El Partido De Futbol No había elección, no había escape alguno - TopicsExpress



          

El Partido De Futbol No había elección, no había escape alguno de la decición tomada tanto por mi, como por el equipo. No había voto que valeria entre nosotros, no era una elección popular, no se trataba simplemente de querer jugar un partido de fútbol o pasar la tarde acostado en el sofá, viendo cualquier tonteria retrograda. No. Este partido era de por si, la única elección disponible. No habían espectadores, lo cual me hacia sentir mejor, siempre, desde niño, tuve un pánico escenico que no llegue a superar incluso a los 22 años, un pánico escenico que no me dejaria desarrollarme como el buen deportista que soy. Pensandolo mejor, ese pánico escenico es quizas una burla comparado con el temor de perder este partido de fútbol, y claro, dejando de lado el egocentrismo y las ganas de vernos triunfar. El trofeo ya estaba acordado, no supe en ese momento si sentirme el mejor humano del mundo por competir por tan importante y único trofeo, o sencillamente sentir que durante este partido estaria cargando el mundo sobre mis hombros. Eramos 8 en mi equipo, todos desconocidos, o por lo menos hace 1 hora. El otro equipo tambien eran 8, mucho mas altos que nosotros, y mas aterradores también. El arbitro, solo un sombra entre la espesa noche, se acercó a lo que parecian ser pasos lentos. No dijo nada, las reglas ya estaban impuestas en nuestras mentes por costumbre a este deporte rey. Se escuchó un ruido que supuse yo, daba la señal a que la pelota empezara a rodar en el campo. Sacaron ellos primero. Dejé que el numero 7 de mi equipo se me adelantara mientras yo retrocedía lo más cerca a la porteria. Necesitaba un mejor campo de visión para la defensa, porque eso era lo principal en este partido; defender. El numero 6 del equipo contrario hizo una pirueta humanamente imposible que hizo tropezar al numero 7 de mi equipo, acto seguido, dio un pase rápido al numero 5 de su equipo. El numero 5 venia a toda velocidad, algunos jugadores de mi equipo mostraban en sus rostros que el miedo les consumia, por lo que me adelante para hacer lo que mejor sabía hacer. Mire mi objetivo, el balón, y con un toque limpio de la punta de mi pie hize que este saltara y se alejara del control del numero 5 del equipo contrario. Este paso a mi lado y me miro con asombro, yo solo desvié la mirada, solo queria acabar con esto sin ganarme enemigos. El partido llevaba ya 10 minutos con el marcador 0-0, ambos equipos estaban dando un buen partido, por un momento desvie mis pensamientos y lamente que no haya público que disfrute de tan hermoso arte, pero no venía al caso que un público disfrute el dolor emocional de sus anfitriones. Desperté de un sueño conciente solo para detener el balón que venia hacia mi, tome velocidad y visualize a un compañero mio, si no me equivoco era el numero 2, le di un pase largo, pero me falto lanzarlo con más fuerza, ya que el equipo contrario detuvo el balón a mitad de camino, controlando ellos ahora el juego. El numero 2 me regaño, me dijo que si asi jugaba por lo que más me importaba no queria saber como jugaria por un inútil trofeo de oro, típico de nuestras competencias. Era cierto, debía concentrarme más, no debía ser egoista conmigo. El equipo contrario saco lo máximo de su físico, y bloqueo cada pase que nosotros dabamos. Es ahí donde mi corazón latio más rápido, el numero 8 del equipo contrario se había hecho espacio, en un lugar de la porteria donde habiamos descuidado la defensa. Craso error. El numero 8 se detuvo un mili-segundo y pateo con todas sus fuerzas. Todo ocurrio tan lento. El balón se dirigia a la esquina superior derecha del arco, lugar casi imposible de que el arquero llégue. Y así fue. El arquero salto lo más alto que pudo, pero solo para ver como el balón atravesaba la red del arco. En el momento que el marcador cambio a favor del equipo contrario, senti multitudes de personas llorar, miles y miles de inocentes ver con sus propios ojos el sufrimiento de cerca, cerca a ellos, y a nosotros. Mi equipo guardo silencio, el equipo contrario solo rio, pero eso era de esperarse, ellos no tenian mucho que celebrar que digamos. Ahí empezé a convencerme a mi mismo, ”es solo un gol” me decía internamente, intentaba por cualquier medio mirarle el lado bueno a la situación, algo que tuve que hacer escapandome de la cruda realidad. El partido siguio. Una vez más el equipo contrario tomaba control del juego, eran especialistas en quitar el balón y llevarlo, en casi todo el partido que había transcurrido, ellos tuvieron más el dominio del balón. Gracias a Dios pude notar que quisieron hacer la misma jugada de antes, y exponer nuestra débil defensa para abrirse camino al arco. Les indique a dos jugadores de mi equipo que regresaran, a la par que yo marcaba al numero 7 del equipo contrario. Al ver que la defensa era impenetrable, no le quedó más remedio al jugador del equipo contrario que tirar