EXPERIENCIA DE UNA NOCHE DE VERANO EN EL EJIDO Amigos lectores, - TopicsExpress



          

EXPERIENCIA DE UNA NOCHE DE VERANO EN EL EJIDO Amigos lectores, ayer (19 DE Junio de 2013), viví en algo menos de cuatro horas, una de las experiencias más interesantes y obscenamente vergonzantes de cuantas he vivido esta semana, (interesante en cuanto a que fue ésta vez compartida con otros ciudadanos anónimos), asistiendo en primerísima línea a una demostración del deseo, capacidad y poder de aterrorizar a la población llana, de a pié, utilizando toda la parafernalia de medios y equipamientos (pagados además y así como los sueldos y vacaciones de los perpetrantes por el propio pueblo): de lo que a todas luces, me pareció un nutrido grupo de terroristas y asaltantes, disfrazados de policías, de funcionarios del estado , prevericadores de su condición, indignos de su comportamiento social y personal; que escondidos detrás de chalecos antibalas, cascos brillantes, armas de asalto, tonos y actitudes agresivas y miradas profundamente hirientes; que ellos mismos dudarían en dedicar a los de su propia especie y familia. Digo terroristas, porque según nuestro diccionario terrorista. 1. adj. Que practica actos de terrorismo. Apl. a pers., u. t. c. s. 2. adj. Perteneciente o relativo al terrorismo. Y terror. (Del lat. terror, -ōris). 1. m. Miedo muy intenso. 2. m. Persona o cosa que produce terror. U. t. en sent. fest. De joven era el terror de las chicas del barrio. Y según mi vivencia de anoche, ésta definitivamente fué y no otra, la intencionalidad. Y la definición del diccionario no hace distinciónes en si la orden conteniendo la intención de tales actos, nace de la persona, o grupo, o como ellos suelen mencionar en su descargo: viene de arriba. Digo asaltantes, porque según nuestro mismo diccionario: asaltante. (Del ant. part. act. de asaltar). 1. adj. Que asalta. asaltar. 1. tr. Acometer impetuosamente una plaza o fortaleza para entrar en ella escalando las defensas. 2. tr. Acometer repentinamente y por sorpresa. La asaltaron los periodistas. Asaltaron dos veces el banco. 3. tr. Acometer, sobrevenir, ocurrir de pronto algo, como una enfermedad, la muerte, un pensamiento, etc. Y así es como lo hicieron. Presentación súbita por sorpresa y por la fuerza, sin permiso, impetuosamente, blandiendo su supuesta condición, mostrando vergonzosamente, su autoatribuido poder, el del traje armanento y actitud, sin permiso, ni explicación alguna, fuera o no esto (que importa) requerimiento legal. Tragándose como un gran gusano los más básicos derechos supuestos de los ciudadanos de ésta también supuesta democracia (sí, con minúsculas), que más bien actúa como una verdadera Terrocracia. Supongo que esto quiere decir: “el mantenimiento de la democracia por el Terror”. Digo disfrazados porque no hay manera de tragarse, ni se contiene en la labor y trabajo de la policia, nada que se asemeje a estos comportamientos, de manera que si a uno se los cuentan simplemente “no cree” y si uno los vive en primera persona, su razón le indica que “esos delincuentes” no pueden ser policías. Una vez más: del diccionario: disfraz. (De disfrazar). 1. m. Artificio que se usa para desfigurar algo con el fin de que no sea conocido. 2. m. Vestido de máscara que sirve para las fiestas y saraos, especialmente en carnaval. 3. m. Simulación para dar a entender algo distinto de lo que se siente. policía. (Del lat. politīa, y este del gr. πολιτεία). 1. f. Cuerpo encargado de velar por el mantenimiento del orden público y la seguridad de los ciudadanos, a las órdenes de las autoridades políticas. delincuente. (Del ant. part. act. de delinquir; lat. delinquens, -entis). 1. adj. Que delinque. delito. (De delicto). 1. m. Culpa, quebrantamiento de la ley. 2. m. Acción o cosa reprobable. Comer tanto es un delito. Es un delito gastar tanto en un traje. 3. m. Der. Acción u omisión voluntaria o imprudente penada por la ley. ~ político. 1. m. Der. delito que establecen los sistemas autoritarios en defensa de su propio régimen. Digo prevaricadores, otra vez atendiendo a la clase de sus actos por definición prevaricación. (Del lat. praevaricatĭo, -ōnis). 