EL ER CURATIVO DE LA PALABRA La palabra, la comunicación, - TopicsExpress



          

EL ER CURATIVO DE LA PALABRA La palabra, la comunicación, fuente de bienestar para el ser humano El ser humano es, en esencia, un animal verbal. Eso quiere decir que la acción de comunicarse la lleva inscrita en su ADN. Quizás sea por ello, por tratarse de algo tan ancestral y a la vez tan cotidiano, que muchas veces no somos del todo conscientes del poder que puede llegar a ejercer la palabra respecto a terceros y a uno mismo. Es posible que el simple hecho de tener esta herramienta tan a mano y de utilizarla casi de manera automática haya ejercido sobre nosotros una falsa sensación de inocuidad, tanto en su vertiente negativa como en la positiva, en relación a todo aquello que verbalizamos. Nada más lejos de la realidad. “La palabra puede ser fuente de curación y crecimiento”, explica a La Vanguardia la psicóloga Mercè Conangla, una de las creadoras del concepto de ecología emocional y cofundadora de la Fundació Àmbit. Se ha constatado, relata, que las personas a las que se les administra calmantes y, a pesar de ello, siguen sufriendo – “el dolor se puede aliviar con analgésicos pero el sufrimiento psicológico no”- normalizan sus constantes fisiológicas cuando “alguien que se encuentra cerca de ellas les acompaña con esa palabra tierna. Es muy curativo”. En la técnica de la PNL (Programación Neuro-Lingüística) la palabra también tiene un peso fundamental. El lenguaje, como explica Pablo Mora, psicólogo y responsable del centro Coaching Barcelona, supone en este método uno de sus tres pilares fundamentales. “En lugar de interpretar, suponer, o ponernos en el lugar del otro, gracias al lenguaje es posible averiguar cuál es exactamente la experiencia subjetiva de la persona”. Mediante el uso de la palabra, es posible recopilar información útil para, posteriormente, iniciar el proceso de cambio, “ya sea transmitiendo confianza, motivación, induciendo nuevos estados, modificando creencias, instalando nuevos aprendizajes que mejoren su experiencia subjetiva…”. A través del lenguaje también es factible “reaprender a hacer las cosas de otra manera, obteniendo resultados distintos”, afirma Mora. “Se trata de transmitir a las personas que su situación es reversible”. Así ocurrió, por ejemplo, con uno de sus pacientes. Se presentó en su consulta con un diagnóstico más que dudoso de posible dislexia, elaborado por dos profesionales distintos, y con el uso de la palabra –“y de la hipótesis de que el joven no sufría ninguna patología”- se halló la solución. “Le hice notar, conversando con él, que no tenía ningún problema, sino que se trataba de aprender, en este caso, a leer de otra manera”. Sin duda, en todos los casos la credibilidad del emisor es parte fundamental de la ecuación para que el discurso pueda llegar a tener el efecto deseado. En este sentido, cómo no, el contenido del mensaje, pero también el tono utilizado (las pausas, la comunicación no verbal, etc.), se antojan indispensables para que la fuerza de la palabra alcance su máxima expresión. “Nuestro discurso mental nos condiciona. Hay muchos libros que te dicen ‘tu vida es la suma de tus pensamientos’, ‘es lo que te dices a ti mismo’, pero lo que no te dicen es cómo has de pensar o qué tipo de lenguaje has de utilizar”, lamenta Pablo Mora.
Posted on: Sun, 07 Jul 2013 00:25:07 +0000

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