la pelota a larga distancia, lo que fue un bloqueo inminente por parte de nuestro arquero. El arquero lanzó la pelota lo más lejos que pudo. Cojí la pelota con mi pecho y me dispuse a dirigirme al arco enemigo. Estaba cerca, pude sentir a dos jugadores del equipo contrario murmurando algo inentendible a mis oidos. Corrí lo más rápido que pude, y al ver que ellos me alcanzaban, frené de golpe. Los dos jugadores enemigos se alejaron de inmediato de mi circulo de visión, lo que me permitio abrirme campo al arco, y visualizar al arquero. Arriba, a la esquina del arco. Golpie el balón con todas mis fuerzas, sudando gota a gota el esfuerzo que me costo llegar hasta tal punto. La pelota voló por los aires, mientras todo el campo de juego se paralizo para ver el resultado del momento. El arquero saltó lo más alto que pudo, sacando ventaja a su gran tamaño. Pude notar que el arquero rozo la pelota con sus dedos casi sin llegar a tocarla, pero fue suficiente para desviar el balón y hacer que chocara contra el palo del arco. Una impotencia se apodero de mi cuando vi eso, toda la sangre de mi cuerpo me empezó a hervir dentro del cuerpo. Una vez más, mi equipo guardo silencio, solo mirabamos al piso de la cancha. El juego debia continuar. Durante los siguientes 10 minutos, estuvimos sobreviviendo al ataque del equipo contrario con solo tácticas de defensa improvisada. Debiamos hacer tiempo. El equipo enemigo se mostro dominante, cada vez con más ganas de hacernos gastar nuestras energias para ver hasta donde durabamos, cuando de repente sonó el mismo ruido que había dado inicio al partido. Por fin, se había acabado el primer tiempo. Me lanze al gras del campo y mire al cielo, mientras respiraba profundamente inflando mis agotados pulmones. Escuchaba al equipo enemigo murmurar mientras se sentaban en el suelo, alejados al campo. Mi equipo escapo de mi vista, seguro estaban tomando agua y dandose animos, si no mutuamente, cada uno en su mente. El cielo estaba oscuro, y pude ver el trofeo desde donde estaba, una increible maravilla del mundo, de Dios, de la vida. No era justo. Era demasiado para nosotros. Me levanté rápido, aún con lagrimas en los ojos y me dirigí a mi equipo. Durante 10 minutos les explique lo que tendriamos que hacer para el segundo tiempo, les explique el púnto débil de nuestra defensa que aprovechaban los contrincantes y el poco ataque a la buena defensa del enemigo. Les dije tambien el rol de cada uno, y que cambiariamos posiciones, esta vez, yo como delantero. Si alguien debia llevar una carga, ese era yo. Todos los demas, eran más jovenes que yo, era muy probable que tuvieran aún a sus padres esperandolos en casa, cosa que les atormentaria durante el partido y no les dejaria aprovechar el maximo de su capacidad atletica. Yo, en cambio, era alguien quien por diferentes decisiones de la vida, había terminado solo, decisiones que en su momento me parecieron indicadas, terminaron alejando a las personas que en un momento quisieron lo mejor para mi, ayudarme. Si alguien debia cargar algo con tal peso, ese era yo. Sono el extraño sonido que daba inicio al segundo tiempo. Sacamos nosotros. El equipo contrario parecia estar mas decidido a vernos perder. El numero 6 de mi equipo cabezeo la pelota en el aire con direccion al numero 4. Este la detuvo con su pecho para luego dirigirla a su pie, y levantarla nuevamente para evitar al numero 5 del equipo contrario, quien aparecio de la nada para arrebatarle el control del balón. El partido empezo a ponerse tenso, muy diferente al primer tiempo, donde era predecible el gol a favor del equipo contrario, pues este demostraba tener el dominio, Ahora todo era diferente, y si los papeles no habían cambiado del todo, por lo menos ambos estabamos disputandonos el juego, lo que hacia más interesante el partido. Otra vez pensé en el público ausente, y una vez más me volvi a sentir indignado. La pelota se dirigia hacia mi, por lo que la frené y voltie casi inmediatamente, para esquivar al jugador que venia hacia mi, haciendolo tropezar. El arbitro hizo caso omiso a lo que el jugador tendido en el suelo le decia. No entendia nada pero era muy problable que le pidiera una sanción hacia mi, pero yo sabía que había jugado limpio. Segui con el balón, hasta abrirme paso a la porteria. El arquero me sonrió, lo que hizo que mi corazón latiera, no podia fallar otra vez, en ese partido no. Patié la pelota esta vez por lo bajo. El arquero no midio el ángulo del tiro, por lo que creyó que iría directamente a el, tomando el balón la dirección izquierda del arco, anotando asi un punto a nuestro favor, y por ese momento, el empate del partido. Era la primera vez que la cancha de juego se llenaba de ruido. Mi equipo no evito gritar de emoción al ver que el balón había entrado limpio a la porteria. Yo solo mire arriba y sonreí. Sentí una vez más en mi corazon a miles de personas que se alegraban, quizas, el verdadero publico de este partido, y a la vez, el trofeo. El