EL TRATO Capitulo V A los tres días del entierro llegaron a - TopicsExpress



          

EL TRATO Capitulo V A los tres días del entierro llegaron a la desierta casa otra vez los alguaciles acompañados de un notario y del propietario de la casa donde vivía arrendado. -Juan ya sabes- apuntó Don Manuel -que tu padre lleva un año sin pagar el alquiler y que tú no tienes ni oficio ni beneficio , tendrás que dejar la casa cuanto antes- Juan , echando mano de su elocuencia y retorica aprendidas en los lances callejeros y frecuentes visitas a las tabernas de los alrededores , cambió la cara y con un rapidísimo y certero examen de la personalidad del casero al que conocía ,argumentó motivos y razones apelando falsamente a la muerte de su madre, de su padre a los santos, a la caridad, y a las demás virtudes teologales para prorrogar lo inevitable. El casero se conmovió tanto que le dio seis meses más de estancia poniendo como única condición que si no trabajaba la fragua y el huerto de detrás estaba inculto y baldío desde hacia años al menos se arrendasen para no tener perdidas. Así Juan , paupérrimo , solo, bisoño y holgazán al menos tenia un techo . Don Manuel se fue conforme . Consciente de que seis meses pasan enseguida ,con lo poco que había dejado el padre, sin poder trabajar la herrería por falta de los conocimientos necesarios y ya dando por hecho que D Manuel pronto arrendaría la huerta a la que tampoco sabía sacarle el fruto, vio el futuro muy negro y por primera vez en su vida se planteó buscar ocupación que al menos le sustentara, idea que no le agradaba pero era lo único que podía hacer. Como primera medida lo más útil y beneficioso que se le venía a la cabeza era vender la yegua y los arreos, así que se puso en camino hacia la casa de el padre de Dolorcitas que aparte de labrar una huerta que tenía en la vega por la que pagaba muy poco arrendamiento ,era tratante de ganado aunque sin mucho éxito. Juan no sabía si tenía más ganas de vender la yegua o de ver a Dolorcitas, así que sin parar y a paso ligero en media hora larga estaba ya hablando con Don José .Hablaron de todo lo que habla la gente del campo, hicieron el trato (más beneficioso para el modesto huertano que para nuestro haragán amigo) pero verse pronto con el dinero en el bolsillo que le procuraría para unos meses de tranquilidad , vino , partidas al chinchón y algo para comer, era suficiente como para no pensar que la había malvendido .No es que Don José fuera malo con él , al revés más de una vez les mandó algunos chorizos, alubias, petróleo para él quinqué… , pero era tratante y el tratante siempre ha de conseguir buenos precios cuando compra aunque el vendedor sea un buen amigo. Quedaron en verse con los dineros en dos horas en la taberna de la parra y allí beberían unos vinos y jugarían un rato pues a D José también le gustaban los naipes y a veces jugaba fuerte. Por el camino Juan , marchaba contento por haber resuelto el tramite pero defraudado por no ver y hablarle a Dolorcitas .Como le sobraba tiempo se entretuvo mirando por ahí a ver si había por los aledaños a una de las mozas del pueblo para hablarle y engatusarla con zalamerías y halagos menester en lo que era experto como ya apuntamos antes, y medio escondido por la buganvilla que crecía en la ventana de atrás de la casa le prometió una vez más a la inocente muchacha que ya ni iría más a la taberna ni que jugaría más a las cartas y que trabajaría mucho, que pronto dormirían bajo el mismo techo.
Posted on: Fri, 02 Aug 2013 07:32:04 +0000

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