El Rey y su Profeta La misión iniciática de Fernando Pessoa © - TopicsExpress



          

El Rey y su Profeta La misión iniciática de Fernando Pessoa © Julio Figueroa Jofré, por el texto. 2004. © Bajo los Hielos, por la edición. 2004. (...) Pessoa y el sebastianismo El Rey don Sebastián es una figura mítica en el mundo cultural portugués. Reinó confusamente y se caracterizó por su irrevocable voluntad de atacar al mundo moro y realizar indiscriminadas cruzadas. Su temple lo llevó a pelear él mismo y morir en manos musulmanas. No hay definición absoluta de sus razones, pero la fuerza mítica que adquirió su figura comenzó con el propio enigma de su muerte. J.M. de Queiroz Velloso (1943) nos habla de las figuraciones populares que se generaron ante las tantas versiones de su muerte, cuya única certeza fue que cayó en el campo de guerra. La confusión produjo incluso incredulidad sobre el final de su vida, y algunos mantuvieron la creencia que estaba vivo. Esta creencia se transformó en superstición popular, pero adquirió condiciones distintas cuando un zapatero compone una serie de versos que hablan en clave esotérica de la muerte y regreso mágico del Rey don Sebastián a la nación portuguesa para darle la vitalidad imperial de sus orígenes. He aquí que la versión histórica y documental –"profana" diría Guénon- entra en discusión; pues la voluntad guerrera del Rey don Sebastián no es sino su absoluta adherencia a las órdenes de caballería, de donde nacen las agrupaciones iniciáticas medievales, como el rosacrucianismo y la orden templaria (iii). El zapatero que compone los esotéricos versos es Gonzalo Eanes de Bandarra; sus letrillas hablan en tono profético de la llegada de un tiempo futuro donde reinará la paz absoluta y la gloria de Portugal, y termina refiriéndose al rey del que hablamos. Dice el mismo Bandarra: As Chagas do Redentor E salvador Sâo as armas de nosso Rei: Porque dadas por Vitoria Daquele alto Rei da Glória Por memoria A um Santo Rei barâo. (XCV, citado por Dalila Pereira da Costa 1997: 266) La expresión es hermética y religiosa a la vez. Es la profecía de un tiempo absoluto, combinado con resabios de la resurrección redentora y teleológica de Jesucristo: "Tirará toda a escória/ Será paz em todo o mundo" (Sonho Segundo, XCV, en Pereira 1997: 268). Junto con la profecía redentora del Rey don Sebastián se adjunta la venida de un Quinto Imperio Portugal. Estas rimas fueron rescatadas por el jesuita Antonio Vieira. Éste fue intérprete formal de Bandarra y un continuador suyo desde el cristianismo. Dirá que "Era o Imperio Consumado de Cristo debaixo do nome de Quinto Império (...) As partes, circunstâncias e felicidades de que se compôe esse novo e mais perfeito Imperio, ou estado eram a extirpaçâo de todas as seitas de infiéis, a conversâo de todas as gentes, a reforma da Cristandade e a paz entre os príncipes" (en Pereira 1997: 267). Para Vieira, entonces, lo dicho por Bandarra es una total profecía, pero una en que su fe podía estar segura, y darle la vitalidad que prometió Cristo. Es prueba que Vieira, antes que cristiano, era también un iniciado, pues sólo así podría haber abierto su religión a un mito como éste. Pessoa, por su parte, "asegura que el jesuita fue fiel intérprete de Bandarra, y su continuador, y que ostentaba la dignidad de gran maestre de la Orden Templaria de Portugal, orden esotérica sin duda alguna" (en Crespo 1998: 2). La fuerza de aquel poeta desconocido y la de uno de los intelectuales más originarios de Portugal como fue Vieira dio lugar al arraigo del mito del Rey don Sebastián y su Quinto Imperio. El poeta de los heterónimos, más allá de las supersticiones populares, hará confluir todas estas manifestaciones en una tradición más alta y profunda, pero con una localización propia: Portugal (iv). Pero lo importante es reconocer que Pessoa se hace continuador de esta tradición, y su obra circulará completamente en torno a esta idea. Hay un conocido fragmento pessoano que dice: "en el Tercer Cuerpo de sus Profecías, Bandarra anuncia el regreso de don Sebastián (poco importa ahora lo que entiende por este ‘regreso’) para uno de los años comprendidos entre 1878 y 1888. Ahora bien, en este último año sucedió en Portugal el