EL CHOFER MEJOR PAGADO DE MEXICO, LO RECUERDAN.... Por Adrián - TopicsExpress



          

EL CHOFER MEJOR PAGADO DE MEXICO, LO RECUERDAN.... Por Adrián Rueda / Capital Político Cuando Andrés Manuel López Obrador llegó a la Jefatura de Gobierno del DF en 2000 y se envolvió en la bandera de la honestidad valiente, que nunca practicó, trajo consigo a quien todo el mundo pensó que era su brazo derecho: Nicolás Mollinedo Bastar. Con un perfil bajo al inicio, cuando se supo que su sueldo era casi el mismo que el de su patrón, el colaborador de El Peje saltó a la fama por ser el chofer mejor pagado del país —sin importar la austeridad republicana— y se hizo llamar Nico, a secas. Todo el mundo se fue con la finta de que el oriundo de Teapa, Tabasco, era un humilde y sencillo servidor del jefe de Gobierno, pero pocos saben en realidad las razones por las que llegó al DF y las condiciones tan ventajosas que encontró en la ciudad. Cuando López Obrador era un jovenzuelo que tomaba pozos petroleros y viajaba a Teapa en su vochito azul, quien lo alimentaba y hospedaba era el papá de Nico, don Lacho Mollinedo Aguilar, cacique del pueblo de donde, por cierto, era la primer esposa de El Peje, Rocío Beltrán. En su pueblo, Nico tenía fama de transa, de abusivo, y nadie le confiaba nada, por eso cuando AMLO llega como titular del GDF, Tata Lacho le pide que se lleve a su hijo y lo cobije desde su nuevo puesto en la capital. Conociendo las mañas de su paisano, Andrés Manuel lo designa su chofer para tenerlo cerca y cuidarle las manos, pero claro que eso no fue suficiente y el buen Nico pronto volvió a las andadas. Trajo al DF a toda una horda de tabasqueños a los que les consiguió casas a través del Instituto de Vivienda capitalino —que por cierto nunca pagaron y hasta la fecha están en cartera vencida—, puestos de aviadores y muchos privilegios. Colocó a parientes y paisanos en puestos públicos, utilizando el nombre de su jefe para abrir puertas; claro que todo eso lo supo López Obrador al igual que el asunto de los negocios de Carlos Ahumada con sus funcionarios, pero se hizo de la vista gorda. El hermano de Nico, Alfredo Mollinedo, llegó a la dirección de Recursos Humanos en Álvaro Obregón, y su primo Rafael Marín Mollinedo fue primero director de la corruptísima RTP y en 2003 director general de Servicios Urbanos del DF, desde donde robó maquinaria, autobuses y equipo del GDF para enviarlo a Tabasco. Su sobrina, Gloria Aparicio Bastar, quien inició en el área de Comunicación Social, fue colocada como subdirectora de Servicios Urbanos y desde ahí tío y sobrina boicotearon al secretario de Obras, César Buenrostro, vinculado a Cuauhtémoc Cárdenas. Cualquier secretario o delegado de esa época puede dar fe de cómo Nico pedía favores, puestos administrativos, placas para taxis, viviendas y muchas cosas más en nombre de El Peje; nada le negaban. Incluso en la campaña política de López Obrador para la Presidencia de la República se paseaba en un mustang rojo convertible, no en el austero tsuru blanco que tanto presumió su jefe como símbolo de honradez y medianía. Apenas el año pasado, cuando Miguel Ángel Mancera era jefe de Gobierno electo, Nico se le acercó —a espaldas de El Peje— para pedirle chamba. No cualquier puesto, sino uno de los grandes; no prosperó su petición. Ese es Nico, el transa del pueblo que fue encumbrado por Andrés Manuel como símbolo de honestidad durante su gobierno.
Posted on: Wed, 07 Aug 2013 21:18:40 +0000

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