El Espíritu de Dios ha venido como una tempestad de fuego y viento. Él es una fuerza impulsora. Hoy en día, los trenes poderosos de vapor se pulen y los presentan en los museos, no hay fuego en su interior, sin vapor gritando a través de las montañas. ¡Fuego! Dios da el Espíritu Santo para convertirnos en lo que no somos. No es sólo que nos bendiga con una buena reunión, un estimulante emocional o dulces celestiales. El Espíritu no tiene que ver con el estado de nuestros sentimientos, pero con el estado del mundo sin Dios. Él viene a nosotros a enviarnos, para darnos energía, fibra para nuestra columna vertebral de audacia. El Espíritu Santo es el brazo de la emancipación de Dios. Él hace los esclavos los socios de Su trono. La Biblia es nuestra guía. Algunos leen la Palabra de Dios criticándola pero la palabra es su crítica y por su propia actitud hacia la Palabra se condenan a sí mismos. La incredulidad es el juicio. Sin embargo, "Tu palabra es una lámpara a mis pies..."
Posted on: Mon, 08 Jul 2013 02:58:49 +0000
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