EL TRATADO ORTEGA-WANG JING ES MAS ONEROSO Y LESIVO A LA - TopicsExpress



          

EL TRATADO ORTEGA-WANG JING ES MAS ONEROSO Y LESIVO A LA SOBERANIA NACIONAL QUE EL CHAMORRO-BRYAN. Dr. Roberto Escobedo Caicedo Ex diplomático nicaraguense Cuando los sandinistas se apoderaron del poder político del Estado el 19 de julio de 1979, gracias a la nefasta política de los derechos humanos selectivos del entonces Presidente de los Estados Unidos, Jimmy Carter, y a la ayuda determinante que recibieron de los gobiernos social demócratas de Europa Occidental, declararon una y mil veces que romperían todas las ataduras que mantenían a Nicaragua como satélite de los imperialistas yanquis. Pero no cumplieron con ninguno de los compromisos contraídos ante el plenario de Cancilleres de los países que asistieron a la XVII Reunión de Consulta de la Organización de Estados Americanos (OEA). Tampoco con las promesas hechas al pueblo nicaragüense que los ejes principales de su política serían la economía mixt, el pluralismo político y el no alineamiento con ninguno de los bloques político-militares que se disputaban la hegemonía mundial. Como Poder Ejecutivo del nuevo Estado establecieron una Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional (JGRN), integrada por cinco miembros, de los cuales, cuatro eran títeres de los autoproclamados nueve Comandantes de la Revolución Popular Sandinista y el quinto, designado Coordinador, era uno de tales Comandantes, Daniel Ortega Saavedra. Los otros cuatro, eran Violeta Barrios de Chamorro, Alfonso Robelo Callejas, Sergio Ramírez Mercado y Moisés Hassán Morales. Desde el propio mes de julio de 1979, miles de cubanos castro-comunistas comenzaron a llegar a Nicaragua, bajo el disfraz operativo que eran profesores, médicos, técnicos graduados en diferentes disciplinas, etc. Otro tanto ocurrio con personal procedente de los países del Pacto de Varsovia. La casi totalidad de estos eran militares y esbirros de los diferentes órganos de seguridad del Estado, los que desde un comienzo se dedicaron a entrenar a los integrantes de los aparatos de terror del FSLN, Ejército Popular Sandinista, Policía Sandinista, Milicias Populares Sandinistas, Dirección General de Seguridad del Estado (DGSE), Tropas Guardafronteras, Tropas de Combate del Ministerio del Interior, etc. Asimismo, cuando en diciembre de 1979, se discutió en la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) las implicaciones que representaban para la paz mundial la invasión de tropas de combate del Ejército Rojo de la URSS a Afganistán, el delegado de Nicaragua, el libertino sacerdote de la Orden Maryknoll, Miguel Escoto Brockman, cumpliendo órdenes de los nueve Comandantes de la Revolución impartidas a través de sus títeres de la JGRN, se abstuvo de condenar la invasión por parte de la URSS a dicho país. El "pluralismo político" al estilo sandinista se puso de manifiesto en mayo de 1980, cuando comenzó a operar el llamado Consejo de Estado, especie de Asamblea Nacional. Habían pactado que tanto el FSLN como los partidos de oposición al régimen de Somoza Debayle, tendrían cada uno igual número de representantes en ese remedo de Poder Legislativo. Pero a la hora llegada, los nueve Comandantes de la Revolución, impusieron su voluntad de que cada una de sus organizaciones, como la Central Sandinista de Trabajadores, los Trabajadores de la Cultura, Asociación de Maestros, etc., tendrían también sus propios representantes, con derecho a voz y voto, teniendo de esta manera los sandinistas una mayoría abrumadora en el mencionado Consejo. Con su programa de confiscaciones selectivas; conversión del Consejo de Estado en un organismo completamente subordinado a los Comandantes de la Revolución y su estrecha complicidad con los países comunistas dependientes de Moscú, quedó claramente demostrado que las promesas que hicieron a los nicaragüenses y a la comunidad internacional no eran más que una suma de patrañas. No había economía mixta, ni pluralismo político ni no alineamiento con ninguno de los bloques político-militares que se disputaban la hegemonía mundial. En otras palabras, Nicaragua se convirtió en un nuevo protectorado del bloque soviético-cubano. Vidkun Quisling, era un Mayor del Ejército de Noruega que después de ser dado de baja por sus marcadas simpatías por el fascismo, formó su propio partido, adoptando como programa de acción política una quinta esencia del nacionalsocialismo hitleriano y el fascismo de Mussollini. Cuando los efectivos de la Wehrmach invadieron su país, les