EL MUSEO PROVINCIAL DE BELLAS ARTES LLEGA A VILLAFRANCA CON UNA MUESTRA DE PINTURAS DE FLORES. Las 32 obras de Felipe Checa podrán contemplarse en la localidad pacense a partir del próximo jueves 10 de octubre. En la actualidad, el Museo Provincial de Bellas Artes se encuentra en periodo de rehabilitación y ampliación, y aprovechando que una parte de la colección permanente estaba retirada de las salas en las que habitualmente se exhibe, se han programado exposiciones itinerantes. La primera lleva por título “Pintura de flores”, del pintor pacense Felipe Checa Delicado. Está exposición, que rotará por diferentes Ayuntamientos de la región, tiene como objetivo propio dar a conocer y difundir parte de los fondos del museo, a la vez que rentabilizar social y culturalmente una parte del patrimonio pictórico extremeño a través del conocimiento y disfrute de este selecto ramillete de pinturas de flores, que fueron creadas por el pintor pacense Felipe Checa Delicado, “artista -afirma Hernández- que con su obra escribió una de las mejores páginas de la historia de la pintura extremeña”. Hasta el momento la exposición se ha mostrado en localidades como Vadelacalzada, Guareña, Fregenal de la Sierra, Olivenza, Higuera la Real y Llerena. Mañana jueves, 10 de octubre, llega a Villafranca de los Barros para continuar después su viaje por otras localidades de la provincia. La exposición “Pintura de flores” la componen 32 cuadros del pintor pacense Felipe Checa Delicado. Esta colección de flores formando ramos, adornadas con hojas y colocadas en su florero, constituyó un género que fue practicado por pintores especializados desde el griego Pansias en el siglo IV a. de C. hasta nuestros días. Se integra dentro de las denominadas naturalezas muertas, compartiendo temática con el bodegón. “Checa –según explica el director del Museo, Román Hernández- fue el único extremeño que practicó con asiduidad la pintura de flores, generalmente pintadas al óleo sobre tabla ya que el lienzo es excepcional en este género. Los formatos son preferentemente verticales, no forman ramos en floreros sino que se presentan próximos al espectador sobre un fondo oscuro o neutro, al modo de sus bodegones. Las composiciones van desde una sola flor, pasando por dos o tres ejemplares hasta conjuntos más numerosos pero equilibrados”. De pequeño formato, la colección de Felipe Checa, pintada en el siglo XIX, tiene una gran importancia no sólo por su valor artístico, también porque se exhiben son sus marcos originales y, según Hernández, “por lo agradable de ver ya que cumple uno de los objetivos del arte, la delectación de los sentidos”. Por el tamaño y la temática, la muestra encaja bien en espacios de casas de cultura y ayuntamientos.
Posted on: Wed, 09 Oct 2013 12:23:38 +0000
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