El 26 de septiembre de 1983 estuvo a punto de iniciarse una guerra nuclear de la que seguramente nadie saldríamos ilesos. Es que ese día hubo una extraña conjunción de la tierra, el sol y la red de satélites rusos, que mezclada con el equinoccio de otoño, generó y se detectaron señales térmicas que los radares identificaron como si fuera un lanzamiento de cinco misiles norteamericanos con rumbo a territorio ruso. Lo que vino salvando al mundo, es que el oficial soviético Stanislav Petrov -responsable en turno del departamento de radares- pensó: ¿qué país empieza una guerra nuclear con sólo cinco misiles? y menos Estados Unidos que tiene miles de ellos; si en 20 minutos no estallan en territorio soviético, era un falsa alarma. Y no estalló nada, pues se trataba del fenómeno físico que les mencioné. Este Petrov debió ser nombrado el héroe del siglo XX, pero el protocolo soviético dice que un operador de radar que identifique un asunto así, debe dar aviso de inmediato para responder el ataque. Petrov lo sabía, así que no dio aviso, pero el ejército lo castigó quitándole su nivel y rebajándolo al puesto más bajo del organigrama del ejército. Empero en el año 2006 la ONU que se enteró del incidente por casualidad, lo premió por haber empleado auténticamente la inteligencia militar. No es sencillo juzgar los hechos, pues ciertamente pudo ser real la alarma y él sería responsable de no haber dado aviso, pero sabía que reportar el asunto, significaba ir sin duda a una guerra nuclear pues EUA iba a responder de inmediato el ataque. Luego se hizo una película con ese argumento... ¿cómo la béisbol?
Posted on: Tue, 01 Oct 2013 05:09:46 +0000
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