dio la bienvenida y formó un gobierno títere, al servicio incondicional de los alemanes. Llegó a tal grado su abyección y subordinación a los dictados de Hitler, que superó a los gobernantes títeres de la Francia ocupada, Croacia, de la República de Salo o sea, la parte de Italia que quedó en manos de los fascistas después de la capitulación ante los aliados occidentales, Mariscal Pétain, Ante Pavelic, Benito Mussollini, respectivamente. Fue a partir de entonces que se acuñó el término de "Gobiernos Quislings" para referirse a los gobiernos títeres, dependientes de una potencia ocupante que dictaba las reglas del juego. Algunos escritores han analizado diferentes facetas de la personalidad de Vidkun Quisling para elaborar una teoría de los principales atributos de los traidores. Cuando Noruega fue liberada de los invasores alemanes, Quisling fue capturado por efectivos del ejército británico, siendo entregado a representantes del legítimo gobierno de su país, recibiendo la recompensa que se merecía, el paredón. El periodista argentino, Gregorio Selzer, inició su carrera política como secretario del Presidente del Partido Socialista Argentino, Doctor Alfredo L. Palazio, el que no tenía nada de socialista pero sí de conservador. En noviembre de 1955, presentó en los salones de la Librería y Editorial "El Ateneo", de Buenos Aires, su libro, "Sandino: General de Hombres Libres", el que constituye una lección magistral de la historia de Nicaragua, antes que la falsificaran los sandinistas y orteguistas. Presenta a Sandino como un gran luchador contra las intervenciones de los Estados Unidos en Nicaragua, solicitadas por los políticos conservadores, como Adolfo Díaz Recinos, Emiliano Chamorro Vargas y otros. Asimismo, exalta la lucha armada que libró Sandino en el norte de Nicaragua contra las tropas de ocupación norteamericanas, hasta sentar las bases para que fueran retiradas del país, lo mismo que los engaños de que fue victima hasta su ejecución por efectivos de la Guardia Nacional de Nicaragua, cumpliendo órdenes de su Jefe Director, Anastasio Somoza García. El nombre del libro, "General de Hombres Libres", confiesa que lo tomó de un escritor francés que visitó a Sandino en las montañas de Las Segovias. Siendo Presidente títere de Nicaragua, Adolfo Díaz Recinos y Emiliano Chamorro Vargas, embajador ante el gobierno de los Estados Unidos, cumpliendo este último órdenes de sus jefes, firmó el llamado Tratado Chamorro-Bryan, mediante el cual nuestro país otorgaba a la potencia del norte las facultades de construir y operar un canal interocéanico por el territorio nacional; la construcción de bases militares en el Golfo de Fonseca, lo que constituyó un abuso a los derechos compartidos que tenían sobre el mismo Honduras y El Salvador. La vigencia de esa concesión era por el término de 99 años, siendo susceptible de prórroga si así lo estimaban los Estados Unidos. En realidad, los Estados Unidos nunca pensaron construir ese canal interocéanico por Nicaragua, sino evitar que otros países recibieran la respectiva concesión e hicieran competencia al Canal de Panamá, el que comenzó a operar comercialmente en 1914, año en que se firmó el oneroso Tratado Chamorro-Bryan. Fue abrogado el 14 de julio de 1971, durante el primer gobierno del General Anastasio Somoza Debayle. Gregorio Selzer, en su libro, "Sandino: General de Hombres Libres", cuando se refiere al Tratado Chamorro-Bryan, llama a los nicaragüenses que con sus traiciones lo hicieron posible, con tal de mantenerse en el poder con la ayuda de las bayonetas norteamericanas, "Los Quislings Nicaragüenses", calificativo que todavía conservan Adolfo Díaz Recinos y Emiliano Chamorro Vargas. Los sandinistas y orteguistas, cuando tomaron por asalto el poder del Estado en Nicaragua con la ayuda de mercenarios rojos, la complacencia de Mr. Jimmy Carter y de los gobiernos social demócratas de Europa Occidental, juraban y perjuraban que nunca firmarían ningún contrato tan oprobioso como el Chamorro-Bryan. Tenían el descaro y el cinismo de afirmarlo cuando ya habían convertido a nuestro país en un vulgar protectorado del bloque soviético-cubano. Mediante una hábil metamorfosis política, hecha realidad gracias a las divisiones del liberalismo nicaragüense provocadas por Enrique Bolaños Geyer y Eduardo Montealegre Rivas, Daniel Ortega Saavedra, secretario vitalicio del FSLN y antiguo dictador que se presentó como un adalid del marxismo-leninismo en Nicaragua, recurriendo a la dictadura revolucionaria del proletariado para justificar