1. f. Der. Delito consistente en dictar a sabiendas una resolución injusta una autoridad, un juez o un funcionario. Digo indignos, porque el poder que emanando del pueblo manda a los politicos para que éstos en su nombre elijan de entre los ciudadanos a aquellos que mejor sirvan a éstos para su defensa y cuidado. Y repito. Indignos cuando por las razones que fuera “bastardean” su mandato y lo confunden con la delincuencia. Claro que ellos, o sus “cadenas” de mando pueden tratar de justificar por razones de seguridad del estado, lucha antiterrorista, o alguna otra farsa bien orquestada. Y esto pudiera en algunos casos ser medio creíble, pero señores ahora paso a describirles la realidad del cómo cuando y dónde de los hechos. A la vista de éstos, quizás vean claramente que es un ejercicio de rutina utilizado malsanamente para asustar al personal y grabar en sus mentes que tengan siempre muy presente el quién manda aquí (ellos) el cómo (por la fuerza la amenaza las armas y el terror) el cuándo (siempre constantemente, en cualquier momento) y el porqué (porque en realidad no es el pueblo el que manda, sino el tumor dirigente con sus tentáculos políticos, ejecutivos, judiciales y finalmente sus brazos armados cuya existencia conocen y de cuyo comportamiento hoy damos un pequeño ejemplo. Sí, ya sé que es pequeño y sin trascendencia, pero querido lector quizás tu sentimiento trascendente de la vida te haya enseñado ya que como dice la biblia “como ves abajo es arriba” ó como dice el pueblo “de muestra vale un botón”, así que y ya desde aquí, saca tus propias conclusiones. Desde estos antecedentes paso a relatar los hechos tal como los viví: Suelo salir una noche a la semana, por diversas razones y entre ellas mi personal esparcimiento, pero también el conocimiento y mejor comprensión de la clase social a la que pertenezco, me debo y sirvo. Y como muchos de vosotros, vecinos y amigos, vivo en El Ejido, y es aquí en mi pueblo y su radio de acción que desarrollo mi vida y actividad en estos tiempos. Desde donde como muchos de vosotros me brindo a colaborar con nuestras instituciones y sobre todo con los más necesitados y los más olvidados por ellas. A estas alturas, creo que ya está claro que estamos hablando de “incidentes” que ocurren aquí. No, no en Washington ni en La China Comunista ni siquiera en Madrid, ni en Burgos o incluso en Almería. Y a menos que nos cuenten que el mismísimo sucesor de Bin Laden o las oficinas centrales de AlQaeda, o una nueva planta de enriquecimiento de plutonio se encuentra escondida entre nuestros invernaderos, no exista NINGUN motivo para que se actúe de la forma que voy a relatar, a no ser que la única intención sea la de aterrorizar al personal, para que nunca y en ningún supuesto se le ocurra tener alguna duda de “quién manda cómo y por qué”. A las 10,40 de la noche, estoy tomando una tónica en un bar de Santa María del Aguila. No hay más clientes. La camarera y yo como único. Tres agentes de policía, entran sin saludar, directamente hacia la barra, vienen con guantes puestos los tres y cara de pocos amigos. Pienso que no me gusta nada, te pones los guantes si te vas a calentar las manos y/para no dejar huellas? No salgo de mi asombro. Mandan a la camarera abrir el cuarto de servicio (no piden permiso ni dan explicaciones). Se acercan a mi con un escueto: Documentación! que me arrebartan para escrutinio. Otro campando por sus respetos entra tambien sin preguntar en el almacén, la camarera sale detras de él, amable, diciendo qué pasa, espere que le enciendo la luz, etc. cuando se dan por satisfechos se van como han entrado. La camarera nerviosa y preocupada, y yo, honestamente también pues no teníamos testigos y al parecer no necesitan nignuna regla ni respetar ningún derecho. La camarera, asustada, llama a su marido, yo le digo que llame a su jefe, tiene que evitar, en la medida de lo posible, riesgos de responsabilidades personales, anticipándose con información. Desde el punto de vista de la justicia, la policía si quiere, nunca ha estado alli, no ha dejado huellas, ni “nada”, supongo en sus incursiones con guantes y en solitario por los interiores del recinto, sin testigos. Me voy minutos después, preocupado de dejar sola a la camarera, y pienso: si se repite la escena, a quién llama por ayuda: ¿a la policía? Cientos de metros más abajo, camino de casa, veo otro más conocido local de copas, con Dos microbuses de policía a la puerta. Pienso en el teatro del interior, pero no me preocupa tanto pues seguro que en este lugar hay más gente, así que aparte del posible uso o abuso general (quién sabe) no hay por que preocuparse. Voy dando vueltas a lo visto, camino de casa, sin querer encontrarme con la policía. Solo, sin testigos. Cuando entro en El Ejido, deben ser como las 11,30, veo un local recientemente inaugurado y decido