El Golem I Así como Dios creó a Adán, el hombre tiene la - TopicsExpress



          

El Golem I Así como Dios creó a Adán, el hombre tiene la facultad de alcanzar la virtud creadora. Al menos, era eso lo que entendían los cabalistas judíos. Ya en el Medio Evo, Paracelso dejó instrucciones escritas para la creación del homúnculo (pequeño ser vivo que podía mantenerse vivo dentro de un recipiente de vidrio). Una empresa más ambiciosa, fue el nacimiento del Golem. Hecho de barro o arcilla, podía dársele vida mediante la conjuración de fuerzas siderales del universo. Era trabajo sólo de sabios y conocedores de los arcanos de las Santas Escrituras, quienes, mediante permutaciones del número y el signo de los versículos bíblicos, daban vida al ser orgánico llamado Golem. II Uno de los personajes del drama “El Creador” de Sherezade Danahí, dice, respecto al Golem: «Más muerto que vivo, el padre ha dejado su último suspiro y ha expirado. Ese aliento final ha dado forma al hijo, hecho de un solo órgano sin calor ni sangre, no entiende de cansancios ni parpadear sabe, al igual que el padre, está más muerto que vivo. (Al Anciano:) Pero será el Golem quien cargue tu cadáver. Aunque no diferencie la vida de la muerte, aprenderá a cavar la tierra y sabrá que debe enterrarte. Pero al Golem ¿quién lo enterrará, quién sabrá darle muerte…?» Las polémicas sobre las condiciones existenciales de esta criatura, se prestan más a la imaginación que al razonamiento. Al parecer carecía de emociones, pero con el tiempo fue llenándose de odio (según Sherezade Danahí, también temía a la muerte); no sabía hablar y menos leer, y tampoco tenía la facultad de razonar, pero entendía las órdenes y los mandatos; y lo más paradójico: estaba vivo, pero no tenía alma. Cuando la esposa del rabino Judah Loew ben Bezalel (relatos judíos aseguran que él logró crear un Golem), le ordenó a la criatura ir a sacar agua del río, ésta se pasó los días vaciándolo de aguas hasta inundar la ciudad. Leyendas judías aseguran, también, que hay un Golem muerto en un ataúd en el ático del Altneuschul en Praga. Para revivirlo, bastará con que alguien escriba una sola letra en su frente. Gustav Meyrink difundió la fama del Golem en occidente con su obra Der Golem de 1915. III Si queremos construir nuestro propio Golem, las indicaciones más difundidas son éstas: Primeramente, es necesario alcanzar un alto nivel de sabiduría y santidad y comulgar con Dios para que nos dé la capacidad de llevar a cabo el proyecto. Segundamente, se debe realizar trabajos de alfarería o escultura para forjar la imagen del Golem, con barro traído de las orillas del río Moldava (Praga). Terceramente, y para insuflarle vida, hay que conocer las artes de la Cábala y los Nombres de Dios y escribirlos en su frente, o, en una tablilla de arcilla que se colocará debajo de la lengua de la criatura. Jorge Luis Borges ha escrito un poema al Golem, y, en El libro de los seres imaginarios, nos deja estas indicaciones (mencionando a uno de los talmudistas y místicos más importantes del judaísmo): «Eleazar de Worms ha conservado la fórmula necesaria para construir un Golem. Los pormenores de la empresa abarcan veintitrés columnas en folio y exigen el conocimiento de “los alfabetos de las doscientas veintiuna puertas” que deben repetirse sobre cada órgano del Golem. En la frente se tatuará la palabra “Emet”, que significa “Verdad”. Para destruir la criatura se borrará la letra inicial, porque así queda la palabra “met”, que significa “Muerto”.»
Posted on: Sun, 23 Jun 2013 01:16:18 +0000

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