EL SANTO DEL DIA Hoy, 5 de octubre, la Iglesia celebra al BEATO - TopicsExpress



          

EL SANTO DEL DIA Hoy, 5 de octubre, la Iglesia celebra al BEATO FRANCISCO JAVIER SEELOS quien descansó en el Señor un 4 de octubre de 1867, a la edad de 48 años. Nacido en 1819 en Fssen en la Baviera, Alemania, fue Sacerdote profeso de la Congregación del Santísimo Redentor (Redentoristas), ejerciendo su ministerio pastoral en los Estados Unidos de América. En el año 2000 el Papa Juan Pablo II lo beatificó, colocando su fiesta el 5 de octubre. Sus restos reposan en la Iglesia de Santa María de la Asunción, en Nueva Orleáns. Hoy también, la Iglesia conmemora el nacimiento para el cielo del BEATO TRANQUILINO UBIARCO ROBLES, quien fuera martirizado, en un día como0 hoy de 1928, en Tepatitlán, Jalisco, México. Nacido en 1899 en Zapotlán, México, fue Vicario con funciones de párroco en Tepatitlán y uno de los infatigables y abnegados misioneros, en los difíciles tiempos de la persecución en este país Unidos, pues, a quienes viven la entrega a los demás hasta dar su propia vida, brindemos nuestro sincero aplauso a los Beatos Tranquilino Ubiarco Robles y Francisco Javier Seelos Meditación QUERIDO FRANCISCO JAVIER SEELOS, cuéntanos algo de tu alegre vida. Alegre, ah, sí, la gente me llamaba así: "El Asceta Alegre" Vaya gente buena!. Mis padres me contaron que fui bautizado el mismo día de mi nacimiento. Después de ingresar a los redentoristas, me embarqué para Nueva York, en donde completé mis estudios y fui ordenado sacerdote. Trabajé en muchas ciudades, Pittsburgh, Cumberland, Annapolis, Connecticut, Illinois, Michigan, Missouri, Nueva Jersey, Nueva York, Ohio, Pennsylvania, Rhode Island y Wisconsin, esforzándome siempre por estar disponible y ser afable para acoger y captar las necesidades de las personas comunes. Esto motivó que muchos, aún de los lugares vecinos, me escogieran como su confesor y guía espiritual. Los feligreses me describían como el misionero de la sonrisa permanente en los labios y de corazón generoso. En particular los necesitados y marginados quienes fueron los que recibieron más mi atención. Fiel al carisma redentorista, traté de expresarme siempre con un estilo de vida y un lenguaje sencillos. Obtuve del Papa Pío IX la exención de ser nombrado Obispo. Hasta que por fin, fui destinado a Nueva Orleáns, en donde sentí que los planes de Dios era tenerme por breve tiempo. Agotado por las visitas a los enfermos de fiebre amarilla, contraje yo también esta enfermedad que traté de sobrellevar con paciencia y alegría.
Posted on: Sat, 05 Oct 2013 16:23:23 +0000

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