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EN ESE MOMENTO, EL MAQUINISTA HABLABA POR SU CELULAR CON LA EMPRESA Caja negra revela cómo fue la tragedia ferroviaria El maquinista del tren que descarriló en Santiago de Compostela estaba hablando por teléfono con personal de la compañía ferroviaria Renfe y circulaba a 192 kilómetros por hora poco antes del accidente, que causó 79 muertos y 150 heridos. FOTO Funcionarios completan el retiro de los restos del tren siniestrado en Galicia. AP TEMAS España - tragedia ferroviaria - Descarrilamiento en Galicia Santiago de Compostela | AFP, AP y EFE El Tribunal Superior de Justicia de Galicia indicó que esta información fue revelada por las cajas negras del tren siniestrado, analizadas ayer. Mientras tanto, los partes que elaboró la Policía luego de la tragedia señalan que el maquinista, Francisco José Garzón, se dio cuenta enseguida de la gravedad de los hechos. "Con lo que he provocado, prefiero morirme", dijo a un comisario minutos después del descarrilamiento, según informó ayer El País de Madrid. Garzón a quien se le imputan 79 delitos de homicidio y una pluralidad de delitos de lesiones, todos ellos cometidos por imprudencia profesional, confesó que creyó que no estaba en el punto del recorrido donde descarriló y que cuando quiso frenar, "llegó a hacerlo", pero ya era demasiado tarde. Las cajas negras dieron cuenta que segundos antes del accidente, el tren circulaba a 192 kilómetros por hora en un tramo limitado a 80. En ese momento, Garzón estaba atendiendo una llamada en su teléfono profesional en la que personal de la empresa le daba indicaciones sobre la ruta hacia la ciudad de Ferrol, final del trayecto del tren que había partido de Madrid. Por el contenido de la conversación y por el ruido de fondo, "parece que el maquinista consulta un plano o algún documento similar en papel", señala el Tribunal Superior en un comunicado. Poco antes del siniestro, se activó un freno, que según los investigadores fue activado manualmente por el propio maquinista, y no saltó ninguno de los sistemas de seguridad que llevan incorporados este tipo de vehículos. La velocidad entonces bajó a 153 kilómetros por hora. En cualquier caso, el frenazo no fue suficiente para evitar la catástrofe y el convoy volcó violentamente. El vaciado de datos de las cajas negras del tren que descarriló el pasado 24 de julio en Santiago de Compostela, la capital de la región de Galicia, concluyó tras cinco horas, un proceso en el que hubo un ligero retraso por la práctica de nuevas diligencias. El titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Santiago de Compostela, Luis Aláez, ordenó la realización de copias de seguridad del contenido de las cajas, informaron fuentes próximas a la investigación. La información extraída de las cajas negras apunta a un posible error humano como causa de la tragedia, ya que no menciona fallas técnicas o mecánicas ni la existencia de cuerpos extraños en la vía, aunque la Justicia especificó que todavía debe elaborarse un informe más exhaustivo. Desesperación. El comisario jefe de la Brigada Judicial de La Coruña fue de los primeras personas en hablar con Garzón, instantes después del descarrilamiento. Un agente le indicó que uno de los heridos que estaba allí era el maquinista del tren accidentado. "Al ver que tenía una herida en la cara, le invité a sentarse en un banco del puesto de mando", comentó. El policía le preguntó por su salud. "Estoy herido leve. Pero yo no soy lo importante, lo importante son los pasajeros", le respondió Garzón, que en tres ocasiones se lamentó: "La he jodido". Cuando el comisario le preguntó qué había ocurrido, el maquinista respondió: "Pues que circulaba a 190 kilómetros por hora". Luego preguntó si había muertos. Al ver su estado, el policía le dijo que no se preocupara de eso en ese momento. "¿Pero cómo quiere que me calme? Con lo que he provocado, prefiero morirme", afirmó Garzón, y lo repitió tres veces más. Garzón aceptó en ese momento extraerse una muestra de sangre, para descartar que hubiera bebido algún tipo de bebida alcohólica. El conductor del tren quedó ingresado el mismo día del accidente en la habitación 301 del Hospital Clínico de Santiago de Compostela con fractura de varias costillas y neumotórax. Según la prensa española, el maquinista, Garzón, un experimentado profesional de 52 años, ya había reconocido circular a una velocidad muy superior a la permitida, según su declaración ante el juez el domingo pasado. El conductor habría afirmado que, pese a haber realizado en 60 ocasiones ese recorrido, se había despistado y cuando comenzó a frenar era demasiado tarde. Inspecciones. Los vagones y las máquinas del tren siniestrado se encuentran custodiados por la policía en una nave semidescubierta a unos veinte kilómetros de Santiago. Hasta que se completen las inspecciones oculares no serán retirados los vagones y todavía está pendiente el acceso a pequeñas zonas cerradas por hierros que hay que cortar, apuntó el Tribunal Superior, que señaló que existe "la posibilidad de que se trasladen perros para realizar una última inspección de los restos". La cifra 192 kilómetros por hora era la velocidad del tren instantes antes del descarrilamiento. El tramo toleraba hasta 80 km/h. Pago a víctimas La compañía Allianz Seguros, aseguradora de la empresa ferroviaria estatal española Renfe, informó ayer que se indemnizará con 60.000 euros (79.520 dólares) a los familiares de cada una de las 79 víctimas mortales del accidente. El pago a los heridos oscilará entre los 1.500 y los 70.000 euros (1.988-92.775 dólares), según la gravedad de las lesiones. Estas indemnizaciones son independientes de las que pueda fijar un juez por la responsabilidad civil derivada del siniestro de la semana pasada en Galicia. Vea el video del accidente en Sa
Posted on: Wed, 31 Jul 2013 12:57:58 +0000

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