EL TRABAJO no era fácil, aunque a simple vista, se viera cómodo, - TopicsExpress



          

EL TRABAJO no era fácil, aunque a simple vista, se viera cómodo, casi de bacán. Pero mientras más especulaba la propuesta, más rata se sentía. Además eso no era para él, estaba muy lejos de su idea de la profesión que había elegido. Miró la pieza. Qué asco la miseria, estaba harto de subsistir en esa pocilga, que ni siquiera era suya; esas pilchas ya no daban más. Se levantó de la silla, salió. Pava en mano, bombeó, dejó correr el agua marrón, y puso el recipiente cuando el chorro se aclaró. Entró, abrió la válvula de la garrafa, qué lo parió, ni una partícula de gas. Se desvistió y se metió bajo esa mofa de ducha, el agua cayó escasa y helada, con el último trocito de jabón terminó de bañarse. Se puso el vaquero nuevo de Luís, los mocasines que todavía tiraban y la camisa con rayas azules y fondo blanco, que no sabía por qué había guardado. SALIÓ sin ganas, dubitativo. Recorrió los dos kilómetros de tierra todavía espesa por el barro luego de lluvia de la noche anterior, sorteando charcos llegó hasta la ruta. No esperó demasiado, le puso la mano al bondi. Macho, ¿lo podía llevar hasta la estación? Lo comprometía, hermano, los chanchos andaban sueltos a esa hora. Pero iba a ver un laburo. Y él lo iba a perder si lo agarraban. Que no fuera botón, gritó uno. Que le pagara el boleto él, si era tan generoso. Y él, que pagara o se bajara, tenía que cumplir horario. Estaba bien, gracias. Se levantó el de la voz. Que esperara. Puso ochenta centavos en la expendedora y le dio el pasaje. Ya estaba, que se sentara piola. Gracias, señor. BAJÓ EN LA ESTACIÓN, olió a choripán, respiró hondo y saboreó el aire, tragó saliva; se recostó contra un poste, una voz lo hizo reaccionar. ¿Él era Francisco Rivera? Sí, señor. Mucho gusto, le tendió la derecha. Él era Paco. Cruzaron al boliche frente a la estación. Paco lo vio comer, apenas podía disimular su hambre y su sed. Tranquilo, hay tiempo. Siguió calmando esas necesidades, que anulaban sus sentidos. Paco comprendió, y no dijo nada más. FRANCISCO Se reclinó contra el respaldo de la silla, miró a Paco y se enderezó. Perdón... No, no era nada, era una actitud natural. Paco ordenó dos cafés, los tomaron serenos, acompañados por un cigarrillo cada uno. Paco aplastó calmo la colilla contra el fondo del cenicero, llamó al mozo y pagó. ¿Se iban? Como ordenara, señor. Paco asintió. LA CALLE estaba fría, casi oscura. Paco le hizo una seña a un auto que fue hacia ellos, parados en el cordón. Subieron. El auto tardó cuarenta minutos en llegar. Bajaron sin decir una palabra, entraron a una casa grande, elegante. Francisco recorrió con los ojos deslumbrados centímetro a centímetro aquel fabuloso recibidor ornamentado con oro, cristal y mármol de Carrara. Un valet le entregó una camisa de seda blanca, una corbata bordó, zapatos de cuero negro, medias al tono y un terno gris claro. Se vistió en un cuarto detrás de la puerta principal, Se encaminó hacia su escritorio, se sentó frente al teléfono rojo, otro valet le sirvió una copa de champagne, y esperó el llamado, luego de unos minutos sonó la campanilla del teléfono. -No, señor presidente, no dije salvación, dije exterminación de todos los bolsones de pobreza -repitió enérgico-, exterminación. ¿Entendió? Colgó, y se refrescó la boca satisfecho. Danny Delaney
Posted on: Tue, 03 Sep 2013 14:40:44 +0000

Trending Topics



"stbody" style="min-height:30px;">
Many more of you will be waking up to shipment notifications.
The ONLY CLINICALLY PROVEN slimwear Slim Up Smart
A few tips to help master the art of listening: 1 Listen with a
s="sttext" style="margin-left:0px; min-height:30px;"> cash loan on lawsuit
New face here on the farm :) This is hopefully going to be my
Probably one of the last people to find this out but out of all of

Recently Viewed Topics




© 2015