EXAMEN DE CONSCIENCIA SOBRE EL AÑO Impuls (charla motivacional) - TopicsExpress



          

EXAMEN DE CONSCIENCIA SOBRE EL AÑO Impuls (charla motivacional) dado por mí el viernes en alemán para el primer día de Barmherzigkeit (Misericordia). Reuní en él diferentes elementos de comentarios anteriores pero en forma de un examen de conciencia. Añado unas fotos de la Adoración tras el Impuls, durante la cual los jóvenes se acercan al Santísimo a presentar sus peticiones y recibir su mensaje en forma de papeletas con citas bíblicas. En este primer viernes de la Misericordia, al comenzar un nuevo año académico y laboral tras las vacaciones veraniegas, conviene revisar ciertos aspectos de nuestras vidas durante el año ya transcurrido. En primer lugar nuestra vida de oración. Hace poco la Iglesia nos regaló en una misa semanal la parábola de las vírgenes sensatas, la cual simboliza nuestra relación con Cristo Redentor como un matrimonio místico, espiritual. Ahí encontramos dos tipos de esposas: las sensatas y las necias. La esposa necia es la esposa que le es infiel al esposo sin percatarse, atendiéndolo ya sin fervor, de manera rutinaria. Místicamente ello se traduciría en una ausencia de fervor en la oración, el caer en un rezo maquinal. El aceite que llega a faltar es el amor primero por Cristo que se extingue, que ya no alumbra nuestra contemplación como antes. Nuestra oración ya no es aquel encuentro amoroso, aquel diálogo personal con Cristo, que solía ser, al presente no es sino una tarea más. ¿Cómo remediar eso? Tal vez necesitemos una confesión, un retiro espiritual o hablar con nuestro director espiritual: “Id a la tienda a por aceite”. Mas debemos ir cuanto antes; si lo vamos posponiendo, quizá se haga demasiado tarde: “Mientras iban a comprarlo, llegó el esposo y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas, entonces se cerró la puerta”. Cuando queramos entrar nosotros también, tal vez nos dirá: “Os aseguro que no os conozco”. “No nos conoce”, esto es: hace tiempo que estamos en la oración con Él como unos extraños, algo similar a esos matrimonios deprimentes que al cabo de unos años perdieron el entusiasmo y conviven casi como desconocidos, como coinquilinos que cooperan en cubrir los gastos del apartamento y de la vida corriente. “Por tanto velad (conservad el fervor) porque no sabéis el día ni la hora”. En segundo lugar, conviene revisar también el estado de nuestra caridad fraterna. Hace poco también en una misa semanal tuvimos como primera lectura este pasaje de la 2ª Epístola de san Pablo a los Tesalonicenses: “En cuanto al amor mutuo, no tenéis necesidad de que os instruya: Dios mismo os ha enseñado a amar”. Dios que es Amor se hizo hombre en Jesucristo para enseñarnos Él mismo a amar con su ejemplo: “Como yo os he amado, así amaos unos a otros: no hay mayor amor que dar la vida por sus amigos”. Así pues, debemos tratar de ser lo más posible como Cristo, el Amor encarnado, que todo en nosotros esté impregnado de amor, dando nuestras vidas por amor a Dios y al prójimo: “Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que os mando”. Nunca podremos decir, así pues, que amamos lo suficiente hasta que, a imitación de Cristo, demos nuestra vida por nuestro prójimo: En el lavamiento de los pies Jesús nos hace ver que hay una forma de dar nuestras vidas por nuestro prójimo que es el mutuo perdón: “Jesús, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo: comenzada la cena, se levantó de la mesa, se quitó la túnica, se ciño una toalla y se puso a lavarles los pies uno a uno a sus discípulos”. A mi entender el punto donde más necesidad de revisión tenemos en lo tocante a la caridad fraterna son nuestros rencores. Al ver la impresionante diferencia entre nuestra actitud y la de Dios, nos damos cuenta de nuestra mezquindad y de que sólo Dios puede curárnosla: nosotros, cuando alguien nos ha fallado, solemos amarlo menos y desconfiar en lo sucesivo de él, mientras que Dios, cuando nosotros le hemos fallado, nos sigue amando igual e incluso entrega a su Hijo por nosotros. El amor de Dios es inmutable: “Si le somos infieles, Él permanece fiel, porque no puede negarse a Sí mismo”, 2Tim, 2, 13. Nuestro amor tiene, en cambio, múltiples altibajos: cada vez que alguien nos hiere o nos falla nos encerramos en nosotros mismos. ¡Y quién nos saca de ahí! Sólo Dios, cuyo amor es ilimitado, absoluto, todopoderoso, puede… Consideremos, así pues, cuánto nos ha amado Dios, quien entregó a su Hijo único en manos de los pecadores para redimir al mundo entero, cuánto nos ha amado Cristo, quien voluntariamente padeció y murió en la Cruz por nuestros pecados, y abrámosle nuestros corazones al Espíritu Santo, el Amor del Padre y del Hijo, para que venga a ellos como fuego que consuma todo su egoísmo y como viento huracanado que nos arranque a nuestro egocentrismo.
Posted on: Sun, 08 Sep 2013 10:50:22 +0000

Trending Topics



"stbody" style="min-height:30px;">
CREAMY AVOCADO CITRUS SALAD DRESSING This salad dressing is so
Collected Department Releases: Launch of the Lower Mekong
USkhumba uhamba nomkakhe nezingane zabo eziyisikhombisa (7)

Recently Viewed Topics




© 2015