El 6 de junio de 1942, en pleno fragor de la Segunda Guerra - TopicsExpress



          

El 6 de junio de 1942, en pleno fragor de la Segunda Guerra Mundial, la goleta Resolute izó su vela y zarpó en San Andrés rumbo a Providencia, al mando del capitán Joseph Maclean, siete tripulantes y cinco pasajeros. Todos eran Raizales. Diecisiete días después, a las 10 de la mañana, el submarino nazi U-172, comandado por el teniente de navío capitán Carl Emmermman, emergió de la nada y disparó un cañón y una ametralladora contra la embarcación Raizal, que se hundió en un suspiro en medio de los tiburones y las barracudas. Sólo seis ocupantes sobrevivieron para contar la historia. Los hechos se repitieron el 22 de julio. Otro submarino alemán, esta vez un U 505 comandado por Alex-Olaf Loewe, hundió con dos disparos las cuatrocientas toneladas que pesaba el Roamar, una goleta Raizal. Ninguno de sus veintidós ocupantes sobrevivió. Los ataques no pararon ahí. A la 1 de la mañana del 17 de noviembre del año siguiente (1943), la goleta Rubby fue hundida por otro submarino alemán cuando viajaba a Panamá. Murieron dos de sus ocupantes. Esa fue casi toda la participación de Colombia en la Segunda Guerra Mundial. Tres barcos pequeños hundidos y treinta personas muertas. El país tuvo una justificación concreta para respaldar a los aliados en contra de las oscuras potencias del eje. Estos tres tristes pasajes de nuestra “guerra contra Alemania” fueron desempolvados a fines de 2001. Descendientes de los náufragos y los muertos de San Andrés, Providencia y Santa Catalina demandaron el 29 de diciembre de 2001 al Gobierno alemán, en busca de un reconocimiento a este “crimen de guerra” y de una indemnización. La demanda fue remitida a la embajada de Alemania en Bogotá por el abogado Raizal Edgardo Martínez Mitchell y el historiador, también Raizal, Walwin Petersen Bent, quien recabó toda la información histórica sobre los acontecimientos. Como prueba de la presunta responsabilidad de los alemanes en el hundimiento de las embarcaciones, los demandantes recogieron testimonios de sobrevivientes, documentos, publicaciones del Naval Institute Press ; escritos del autor alemán Jurgen Rohwer “Axíss Submarine Successes (1939-1945)” y recortes de prensa, entre ellos una serie de publiccaiones que hizo El Tiempo en 1986 cuando se cumplieron 44 años de los hundimientos. Martínez Mitchell cuenta que la demanda es en representación d elas familias May, Mitchell y Nelly, que perdieron por lo menos seis de sus parientes en el hundimiento de la goleta Roamar. Los más interesados en el caso son los descendientes de Samuel May y su hijo Harlie May, quienes murieron en el Roamar y son familiares del rector de la Universidad Cristiana, con sede en San Andrés, George May. Según el historiador Petersen Bent, Samuel May fue capitán del buque Pichincha de la Armada Nacional que peleó en la batalla de Tarapacá contra el Perú, en 1933, y fue declarado héroe nacional. Miles de dólares Los demandantes debieron llenar un extenso formulario de la Embajada de Alemania en Colombia, que debía ser diligenciado antes del 31 de diciembre de 2001. Ese día venció el plazo establecido por Alemania para recibir quejas y demandas sobre eventuales daños y prejuicios que hubieran podido ocasionar los nazis en cualquier lugar del planeta. Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, ha pagado más de 51.000 millones de dólares en compensaciones. Aunque Martínez Mitchell no revela el monto de las pretensiones económicas a que aspiran como indemnización, reconoce que son miles de dólares de acuerdo a las tablas de compensación aprobadas en el Código Civil Colombiano por demandas extracontractuales para el pago de daños emergentes, perjuicios morales y lucro cesante”. “La demanda se presenta sesenta años después de los hechos porque hasta ahora hay voluntad de estos países de reconocer sus hímenes de guerra e indemnizar a las víctimas del mundo”, asegura. Confiamos en que el Gobierno alemán reconozca estos hechos, porque creo que existen pruebas contundentes, tales como los testimonios de los comandantes de los submarinos que dispararon contra las embarcaciones”, dice. Para darle más consistencia a su reclamación, el abogado elevó a escritura pública las declaraciones de los testigos o sobrevivientes, ya que los archivos de las identidades de muchas de estas personas desaparecieron en un incendio que destruyó la oficina de la Intendencia y Registraduría en la isla en la década del 60 del siglo pasado. “Si el Gobierno alemán reconoce su culpabilidad en estos hechos convalidaría la historia y sería aún más importante que las indemnizaciones, pues serviría como ejemplo para que el Estado colombiano también reconozca muchos de los errores que ha cometido contra el pueblo Raizal de las islas que han causado un etnocidio y una catástrofe ecológica y cultural”, afirmó Martínez Mitchell. El historiador Petersen Bent, quien es miembro de la Academia Colombiana de Historia y quien hizo valiosos aportes a la investigación, anunció que está apunto de poner en circulación un libro donde narra algunos hechos inéditos, y la lista completa de las víctimas del hundimiento de estas embarcaciones, incluida una cuarta goleta, Los Tres Amigos, donde murieron dos personas más. Habrá que esperar a que los tribunales alemanes se pronuncien. Ganar sería una pequeña revancha contra el odio y el terror racista de Hitler.
Posted on: Tue, 15 Oct 2013 22:01:24 +0000

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