juego debia continuar. El equipo contrario arranco con furia, sabian lo peligroso que era preocuparse mucho en el ataque, por lo que ahora habían tomado la misma alineación que nosotros. Mostraron desesperación, ese sentimiento contagio a todo su equipo, mientras que al nuestro solo nos inyectaba dosis y dosis de esperanza, pues verlos con expresiones de insatisfacción, dejaba ver quienes tenian el control del juego. Durante los siguientes 20 minutos el equipo contrario estuvo desviando el balón fuera de la cancha y tapando los tiros que haciamos directo al arco. Tenian mucha suerte, no habilidad, sino suerte. Fueron duros los instantes donde todos, estoy seguro, creimos que terminaria en un empate, lo que significaria una derrota para nosotros, o mejor dicho para ellos significaria una derrota por parte de nosotros. Hasta que sucedio un milagro. Minutos antes de que terminara el partido, el numero 4 del equipo contrario bloqueo de manera violenta al numero 6 de mi equipo, en su area. El contrincante se metio de una manera tan violenta que mi compañero de equipo salio volando hasta caer de rodilla, la cual se agarro mietras gemia de dolor. El arbitro no dudo en sacar una tarjeta roja, y hacer una señal, que significaba para nosotros, un penal a nuestro favor. Pestañie para asegurarme de que eso no fuera un sueño. Mi equipo y yo nos juntamos haciendo un circulo para decidir quien tendria el honor y el peso de realizar el penal. Las miradas recorrieron a cada uno de los presentes, a la misma vez que cada mirada era desviada al chocar con otra, menos la mia. Al darme cuenta de que los presentes no estaban preparados para este momento, decidi tomar el mando, sin elección, sin voto, al igual que este partido, sin opinión de ninguno, me elegi a mi mismo como el que decidiria el resultado de este partido de fútbol, de este juego. Porque era eso ¿verdad? un simple juego. Era un juego, sencillamente, con la complejidad de que el resultado del mismo, decidiria todo, eso es, todo. Me puse en posición frente al balón, mirando al arquero del equipo contrario, esperando el sonido que tomaria como señal de golpear el balón. Pensé; este momento seria recordado como el momento más alegre que jamás haya sucedido, siendo un simbolo de la esperanza y la lucha perseverante, o simplemente un amargo recuerdo en la mente de los supervivientes, si es que lo habían. O me ganaba el odio del mundo entero, o el amor del mundo entero. Yo no sufria, mi equipo no sufria, pero las personas que nos esperaban ahí, sufrian las consecuencias. Me odie a mi mismo, ¿porque yo? ¿porque yo estaba aqui y no ahí?. Miré al cielo de nuevo. ”Perdonenme” dije soltando la última lágrima que resbalaria en mi rostro. Sonó el extraño sonido, y supe que era el momento. Tragué saliba, retrocedí dos pasos, y me encamine al destino de la humanidad. Patie lo más fuerte que pude, pero a la vez calculando que el balón no fuera por encima del arco. El balón salio disparado hacia la esquina izquierda superior del arco. Esos segundos fueron los mas largos que pude sentir en mi vida, pude ver claramente las consecuencias que dependian del gol que fuera a suceder o que fuera a ser tapado. El balón giraba y giraba en al aire, hasta que fue atrapado. El arquero cogió en seco el balón, deteniendo el corazón de todo mi equipo. El juego debía continuar. A los 5 minutos, sonó por última vez, el sonido que daba señal al fin del partido. Empate, y el trato era claro. Miré al arbitro. ”Por favor, es un empate, vayamos a penales” le dije sollozando. El arbitro hizo otro sonido, uno más desgarrador, que hizo que yo y mi equipo nos llevaramos las manos a los oidos. En ese momento todos miramos al cielo. Pude sentir los rostros de horror de cada persona que se encontraba en ese circulo celeste y blanco llamado tierra que se podia ver desde donde estaba parado. ”Perdonenme” murmure una vez más. Me tome de mano con mi equipo, y nos quedamos mirando el cielo, esperando lo inevitable. En seguida nuestro planeta, nuestro mundo, nuestro hogar, fue partido en dos como si un rayo lo hubiera atravesado. Hubo entonces una lluvia de luces, una exploción tan grande que retumbo en el planeta donde estabamos parados. Al calmarse, se dejo ver un espacio vacío, en el que una vez estuvo nuestro hogar, nuestro planeta, nuestra tierra. En ese instante bajó del cielo una máquina de los más delgada, que decendió hasta nosotros. Los seres del otro equipo subieron a la nave ahora ya ubicada cerca de ellos, sin siquiera mirarnos a los ojos, como si todo se hubiera tratado de una práctica. La nave despegó hacia quien sabe donde, nosotros nos quedamos exactamente en donde estabamos, sin alma, sin pensamientos y sin esperazas. Vimos como la nave se alejaba de nosotros, a la par que cambiabamos la direccion de nuestra vista al espacio vacío en donde alguna vez estuvo nuestro hogar. zombiegirl
Posted on: Sun, 30 Jun 2013 03:58:06 +0000

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