EL MINISTERIO DE DEFENSA: UN ORGANISMO TRAIDOR, CORRUPTO, - TopicsExpress



          

EL MINISTERIO DE DEFENSA: UN ORGANISMO TRAIDOR, CORRUPTO, POLITIZADO E INSERVIBLE Señoras y señores, como consecuencia de las continuas renuncias de los incapaces e irresponsables ministros de Defensa y del Interior clamadas por el país entero, nos vemos obligados a exponer, precisamente, la tenebrosa historia del Ministerio de Defensa y por cuya cartera pasaron cualquier cantidad de infelices, incapaces, corruptos y uno que otro traidor a la patria. Por más de cuarenta años los gobiernos de turno trataron de reestructurar el Estado mismo con la creación de un Ministerio de Defensa, pero todos y cada uno de los estudios realizados con este fin demostraron su inconveniencia absoluta por excelentísimas razones técnicas, económicas y de Seguridad Nacional. La reestructuración que a la larga se perpetró politiqueramente por politicastros del primer gobierno aprista, lógicamente que hizo inevitable la politización de las Fuerzas Armadas con resultados nefastos para la nación. Es así que un día funesto, durante el primer y desastroso gobierno aprista, la opinión pública fue impactada con la noticia de la existencia de un proyecto de ley de creación del Ministerio de Defensa y que algunos diarios titularon como la “Reorganización de las Fuerzas Armadas”. El pueblo se preguntaba el porqué de este proyecto que parecía una decisión simple pero que tenía una gran trascendencia en la mismísima organización del Estado, la Defensa Nacional y el desarrollo del país, por lo que su conveniencia debió ser analizada con microscopio y telescopio, minuciosa y profundamente desde los puntos de vista técnicos, políticos, económicos y de Defensa Nacional como acabamos de puntualizar. La forma y argumentación de las razones para la creación del Ministerio de Defensa, invitó a los improvisados que no conocían (ni conocen ni conocerán) el funcionamiento esencial del Sistema de Defensa Nacional, tenían que formarse una idea totalmente opuesta a la realidad, aceptando sin mayor análisis y objetividad el amamarrachado proyecto, guiándose simplistamente por el pobrísimo argumento de que lo se pretendía hacer residía en el “sentido común”. Otros defensores del proyecto, aun con pleno conocimiento del Sistema de Defensa Nacional, llegaron a conclusiones teóricas como que la creación del Ministerio de Defensa ocasionaría grandes economías a los respectivos sectores (Marina, Aeronáutica y Guerra), la racionalización y unificación de medios, el presupuesto único, etcétera, asuntos delicadísimos que jamás fueron confrontados con la realidad peruana, con el aumento de efectivos y la organización o reorganización de nuevas unidades y, lo que es más grave, no se confrontó con el gran cambio tecnológico que se produce constantemente hasta en los países con tecnología bélica de última generación. Los analfabetos que perpetraron la creación del Ministerio de Defensa por cuestiones únicamente politiqueras, no tuvieron ni tienen idea que el origen y los fundamentos de toda organización se remonta a los orígenes de la sociedad, ya que la necesidad de convivencia humana surgió biológicamente del instinto de conservación de la especie y de la aplicación de la ley de menor esfuerzo; y el desarrollo de estas actitudes motivó la organización de la especie humana, de donde se deducen las conceptuaciones sicológicas, sociológicas y jurídicas que sería extenso explicar. Lo que sí es necesario quede bien claro, es que la organización de una entidad tiene como finalidad buscar los medios para hacer el mejor elemento posible considerando el empleo que el Estado le ha proyectado, como instituto componente de los órganos encargados de la Defensa Nacional. La organización de una entidad con delicadísimas responsabilidades en el contexto de la Seguridad Nacional, responde además a las tendencias, aspiraciones e inquietudes de la