EL NIÑO POBRE El niño pobre, que nadie sabía si tenía padres o qué, recogía basura en el barrio, de eso vivía, de las porquerías que comía. Lo llevamos a casa, lo lavamos, le dimos un pancito y lo dejamos seguir su camino. No podíamos alojarlo en nuestra casa, además que los vecinos son muy mal pensados. Supimos que otra familia le dio un par de zapatillas, pues las que usaba estaban muy gastadas, con hoyos y sin cordones. Como que daba pena. Después nos alegramos al verlo con ropa más decente, sin manchas ni roturas, parecía un niño cualquiera. Era raro que no fuera al colegio. Un día lo vimos vendiendo diversos artículos en la feria. No le iba mal. Sonreía. Después lo vimos vendiendo devedés de estupendas películas que le comprábamos pues eran mucho más baratos que en el comercio, las películas que acababan de salir, puras joyitas. Nosotros vamos muy poco al cine. En esa época él ya tenía una moto y parece que dormía en una casa abandonada junto a unos drogadictos, pero él se veía de lo más bien. Un día pasó a vernos, tenía buena memoria el cabro, sabía dónde vivíamos y todo, y le preguntamos que por qué no iba al colegio, que qué pensaba hacer con su vida. Nos dijo que quería trabajar, que de hecho ya lo estaba haciendo y le iba bien, que manejaba harta plata. Le preguntamos si tenía familia. Nos dijo que no. Que cuando era más chico muchas familias de gente bien humilde lo habían recibido como a un hijo más. Pero cuando lo retaban se cabreaba y se iba. Ahora estaba bien y le gustaba su independencia. Le dimos dos mil pesos, que aceptó sin decir nada y le deseamos buena suerte. Un día que salimos, primera vez que íbamos al cine, llegamos a la casa y notamos algo raro, la puerta estaba entreabierta. La habían desvalijado los malditos, seguro que drogadictos, que son la basura de la sociedad, los drogadictos pobres. Se habían llevado la tele, el computador, un par de celulares y unas pulseras de mi señora. Nada más. Como que el ladrón sabía a lo que iba. Nos acordamos del chiquillo que no sabíamos cómo se llamaba y lo denunciamos a la policía. Con las señas que dimos la policía encontró las cosas y las fuimos a recuperar a una tremenda bodega que tenían llena de cosas robadas. Al cabro lo enviaron a la cárcel. Dicen que lo violaron y que se suicidó. Un pena. Era un buen cabro. Debe de haber sido muy bonito cuando niño, el pobre.
Posted on: Sun, 30 Jun 2013 04:54:18 +0000
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