entrar a conocerlo y terminar mi noche de asueto en paz, ahora al lado de casa. Estoy a media cerveza, en el local, semivacío hay 14 o 15 personas siendo servidas por dos camareras en la barra, los porteros , música, charlas y bastante tranquilidad. De pronto y como un tumulto empiezan a entrar policias, si no me equivoco en la cuenta, hasta 17, un grupo de ellos con equipo antidisturbios, fuertemente armados, chaquetas antibalas de estreno, uniformes inmaculados de buena factura, cascos puestos brillantes y de excelente calidad y botas de combate. Guantes puestos. Este grupo era de 5 . Los demás, siguiendo las normas televisivas, de paisano, Zapatillas, vaqueros etc, con chaquetillas luminiscentes abiertas con mensaje publicitario a la espalda. Entre los de la chaquetilla una mujer , un hombre canoso de pelo corto y los demás a su servicio, que no al nuestro. Voces con instrucciones claras, todas las luces encendidas fuera las músicas, las bebidas en la barra tú y tú y tú y tú aquí, tú y tú y tú alla. Los hombres a un lado, las mujeres a otro, documentaciones que se van supongo que a comprobar, chequean todo y a todos, cacheos pertenencias bolsillos y finalmente nos van echando del local, sin explicaciones. Nos han tratado a todos y todas como delincuentes, hasta que nuestras pequeñas pruebas les han mostrado nuestra carencia de importancia. Ningún argumento al control y cuidado de la población, pero sujetos TODOS a las leyes y al buen hacer. Todos los argumentos en contra del abuso de autoridad, de la intencionalidad de la coherción y de la provocación del miedo a los hombres y mujeres que os dan de comer, que pagan vuestras vacaciones y vuestros caros vicios y juguetes de guerra. Si queréis abusar de vuestros semejentes, no seais cobardes, todos pueden tener una mirada dura y andar como vosotros, escondidos detras de vuestros uniformes, cascos, chaquetas antibalas y armas. Aquellos a los que miráis, son como vuestros padres y hermanos, como vuestras madres y hermanas. Suponemos, que os mediréis más con los menores y con los viejos, aunque por mi experiencia personal, se que no es así, por todos, siempre. Luego pienso en vuestras mujeres, en vuestros hijos.......? Es éste vuestro patrón de comportamiento en la vida familiar? Mientras me voy a media cerveza, decido que tengo que contar la experiencia, y aunque estaba encaminándome nuevamente a casa, doy media vuelta con la idea de recabar más información, quizás si han detenido a un Núcleo Duro De eta, o de la mafia Siciliana, me tendré que tragar, al menos la mitad de mis argumentos. El caso es que decidí volver a los dos locales donde había visto en el primero y vivido en el segundo a los antipersonas y preguntar, o ver si estaban clausurados. El primero de ellos, otra vez en Santa María, estaba abierto, entré, tomé algo y pregunté. Me relataron la misma experiencia que yo viví en el local de El Ejido. Ninguna explicación, ninguna detención, Solo una paralización de todo y de todos por …...? Vuelvo al coche y una hora más tarde de mi experiencia, vuelvo a entrar en el local de El Ejido. Ningún cliente en la barra. Pregunto y la misma historia. Cuando nos fueron echando y el bar se quedó sin clientes de pago. Cuestionar y cachear a las mujeres. Se van con las mismas explicaciones que dieron al entrar. Tampoco aquí aparece el secretario de Bin Laden ni sus primos cernacos o lejanos. Ahora pienso.... bueno se habrán ido para su casa con la satisfacción del deber cumplido. Quizás pienso tengan placeres especiales viendo a la gente sometida a sus disfraces. Quizás estos son mágicos. Seguro que en casa no los usan. Y pienso que quizás yo también hago demasiadas críticas. Pienso después que me gustaría que llevaran la cara tapada cuando trabajan. No, no es por su seguridad, pues creo que ya gozan de seguridad en todos los aspectos en mucha mayor medida que el pueblo que los sustenta. Lo de la cara tapada es por su bien, para que no los reconozca nadie en el ejercicio de sus funciones, que ni sus familiares ni sus mujeres ni sus hijos ni sus vecinos sepan nunca que se dedican a eso..........ya saben. Cuando me meto por fin en la cama pienso en cuanto sufrimiento será necesario que causen y cuantos sufrimientos inesperados les va a presentar la vida hasta que entiendan qué es la dignidad humana. Y poco a poco me quedo dormido, gracias al efecto de 2 miligramos de droga. Kant Autor
Posted on: Fri, 23 Aug 2013 10:52:03 +0000

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