época, concibiéndosela como una manifestación de intensa actividad institucional que es consecuencia de la actividad en el ámbito nacional y limitada sólo por factores económicos, desarrollo técnico, posición geográfica, etcétera. Los cambios estructurales o reorganizaciones, muchas veces peligrosas, se hace cuando algo no funciona bien, es decir, por ineficiencia, o porque la estructura no responde a las exigencias que en este caso son crucialmente de Seguridad y Defensa de un país, o porque lo determinan sustanciales reducciones de orden económico. Modestamente, estoy segurísimo, como lo veremos más adelante, de que la organización del Ministerio de Defensa aquella vez no estaba en ninguno de los presupuestos antedichos. Más bien la aprobación de ese infausto proyecto ferozmente politizado, mejor dicho apristizado hasta el tuétano, dio lugar a serias exigencias de orden económico y los grandes problemas causados por el terrorismo y las bandas armadas de narcotraficantes sin solución técnica e integral hasta la fecha, como sucedió brutalmente con las Fuerzas Policiales, asunto gravísimo sobre el cual nos ocuparemos posteriormente. Como lo puntualizamos al iniciar esta modestísima exposición, el proyecto de reestructuración para la creación del Ministerio de Defensa perpetrado por los bárbaros del aprismo en el gobierno, fue tratado muchas veces durante cuarenta años, siendo rechazado en todas las ocasiones por su total inconveniencia. Si no, pruebas al canto. Durante el gobierno de facto del General Juan Velasco Alvarado, en el Decreto Ley N° 11271 que modificó la estructura general del Estado, estableció en su Artículo 17° la creación del Ministerio de Defensa, pero puntualizándose en el mismo dispositivo que la citada creación se supeditaría, estrictamente, a los estudios correspondientes. Posteriormente, durante la era tenebrosa del felón Morales Bermúdez, ese mismo Artículo 17° fue derogado por el Decreto Ley N° 22311, porque de aquellos estudios realizados en cumplimiento a dicho dispositivo legal, se comprobó, indubitablemente, fehacientemente, la inconveniencia de la creación de un Ministerio de Defensa, al demostrar los ministerios de Guerra, Marina y Aeronáutica su alta eficiencia en el campo de la Defensa Nacional demostrado, sin discusión alguna, con las operaciones militares brillantemente ejecutadas en el conflicto con el Ecuador en el año 1981, concluyéndose que era muy conveniente conservar la estructura del Estado respecto a los citados ministerios. Más todavía, en la Asamblea Constituyente que redactó la Constitución Política de 1979, también se trató en la Comisión de Defensa sobre la posibilidad de la creación del Ministerio de Defensa, con larguísimas exposiciones de miembros de las Fuerzas Armadas en pro y en contra del proyecto, acordándose finalmente y por unanimidad, no contemplar más la modificación estructural del Estado con la creación del susodicho ministerio. Como verán, señores, no es absolutamente cierto que nadie se atrevió a ponerle el cascabel al gato como lo insinuó un sobón del primer alanismo en el gobierno. Lo cierto es que en todas las ocasiones en que se trató el tema de la creación del Ministerio de Defensa, hubo simple y llanamente una gran madurez en el análisis de este extremo para dictaminar las decisiones finales. Como una humildísima ilustración, debemos señalar que durante todo un siglo existió un ministerio unificado de Guerra y Marina y la historia nos demostró su total inconveniencia. Recién en al año 1920, con la creación del Ministerio de Marina, comenzó el resurgimiento, el desarrollo y el engrandecimiento de la Marina de Guerra, para orgullo de la nación. Así mismo, cuando se inicia el desarrollo de la aviación militar, se crea el ministerio de Marina y Aviación del que, como en el caso anterior, la experiencia se encargó de demostrar su absoluta inconveniencia, formándose en el año 1941 el Ministerio de Aeronáutica, año