acontecimiento más importante de su vida nacional desde los Descubrimientos; a pesar de lo cual, debido a la misma naturaleza del acontecimiento, pasó y tenía que pasar inadvertido" (en Crespo 1998: 23. Cursiva en el texto). En ese 1888 citado por Pessoa tuvo lugar su propio nacimiento. Cabe preguntarse ¿qué anunciaba Pessoa con ello? ¿la encarnación del Rey en sí mismo? ¿O su propio nacimiento dentro de una obra anunciada y una misión posterior? La misión de Fernando Pessoa. Pessoa dirá: "hay tan sólo una especie de propaganda con la que se puede levantar la moral de una nación, la construcción, o renovación, y la difusión consecuente y multimodal de un gran mito nacional...tenemos afortunadamente el mito sebastianista, con raíces profundas en el pasado y en el alma portuguesa" (en Crespo 1998: 96). Aquí se señala lo esencial de la obra pessoana, la recuperación intencional y multimodal (heterónima) de un mito, el del Rey don Sebastián. Con esto se puede interpretar de manera correcta las palabras de Pessoa al final del acápite anterior: Pessoa es el tercero después de Bandarra y Vieira, el tercer profeta elegido para la reivindicación temporal y mesiánica del Rey don Sebastián. El concepto de poeta que se maneja estará imbricado con el oficio hermenéutico (o hermético) de la traducción simbólica. El poeta es así depositario de una tradición, y su poesía se expresa a manera de revelaciones: "A criaçâo literaria é, para Fernando Pessoa, uma das faces do misterio iniciático" (1997: 361). Esta idea no es original, pero fue practicada por el poeta portugués con la mayor entereza posible. De ahí viene las referencias a San Pablo, que hablará de los dones espirituales como de diversidad de lenguas y la comunicación de los mensajes (Corintios, 12, 10-11; 14, 1-15), y que coincidirá con las virtudes de Pessoa, que domina el inglés, el francés, y su idioma materno. Pero el mismo San Pablo exige que el don de hablar en lenguas vaya acompañado del don de interpretarlas. Pessoa es un poeta que está a medio camino entre un don y otro. Pero la expresión en Poesía de las lenguas extrañas es la dignidad espiritual que necesitan para ser interpretadas. El poeta vuelve a Hermes, el que traduce la lengua divina para dar los mensajes a los hombres. El poeta lusitano habrá desarrollado toda su obra en torno al mito sebastianista, pero a la vez se inscribirá en una tradición hermética mayor y más compleja: la del Rey del Mundo. Esta tradición hunde sus raíces en las religiones originarias, y se conecta en la base de todas las tradiciones. Su manifestación más difundida es Jesucristo, redentor resucitado, y quien trae la justicia y el orden. Pessoa dirá en un texto inédito todas las concepciones del Rey don Sebastián que presume, y verán los lectores la evidente proyección iniciática del mito sebastianista: King Sebastian, the man King Sebastian, the hope King Sebastian, the symbol King Sebastian, the Master King Sebastian, the Christ Todos los nombres dados son sólo seudónimos de un desconocido, de un Encubierto dirá Pessoa, que es ese rey divinizado de una tradición iniciática más antigua y seria. Es el Rey la presencia de la divinidad real y teleológica. En la propia raíz de rey, según Guénon (1985: 10), encontramos la raíz rex y regere, de ordenamiento, regulación, regencia. Es la idea del Chakravartî o «monarca universal» en la tradición hindú. Lo que señala Pessoa es un discurso, un conjunto de ideas profundas y tradicionales, que van más allá de la circunstancia portuguesa, incluso sebastianista. Cuando Pessoa señala que en 1888 se da el acontecimiento más grande de la historia de Portugal, está diciendo dos cosas: según la tradición más antigua del Rey del Mundo, en 1890 "los pueblos de Agharti saldrán de sus cavernas y aparecerán sobre la superficie de la tierra» (Guénon 1985: 43), cuando se señaló que el rey del mundo había nacido ese año en un monasterio de Narabanchi; por lo tanto, la mención del poeta portugués no es ingenua ni individual sino que se conecta con otras interpretaciones del Rey del Mundo; luego, la localización que hace a la vez del año 1888 es el anuncio de su nacimiento, posible profeta, y la expropiación del mito universal a la vida portuguesa. La