EL ENVASADOR DE BESOS (1ª parte ) En época de crisis hay - TopicsExpress



          

EL ENVASADOR DE BESOS (1ª parte ) En época de crisis hay que agudizar el ingenio buscando nuevas alternativas y apostando por otros sectores o actividades capaces de recuperar lo perdido: generar puestos de trabajo. Es lo que los más osados en el lenguaje llaman nuevos yacimientos de empleo. En estas situaciones en las que se observa el cierre de miles de empresas y el consiguiente aumento de parados, urgen medidas inmediatas que contrarresten los perniciosos efectos de lo que en una crisis como la que estamos pasando adquiere visos de auténtica calamidad. Hasta tal punto esto es así, que países como el nuestro se han embarcado nada más y nada menos que en un cambio del modelo productivo. Como si eso fuese cosa de coser y cantar. Yo no pretendo tanto por dos razones. Primero, porque no sabría desarrollar el contenido macroeconómico de un objetivo de tamaña magnitud y segundo porque quiero resultados inmediatos. Pero por encima de todo quiero poner en mi DNI mi nueva condición de emprendedor. Si, si has oído bien: emprendedor de empezar cosas y acabarlas pronto y bien. Eso si, empleos del espíritu y del alma que es mi terreno, y que requieren mano de obra multirracial y de todo tipo y condición, sin discriminaciones y arbitrariedades. El inconveniente es que desaparecerían los sicólogos y siquiatras por innecesarios, al menos para este cometido. Es igual, se les daría la opción de reconvertirse y un cursillo para borrar del disco duro cerebral los prejuicios derivados de una concepción de la enfermedad con una visión latente y longitudinal. Esto último no esta muy claro pero queda bien, incluso elegante. Se trataría de una aplicación en el 100% de su tramo de una actitud preventiva y sin necesidad de farmacología. En todo caso una cosa pone clara esta crisis: la importancia tan fundamental de los emprendedores como catalizadores y abanderados de los procesos productivos de futuro. Eso sí, emprendedores de nuevo cuño capaces de leer las tendencias del mercado y ponerse manos a la obra para aprovechar las oportunidades que nos brinda, pero sobretodo capaces de tener un concepto distinto por elevación de la actividad, la producción y el negocio. Es este un tema al que le vengo dando vueltas desde hace tiempo y al que, acuciado por la situación de crisis, me he visto obligado a saltar a la palestra. El cambio a nivel personal es de bigotes: pasaría de trabajador por cuenta ajena con el paraguas protector de la Administración a principiante emprendedor. Se trata de dar un cambio radical al concepto: puesto de trabajo; o, mejor dicho, de ampliar ese concepto de modo que se trataría de incorporar lo lúdico, lo efervescente y trascendente al componente productivo y aprovechar las sinergías derivadas de la conjunción. Así, no necesariamente el crecimiento económico se basa exclusivamente en el desarrollo de actividades típicamente productivas, tales como la fabricación de coches, sino que lo lúdico y lo sustancial es en si una actividad productiva, especialmente en épocas como la actual en la que los desarreglos del interior exige una predisposición positiva y valiente en la que pierda peso lo material. Quién ha dicho que es más economía real la fabricación de lavadoras que el alimentar el espíritu. Puede que en términos de contabilidad nacional sea que si, pero sólo aparentemente ya que se trataría de valorar económicamente los conceptos etéreos, abstractos e inmateriales. La prueba de que esto es así es que la finalidad última de todos los componentes del producto interior bruto es generar satisfacción al ciudadano; de otra forma no tendría sentido. Doy vueltas y más vueltas para escoger como pionera una actividad que sea lúdica y sobretodo sustancial, además de productiva, condición esta última imprescindible mientras se prolongue la crisis. Trato de asegurar y procuro que la actividad elegida soporte unos costes fijos y variables bajos, al tiempo que la materia prima sea abundante y su manufacturación corta en tiempo y sencilla en su ejecución. Adelanto que la actividad a la que me refiero, despues de muchas vueltas, es la de ENVASADOR DE BESOS, a la que considero un seguro filón de ocupación en la linea del concepto acuñado en su día por Jacques Delors en su celebrado Libro Blanco. Mi pretensión es que sea la punta de lanza de una complementacion de la actividad productiva y no de una nueva orientación. Por sí alguien no se ha dado cuenta en realidad me estoy refiriendo a productor de besos, aunque por razones de marketing insistamos en poner el nombre de envasador eede besos que no deja de ser una actividad necesaria para el proceso final. ( Continuará)
Posted on: Mon, 21 Oct 2013 06:03:10 +0000

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