en que las armas peruanas se cubrieron de gloria en el conflicto más serio con el Ecuador. Uno de los argumentos, por cierto tan imbéciles como sus mentores, es que el Perú es uno de los pocos países que no tienen Ministerio de Defensa. Esta estupidez no debió llamar la atención de nadie si el Sistema de Defensa Nacional que se tenía era operante cien por ciento. Ahora no es operante ni en un 20%. Entiéndase bien, que cada país tiene su propia conducta cívica, su propia idiosincrasia, su propia “realidad nacional”. Por tanto, sus estructuras deben de estar de acuerdo a estas fundamentaciones. Así mismo, se obtuvieron valiosísimas informaciones en conversaciones con militares de otros países, fluyendo de estas que existe un descontento bien marcado con la creación del Ministerio de Defensa, porque su estructura ha quedado burocráticamente obsoleta. Hay también ministerios de defensa en otras partes cuya organización es de lo más radical. Como los hay igualmente aquellos que, conservando una organización militar como la que existió en este país, tienen un ministerio único sin mayor ventaja real; en algunos casos este ministerio se sustenta en un Estado Mayor Conjunto, en otros con un Comando Conjunto; lo que nos hace pensar que hubieron muchas alternativas o soluciones posibles, pero pudieron más, como todo lo que ocurre en este país, las ambiciones de poder, los intereses privados y las ansias de crear fortunas improvisadas acosta de la Seguridad Nacional. Pero además aquí hay algo fundamentalísimo que cualquier analfabeto politiquero será incapaz de percibir. Nos referimos al campo de la Seguridad netamente, mencionando la existencia del Sistema de Defensa Nacional cabalmente institucionalizado en los artículos 163°y 164° de la Constitución Política del Perú y que reemplaza eficientemente al actual Ministerio de Defensa y a mil más, pero que hasta ahora nadie se da cuenta. Y si a esto le agregamos la existencia también del Consejo de Defensa Nacional que lo preside el Presidente de la República secundado por seis o siete ministros involucrados de cabeza en la Defensa Nacional, ¡para qué carajo necesitamos un Ministerio de Defensa burocrático, corrupto, ineficiente y politiquero! Peor todavía, nombrándose en el cargo a cualquier hijo de vecino con carné político aunque fuese un inmoral o una bestia; o al compadre o familiar de algún congresista o de un sobón allegado a palacio, o por el simplísimo hecho de ser general en situación retiro pero con un rabo de paja espectacular, si nos atenemos estrictamente al desastre militar de la Cordillera del Cóndor en el año 1995. Es por ello que hoy en día, con el actual Ministerio de Defensa creado por el aquel alanismo del ‘85 al ‘90, los acontecimientos en materia de Seguridad Nacional han sido hasta el momento desastrosos, calamitosos, brutales, criminales y corruptos. Sí, señoras y señores. Todo comenzó con el desastre militar de la Cordillera del Cóndor en el año 1995 como acabamos de apuntar, en cuyo frente de responsabilidad estratégico integral de seguridad de fronteras de 78 kilómetros de longitud, es decir entre los hitos Conhuime Sur y 20 de Noviembre, sólo existía un solo Puesto de vigilancia denominado PV-1, el mismo que fue abandonado por su comando, mejor dicho, por los traidores y ladrones de la Quinta División de Infantería de Selva, la famosísima 5ta. DIS, porque no lo abastecían de víveres, medicinas, vestuario, munición, etcétera, etcétera, etcétera. ¿Saben por qué? Para tirarse impunemente el combustible de los helicópteros con los cuales se tenía que abastecer al pobre PV-1; pero que era abastecido principalmente con víveres, y para colmo de indignación, por los mismísimos ecuatorianos del puesto de Coangos con el único objetivo de distraer a los tres o cuatro efectivos peruanos desarrapados, hambrientos y abandonados a su suerte y que ya no dependían para la supervivencia humana y su seguridad de