localización del mito universal del Rey del Mundo en el mito sebastianista, en aquél tiempo, y desde un Portugal originario, se justifica, según Guénon en que "los hechos históricos corresponden a un simbolismo temporal, y los hechos geográficos a un simbolismo espacial; por lo demás, entre los unos y los otros hay un lazo o una correlación necesaria, como entre el tiempo y el espacio mismos, y es por eso por lo que la localización del centro espiritual puede ser diferente según los periodos considerados" (1985: 62). Es difícil indagar por completo en las conexiones esotéricas de Fernando Pessoa, que se expanden por la cábala, la tradición rosacruz, la tradición templaria, la masonería, en fin. Hay quien incluso ha interpretado su celibato como una recuperación de la austeridad cátara (Centeno 1997: 362). Pero su conocimiento de la cábala pudo haber influido en su misión: la de construir el "templo", un ambiente, una iluminación sobre la cultura portuguesa para la llegada del Rey del Mundo, que era para él, el Rey don Sebastián. En esa misma tradición hebraica, la divinidad se manifiesta a través los ‘intermediarios celestes’ que son la Shekinah y Metatron, donde "Shekinah es la ‘presencia real’ de la Divinidad" (Guénon 1985: 12). Sin embargo, el paganismo de sus heterónimos, y de él mismo, le permite ir y venir por todas las tradiciones, lo conveniente a un buen esotérico. Es su único libro publicado, en 1934, titulado Mensagem, el soporte difusor de sus ideas. Allí está expuesta toda la apropiación doctrinaria de la tradición del monarca universal en la historia portuguesa: el poemario es un desfile de reyes y héroes que culminan en don Sebastián y en la formación del Quinto Imperio. Es conveniente revisar el poema "Padrón" para dar cuenta de la misión de la que se hizo responsable: Grande es el brío, el hombre es, ay, pequeño. Yo, Diogo Câo, navegador, planté este padrón al pie del arenal trigueño y hacia delante navegué. Divina el alma es pero imperfecto el arte. El padrón a los cielos y a los vientos hace saber que, de la obra osada, ya está hecha mi parte: con Dios está la por hacer. Y al inmenso y posible océano muestra este escudo que aquí ves que el mar con fin será griego o romano: que el mar sin fin será portugués. La cruz en lo alto dice que lo que hay en mi alma y me impulsa, febril, a navegar sólo hallará de Dios en la perenne calma el puerto siempre por hallar. (traducción de Crespo 1998: 170) Este poema, a mi parecer, resume la misión de poeta y profeta en el contexto mayor del proyecto religioso del Rey del Mundo. El "brío" de su obra es enorme, pero su condición humana sólo le permite ser un anunciador, quizás un "intermediario celestial" entre el mundo y su divinidad. Asimismo, el brío es propiciado por el alma divina, pero la obra es, y siempre será, imperfecta. Estas oposiciones parecen ser aporéticas, pues se manifiesta aquí la vieja dicotomía entre sueño artístico y obra realizada. La misma que hará decir a Pier Paolo Passolini en su versión cinematográfica de El Decamerón: "para qué hacer la obra de arte si basta con soñarla". Más aún en el caso de Pessoa, que según nuestra interpretación, pretende que el arte poético sea profecía de la venida de un Rey salvador y absoluto. Pero la dicotomía entre obra real y sueño perfecto del arte está lejos de ser aporética: el poeta no debe hacer "toda" la obra, sino preparar el cimiento, el padrón. Por ello Pessoa no hace la obra, sino que, como intermediario celestial, propone el padrón, la estructura, el modelo, el pilar, el templo donde se reciba al dios: el padrón poético de Pessoa abre el camino para la venida del Rey don Sebastián, instalando el templo donde se verá la iluminación. El poema, por otro lado, se ubica en la segunda parte de el libro Mensagem, parte denominada "Mar portugués". El mensaje pessoano, el padrón, es dado a Portugal, imperio marítimo. La localización es relativa, decía Guénon, pero la localización portuguesa no es arbitraria. El poeta lusitano reconoce en la lengua portuguesa una vertiente inciática que los europeos han perdido; luego, en la historia portuguesa están contenidos descubrimientos y símbolos que la hacen más idónea para la apertura del Monarca Universal. De