Educación de los niños con mal humor y temperamento Consejos - TopicsExpress



          

Educación de los niños con mal humor y temperamento Consejos para educar a los niños con carácter difícil conmishijos/ninos/ninos-familia/educacion-de-los-ninos-temperamentales.html Se dice que un niño es temperamental cuando fluctúa con facilidad de estado anímico y predominan en él reacciones ancladas en su naturaleza o constitución. Es el caso de menores, sobre todo varones, particularmente impulsivos, irritables, inestables emocionalmente, etc. La educación de estos niños puede ser más compleja para los padres, puesto que debemos encontrar la línea entre la firmeza y el autoritarismo. Educación de los niños con carácter Cómo controlar el carácter de los niños El temperamento es la predisposición a actuar de una forma u otra. Depende de la genética y modula la actividad, la reactividad y la emotividad. Ya desde la cuna se observa a bebés más inquietos que otros, que responden con rapidez a los estímulos y que presentan más oscilaciones emocionales. El temperamento es difícil de cambiar a lo largo de la vida, está condicionado por el ambiente y se adquiere en el transcurso de la vida. Es un conjunto de hábitos de comportamiento establecidos por las influencias sociales, culturales, educativas, etc. El carácter es una suerte de "marca" o "sello" que el discurrir vital imprime en la persona, ya desde la niñez. Si el temperamento impulsa a actuar desordenadamente, el carácter permite controlar la conducta y subordinarla a la inteligencia y a la voluntad. Es el caso, por ejemplo, del niño inclinado a reaccionar impetuosamente que logra contenerse merced a su carácter. Temperamento y carácter, más allá de sus diferencias, se trenzan y complementan. Cuando se acerca el foco de análisis a este tipo de situaciones, no es extraño descubrir en los padres un patrón educativo inapropiado, incluso con bebés, presidido por reacciones de tonalidad ansiosa, precipitada, sobreprotectora o despegada, etc., lo que no hace sino dañar la relación con el niño y abonar el terreno a las alteraciones conductuales del hijo. Pese a su vulnerabilidad, es cierto que no todos los menores considerados "difíciles" presentan problemas especiales, como tampoco todos los niños "fáciles" están exentos de complicaciones conductuales. Así nos encontramos, entre otros trastornos, con el comportamiento perturbador, la disocialidad y el negativismo desafiante, en los que en mayor o menor cuantía se produce un deterioro significativo que se proyecta en la actividad familiar, escolar o social del menor. Consejos para tratar el carácter de los niños - Se debe observar a los hijos, incluso su lenguaje no verbal, y valorar sus conductas en función del contexto. Es mejor reforzar las acciones apropiadas que reprobar las inadecuadas. De igual modo, no se deben exagerar las faltas, pero tampoco ocultarlas. - Con objeto de fomentar la estabilidad, hay que hacer todo lo posible para regularizar los horarios y rutinas fundamentales: alimentación, sueño, estudio, etc., a la par que se estimula progresivamente en los menores la utilización adecuada del tiempo libre. - El juego, la actividad física y deportiva, así como el trabajo escolar, constituyen vías de enorme potencia educativa, ya que permiten canalizar la energía y modular el carácter. - El modelado parental se torna esencial. Brindar ejemplo positivo acrecienta la autoconfianza de los progenitores y mejora las actitudes hacia los hijos. - En lugar de abrumar a los niños o adolescentes con instrucciones largas, complejas, imprecisas o tediosas, es preferible hablar con claridad y concisión. Así, por ejemplo, es mejor decir "recoge tu habitación" que, "si no te portas bien, vamos a llevarnos muy mal". En este último caso, no se aclara cuál es la conducta deseada. - Es bueno contar con la colaboración de maestros y compañeros o amigos de los hijos. - La autoridad, a diferencia del autoritarismo, aquieta y eleva la convivencia. Si surge algún conflicto, han de evitarse los «pulsos» entre padres e hijos. - Los límites razonados y razonables proporcionan a los hijos referencias áureas para el ajuste de su comportamiento, el desenvolvimiento respetuoso y la conquista gradual de la libertad responsable. - Los hijos necesitan que se los ayude a identificar y expresar sus pensamientos y sentimientos. A medida que crecen deben implicarse en la regulación de su propia conducta. Una herramienta educativa básica es el diálogo paterno-filial, que se beneficia cuando reúne, entre otras, las siguientes notas: tono apropiado, contacto visual y ambiente cordial.
Posted on: Tue, 16 Jul 2013 09:12:05 +0000

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