ESTOS HUESOS VIVIRÁN 1 Corintios 1:18: “Porque la palabra de - TopicsExpress



          

ESTOS HUESOS VIVIRÁN 1 Corintios 1:18: “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.” Hay poder en la predicación ungida por el Espíritu poder que no puede conseguirse con títulos académicos, con la habilidad hermenéutica, con la posición homilética, ni con el estudio exegético. No se puede enseñar; debe captarse por medio de la oración y de esperar en el Señor. Ezequiel 37 revela cuatro elementos esenciales de la predicación que transforma. LA PREPARACIÓN DEL MENSAJERO: El mensajero debe recibir el poder del Espíritu. Ezequiel 37:1 dice: “La mano de Jehová vino sobre mí”. La calificación para el mensajero es la mano del Señor en nuestra vida. La mano del Señor es la fortaleza de Dios; es el poder de Dios; es la preparación de Dios en nosotros para que hagamos la obra que Él nos ha llamado a hacer. SER MOVIDO POR EL ESPÍRITU: La mano del Señor llevó a Ezequiel en el Espíritu y lo puso en un valle lleno de huesos secos. Si Ezequiel hubiera sido un candidato para un lugar de su predicación, dudo que hubiera escogido el valle de huesos secos como su primera congregación. Ezequiel fue puesto en medio de un enorme campo de batalla donde cientos de miles habían sido asesinados. Los buitres se habían reunido ahí una y otra vez. Las lluvias habían lavado los huesos dejándolos limpios. Los huesos estaban blancos, habiéndolos blanqueado el sol. No había señal de vida. Pero aquí es donde el Espíritu puso a Ezequiel para que ministrara. El Espíritu Santo nos ayudará a ver la condición de la gente y hará que nuestro corazón sea sensible a sus necesidades. Jamás seremos más sensibles a los buscadores que cuando seamos sensibles al Espíritu. Cuando Ezequiel contempló la triste escena, dos pensamientos le surgieron a la mente; PRIMERO, los huesos eran muchos. La necesidad era abrumadora. SEGUNDO, los huesos estaban muy secos. La condición era intensamente desesperante. Oiga la pregunta que Dios hizo a su siervo: “Hijo de hombre, ¿vivirán estos huesos?”. Humanamente hablando, era imposible que esos huesos vivieran. Pero la fe de Ezequiel era confusa cuando dijo: “Señor Jehová, tú lo sabes”. El predicador estaba dividido; El primer mandamiento fue que predicara a los huesos. Y el segundo mandamiento fue que profetizara al viento. Ambos son necesarios para ver vidas transformadas; Profetizar al viento es interceder con un ruego desesperado a Dios para que dé su vida a la gente que esta muerta sin él. Hay muchas personas que profetizan a los huesos. Pero nos falta mucha profecía al viento. Al predicar sin orar no se logra nada. Ezequiel profetizó a los huesos, pero todavía no había aliento en ellos. Hubo un ruido, un temblor, los huesos se juntaron, pero todavía no había vida. Hay mucho ruido en nuestras iglesias • Música, • Predicación, • Y medios múltiples que aparentan vida. Yo estoy a favor de estas cosas, pero no toman el lugar del Espíritu Santo. Ezequiel vio los huesos juntarse para formar un cuerpo organizado; De la misma manera, nuestras iglesias funcionan como una máquina bien aceitada. Pero no importa cuán bien vistamos al cadáver; éste sigue muerto. No hubo vida hasta que Ezequiel profetizó al viento. Entonces llegó el aliento e infundió vida a esos huesos. Cuando el Espíritu sopló, esa congregación recibió vida y se puso de pie como un poderoso ejército. Si sucedió para Ezequiel, puede suceder para nuestras iglesias. Cualquiera que sea la presente condición de nuestras iglesias, Dios quiere soplar en ellas y derramar su Espíritu. Pero debemos sacar el poder, ser movidos, ser dirigidos y depender totalmente del Espíritu. Debemos ser fieles para declarar el mensaje, a pesar de lo que vemos ante nosotros. ¿Pueden vivir estos huesos? * El poder de Dios no está limitado por nuestras circunstancias. * La Palabra de Dios no está atada por la indiferencia del hombre. * La Palabra de Dios es viva y poderosa. Debemos profetizar y profetizar quiere decir en su base más activa, hablar por Dios. Debemos proclamar el mensaje con la unción del Espíritu Santo para que vaya acompañado de la autoridad del Señor. Debemos ser fieles en declarar el mensaje con el corazón de Dios. Ezequiel oyó hasta el más mínimo ruido y temblor porque su corazón era sensible. Debemos ser fieles en declarar el mensaje que Dios nos ha dado. La predicación de la Palabra ungida por el Espíritu; producirá avivamiento. Producirá salvación. Producirá sanidad. Producirá liberación. “La predicación pentecostes produce la experiencia pentecostal.” La Palabra de Dios predicada bajo la unción del Espíritu Santo trasformará vidas. PASTOR NARCÉS CÉSPEDES FDZ,
Posted on: Fri, 13 Sep 2013 02:07:38 +0000

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