salva, su ocupación cambia. Todos los cristianos tienen como única ocupación servir a Dios. Desde el momento que somos salvos, nos convertimos en sacerdotes para Dios. Por tanto, tenemos que servir en la presencia de Dios. Esta es nuestra meta espiritual para el resto de nuestra vida. El cristiano solamente tiene un solo oficio: servir a Dios. Un doctor cristiano ya no espera hacerse famoso; su trabajo como doctor es solamente útil para ganarse el sustento. Su verdadera ocupación es ser un sacerdote de Dios. Un profesor o maestro ya no puede esforzarse por ser un destacado académico, sino que debe esforzarse por ejercer bien su sacerdocio delante de Dios. Su enseñanza no pasa de ser su oficio; su verdadera ocupación es servir a Dios. Los artesanos, los comerciantes, los agricultores y los demás profesionales, ya no viven centrados en sus propias profesiones. Todos ellos tienen una sola profesión, la de servir a Dios. E. La única ambición es complacer al Señor Todos los hermanos y las hermanas deben hacer a un lado su antigua ocupación cuando son salvos. Espero que abandonemos toda ambición al principio de la vida cristiana. No debemos anhelar ser alguien. No debemos esforzarnos por sobresalir ni distinguirnos en nuestro oficio o profesión. Uno debe aprender de Pablo, cuya única ambición era agradar al Señor. No debemos tener otro anhelo. Todas las ocupaciones del mundo se deben hacer a un lado. Solamente debemos aspirar a servir al Señor en Su presencia. Amén
Posted on: Sat, 06 Jul 2013 08:50:24 +0000

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