un ejército y de un gobierno sino de un ejército y un gobierno extranjero. Hecho criminal y traidor que ocasionó la brutal incursión, infiltración, ocupación, fortificación y ubicación de dispositivos de defensa y combate de tropas internacionales ecuatorianas en los sectores territoriales peruanos del Comaina, Cenepa y el Santiago. Preguntamos: ¿Quién era en aquella ocasión el traidor, encubridor y corrupto ministrillo de Defensa fujimontesinista, designado por resolución suprema firmada, oleada y sacramentada por el individuo que viene purgando cárcel en un hotel de cinco estrellas en la DINOES? No tiene ya ninguna razón referirnos a otro desastre militar, en este caso a las aberraciones militares en el VRAEM o Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro, que han convertido al Presidente de la República, a los ministros de Defensa y del Interior, a los generales del Comando Conjunto de las FF.AA. y de la Policía Nacional en simples sepultureros de rutina, es decir, entierra muertos con peliculina y todo; claro, pues, como los que murieron en la Cordillera del Cóndor y los que vienen muriendo en el VRAEM no tienen apellidos de abolengo, sino mamanis, quispes, chapiamas, vilcas, etcétera, la cosa está en considerar a cuantos mueran en el VRAEM como “héroes nacionales” y asunto arreglado, igualándolos analfabeta y brutalmente con la talla monumental de un Bolognesi, un Grau y un Quiñones. ¡No jodan, hombre, que no quien planche! Por eso también no es casual que todos y cada uno de los pobres diablos que llegaron a los ministerios de Defensa y del Interior lo hayan hecho en calzoncillos, porque ninguno de estos incapaces (como todos los que llegarán) lo hicieron con un programa o un plan preconcebido, sencillamente porque lo que tienen en la cabeza es viruta por no decir lo que almacenan en grandes proporciones las letrinas de un cuartel. En conclusión, es justo y necesario, es ineludible, es imprescindible, es prioritario y urgente arrojar a esas mismas e inmundas letrinas al Ministerio de Defensa por su total fracaso desde el desastre militar de la Cordillera del Cóndor en 1995, pasando por el contrabando de armas a las FARC y el espionaje en la Fuerza Aérea, hasta llegar a la corrupción estructural en las Fuerzas Armadas y a las gravísimas y fracasadas operaciones de las famosísimas “fuerzas combinadas” en el VRAEM. Entonces, pues, es inevitable, es absolutamente lógico, es totalmente técnico y moral volver a los ministerios de Guerra, Marina y Aeronáutica, para que ningún abogadillo sin pleitos ni ningún ingenierillo sin tuercas se entrometa en los cruciales asuntos de la Defensa Nacional. Pero esta vez como ministerios de Defensa Marítima, Defensa Aérea y Defensa Terrestre, y con un Estado Mayor General Conjunto de las Fuerzas Armadas altamente profesional y patriota, acorde estratégicamente con la Seguridad y la Defensa Nacional establecidos en los artículos 163° y 164° de la Constitución Política del Perú; y en lo que concierne también a los estados de excepción (Emergencia y Sitio) puntualizados en el Artículo 137° de la misma y sacrosanta Carta Magna; ya que en estos últimos tiempos aciagos, intemperantes y mediocres, los gobiernos analfabetos de turno vienen utilizando aberrantemente, mejor dicho, inconstitucionalmente a las Fuerzas Armadas del Perú en la estúpida y descerebrada protección de las entidades públicas a raíz de los conflictos sociales que se suscitan en costa, sierra y selva. ¡Qué bárbaros! Por eso, anunciamos públicamente que nosotros sí tenemos hasta dos planes para la solución integral de estos gravísimos problemas que atentan contra la seguridad de la República, comenzando por el Orden Público Integral, la Seguridad Estratégica Integral y la Investigación Criminalista Integral. Permiso. JOSE OSWALDO VIDAL RUCABADO CAPITÁN (R) GRP-PNP
Posted on: Tue, 27 Aug 2013 08:27:55 +0000

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