todos sus robos y crímenes, apoyado nuevamente por los sectores més aventureros del gran capital nicaragüense y de su brazo armado, el Ejército Popular Orteguista, más un fraude electoral, logró hacerse nuevamente con el poder a través de las urnas, pero ahora con el ropaje de un consumado fascista. Ortega Saavedra inició su segundo período presidencial convirtiendo a nuestro país en satélite de la Venezuela chavista, sumándose al ALBA, bloque de países promotores del terrorismo internacional, gracias a los petrodólares que les llegan de la Patria del Gran Libertador Simón Bolívar. Utilizando ese dinero en beneficio personal y de los miembros de los entornos familiar, político y militar de su mafia, se ha convertido en el mayor millonario de la región centroamericana, fortaleciendo los mecanismos de dominación de su dictadura fascista sobre el pueblo nicaragüense. Tanto él como los altos jefes de sus brazos armados y de terror han incursionado con éxito por el mundo del tráfico de drogas, arrasando de paso con los recursos naturales renovables y no renovables de Nicaragua, terminando con la más grande las traiciones que han sufrido los nicaragüenses, la Firma del Tratado Ortega-Wang Jing, oscuro aventurero de China Comunista, el que figurando como representante de una empresa de maletín, ha sido beneficiado con la concesión de la construcción de un Canal Interocéanico por el territorio nicaragüense y la construcción de obras conexas como un puerto de agus profundas en el Mar Caribe y otro en el océano pacífico; dos aeropuertos internacionales; un ferrocarril de alta velocidad; facilidades de explotaciones turísticas, etc., por el término de 50 años, prorrogables si lo desea el aventurero que representa los intereses de los altos mandos militares del Ejército de Liberación del Pueblo Chino y del respectivo Partido Comunista, los que se encuentran coludidos con los miembros de la mafia orteguista. Lo más oneroso y lesivo a la soberanía nacional es que la mencionada concesión concede al aventurero chino, Wang Jing y a sus mandantes, los Generales del Ejército de Liberación del Pueblo Chino y a los dirigentes políticos de China Comunista, derechos irrestrictos para expropiar, confiscar y pagar al precio que deseen todas las tierras que necesiten para la ejecución de todas las obras necesarias para hacer posible el mencionado canal, incluyendo la salinización de las mayores reservas de agua dulce de la región centroamericana, las del Gran Lago de Nicaragua. Llegan a tales extremos las últimas traiciones hechas por Ortega Saavedra y su mafia de elementos corruptos al pueblo nicaragüense, que según los términos de referencia del Contrato firmado con Wang Jing, representante de los círculos más agresivos y aventureros de los grupos mafiosos de militares y políticos de China Comunista, que nuestro país renuncia a su inmunidad soberana en caso que los concesionarios consideren que el gobierno orteguista les está jugando sucio. Esto significa que las reservas del Banco Central de Nicaragua y los depósitos de los que tienen su dinero en cuentas bancarias y de ahorro, corren el riesgo de perderlo, como ya les ocurrió en el pasado, durante la primera dictadura orteguista con las gangsteriles leyes de desmonetización. Aumentan las sospechas en tal sentido, porque uno de los artífices intelectuales de la llamada Operación "Bertha", Alejandro Martínez Cuenca, el que participó en su elaboración e implementación con el llamado Comandante de la Revolución Popular Sandinista, Henry Ruiz, alias "Modesto", y esbirros de la "Stassi", la temida y sanguinaria policía secreta de Alemania Oriental, ha sido nombrado por Ortega Saavedra como miembro de la Junta Directiva del Banco Central de Nicaragua, pese a que antes declaró en reiteradas ocasiones que renegaba de toda vinculación con el sandinismo y el orteguismo. Si Gregorio Selzer tuviera la oportunidad de escribir el segundo volumen de su obra sobre Augusto C. Sandino, es muy posible que ahora la presente bajo el sugestivo título de "Sandino: General de traidores, genocidas y narcotraficantes". Sería lo que más se aproxime a lo que han hecho los Quislings Nicaragüenses, los falsos revolucionarios y redentores de los humildes y explotados, entregar la soberanía de Nicaragua a una potencia extracontinental a través de un testaferro, Wang Jing. ¿Recibirán algún día la recompensa que le recetaron los noruegos al original, Vidkun Quisling?
Posted on: Sun, 21 Jul 2013 09:48:39 +0000

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