EL HOMBRE DEL RIFLE XIV Aquella tarde fue aprovechada para poner los documentos en orden para ser entregados en el Juzgado en la mañana del día siguiente, junto con el detenido y las pruebas de su fecharía. Cuando llegamos al acuartelamiento, ya con el arma como pieza de ejecución, se la enseñamos al detenido para que la reconociera y cuando se le dije que el número del arma, su nombre y otros datos coincidían en todas sus partes con la Guía de Pertenencia que la amparaba, dijo: ya veo que es V. muy pertinaz y estricto en el cumplimiento de su deber pero esto, en mi país, no hubiera pasado más allá de una fiesta. Reconoció el arma y los hechos que se han expuesto, declarándose autor de los hechos que, desde un principio, se le imputaban. Se le informó, que en la mañana del día siguiente, iba a ser entregado a la Autoridad Judicial y que tenía permiso para hacer una llamada telefónica por si quería informar a su familia de su traslado. Para llevarle la cena se presentó la exuberante madrastra y el padre,”Indiano viejo”, con una mezcla de amargura y alegría y le dijo a su hijo: eres un pendejo y un hijo de la chingada, (creo que son frases que se emplean mucho el Méjico), y ahora seguramente pasarás un tiempo a la sombra de la cual me alegro muchísimo. No se despidió de él pero su prima y madrastra hizo honor al poema de Ángela Figueroa: Y de pronto, de inclinaste/ y me tomaste en los labios/, húmedos de zumo y risas, / un beso goloso y largo. También le llevaron un traje para corbata de seda que nada tenía que ver con aquel esperpento de “Pluma roja” que habíamos visto, más de una vez, por nuestra demarcación. Aún con hermosa noche de estío y estrellado firmamento, preparamos la documentación con todo lo instruido, detenido, arma, pruebas encontradas, certificados y, a las 9´00 horas del tercer día, nos habíamos presentado en el Juzgado para hacer entrega de aquel variopinto personaje. Me recibió en Juez de Instrucción y me pidió que le hiciera una pequeña semblanza de lo sucedido que, así se hizo, y una vez examinada el arma, dijo que me la llevara para la Intervención de Armas Cuartel y que quedada a su disposición. Ordenó a los Guardias Municipales que ingresaran al preso en el calabozo del Juzgado hasta que fuera llamado por el Magistrado. También ordenó, a un oficial del Juzgado, me extendiera un acuse de recibo de todo lo que le habíamos entregado. ………………..Continuara
Posted on: Mon, 12 Aug 2013 17:49:33 +0000
Trending Topics
Recently Viewed Topics
© 2015