El Perfume de mi Padre De niño me acostumbre a usar el perfume - TopicsExpress



          

El Perfume de mi Padre De niño me acostumbre a usar el perfume de mi padre. Recuerdo que cuando solía ir a su apartamento en Santo Domingo, casi siempre en mi viaje de retorno a La Romana, me traía en mi equipaje un frasco de su perfume. Al pasar de los años me acostumbre tanto a ese perfume, que durante más de veinticinco años fue el perfume que me identifico. Prácticamente por lo intenso de su olor, en muchos lugares donde ni siquiera había tocado la puerta la gente solía decir ahí viene Juan Julio. En una ocasión unos amigos muy queridos por nosotros, me regalaron un perfume de otra marca, mi esposa insistía en que porque no usaba este perfume nuevo y abandonaba el viejo, al principio me resistía porque decía para mis adentros es que el otro perfume es el que usa mi padre y el que yo llevo usando desde pequeño, es el olor que me identifica. Pero sabes que, después que use el perfume nuevo, me encanto su fragancia, su olor no era tan intenso como el anterior, me daba una sensación de olor grato, no era extravagante, ni tan intenso como el otro, al contrario su olor cálido emanaba una sensación de tranquilidad. Con el paso de los días hice la transición de un perfume al otro, hasta el extremo que ya hacen unos seis o siete años que uso el perfume nuevo, y cuando por casualidad me topo con alguien que use el perfume que yo solía usar, me repele, me afecta enormemente las glándulas pituitarias y hasta siento que me da alergia. Es la misma reacción que nos suele pasar a los seres humanos que hemos probado el olor grato de la presencia del Espiritusanto. El que lo prueba una vez, siempre quiere seguir probándolo. Y es que la presencia de Dios en nuestras vidas provoca cambios, nos hace dejar de usar el perfume viejo, el cual huele a pecado, nos hace examinarnos y ver que aquellas cosas que considerábamos normales, hoy nos repelen porque nos lleva a una vida de pecados, a una vida apartada de Dios, por eso como el perfume de mi padre, años después de dejar de usarlo me causa alergias y me repele, asimismo nos pasa a los que hemos conocido de Dios, con el pecado, no queremos verlo ni cerca nuestro. Al contrario queremos hacer como aquella mujer la cual con el frasco del perfume de Alabastro, no le importó que no la hubiesen invitado a la fiesta donde estaba el Maestro, no le importo que costara 300 denarios, no le importó lo que los fariseos que a lo mejor eran clientes habituales suyo en lo privado, dijeran en público que ella era una mujer de reputación dudosa, no le importó las murmuraciones, ni nada de lo que dijeran de ella. Su objetivo era agradar a Jesús y por ello, ella derramo su frasco de perfume sobre el y con sus lágrimas enjugo sus pies. Es como si al derramar ese perfume sobre Jesus, ella sintiera liberación de toda su vida anterior, y así eliminar el vacío existencial que había en su vida antes de conocer al Señor, pues a diferencia del perfume de mi Padre terrenal que es pasajero, el del Padre celestial dura para siempre, pues es eterno. Alguien puede sentir su presencia y oler su rico aroma?
Posted on: Fri, 13 Sep 2013 12:39:37 +0000

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