perillas es que "entre todas as naçôes desse Ocidente foi Portugal que na Idade Moderna assim assumiu no sebastianismo, em todo o seu pleno sentido, a concepçâo tradicional do rei divinizado, e doador, depois da sua morte, da salvaçâo a seu povo." (p-270). La preferencia pessoana por Portugal puede reducirse a un sentimiento nacionalista, pero también a que el mito sebastianista, como bien lo decía el poeta portugués líneas arriba, es todavía muy fuerte en esta nación. Unidamente, Crespo (1998: 45 ss) ha interpretado muy bien el isotópico marítimo de Pessoa como una reflexión, un rescate mitológico. El mar es el escenario donde se dan las búsquedas fundamentales de todo pueblo y toda cultura. Lo que hay en Pessoa es el tópico argonauta: el busca la interpretación de los mensajes divinos como el vellocino de oro que buscaban los argonautas. Hay más de una referencia de Pessoa al mítico viaje griego. Pero él es portugués, y la figura de Diogo Câo, navegante portugués del siglo XV cuyo escudo son dos padrones alzados sobre roqueríos, es una metáfora de su misión viajera (en sentido simbólico) y descubridora. Él es un argonauta de la historia moderna, que busca el vellocino de oro, que es, según interpretaciones varias, la búsqueda del Graal, de los tesoros fundamentales, de la Piedra Filosofal. El Graal equivale a lo buscado por Pessoa: la absoluta solución a la decadencia moderna, la paz y la justicia, la "vuelta", el "regreso" de un Rey. (Hay que seguir entendiendo el mito sebastianista como adecuación de la tradición más grande del "Rey divinizado", y, según las últimas ideas, de manera menos profana y más hermética.) Pero el mítico viaje mítico griego (los argonautas, el viaje a los infiernos de Orfeo, donde también hay un río previo), y el romano (Virgilio, en su descenso a los infiernos), han tenido fin, no han conseguido nada. Los mares grecolatinos son finitos, pero el Mar Portugués es infinito. El poeta lusitano es el último profeta sebastianista, y también el último navegante en busca del elemento absoluto. Pero la obra profética de Pessoa, su osada navegación, es sólo una parte, la apertura de un camino: el resto queda en manos de DIOS. Con lo que hemos visto, 1888, año en que según Pessoa se da el acontecimiento más grande en la historia de Portugal, no es el nacimiento del Rey Divino, como algunos pudieran pensar, a pesar que se había pronosticado en otra tradición para 1890, sino el hecho concreto dado hasta ahora: el nacimiento no del Rey, pero sí de su profeta. Aquí la misión del poeta de convertirse en profeta se va haciendo cada vez más consistente. Dice Dalila Pereira da Costa (1997: 261) que "surge aqui na Mesagem, no seu grande amor a Portugal, como intérprete da sua história, despojado de todo esse ideal negativo, em toda a profunda esperança mesiánica para a sua naçâo; assim, como despojado de todo seu eu psicológico, exterior e falso, atingido seu eu verdadeiro, interior: como homo religiosus". En Mensagem, Pessoa aparece verdaderamente como el homo religiosus; mas no como piensa Dalila Pereira, cual una actitud, o una disposición. Es más bien el carácter neófito de su labor. La apropiación consciente de tan elevadas y cerradas doctrinas no se resumen en interpretaciones, informaciones, conjeturas: hay una misión iniciática detrás de todo ello. Será entonces que Pessoa irá haciendo cada vez más suya, y más seria en tanto, su tarea. En una carta a Ofelia, Pessoa dirá: "O meo destino pertenece a outra Lei, de cuja existencia a Ophelina nem sabe, e está subordinado cada vez mais à obediencia a Mestres que näo permitem nem perdoam" (cit. por Centeno 1997: 362). Quien lo cita ha visto en estas frases la apropiación cátara del celibato, pues es una carta a su única amada, repitiendo su negación a ser su verdadera pareja. Pero interpretado bien, es sólo otra disposición espiritual de Pessoa, que dice relación con la entrega total de sí y su obra a la misión encomendada. Con mención de la aparición de la revista Orpheu, en 1915, Pessoa dice en una carta a Côrtes-Rodrigues, que tiene una "conciencia cada vez mayor de la terrible y religiosa misión que todo hombre de genio recibe de Dios con su genio" (en Crespo 1998: 73). Quizá hay una suerte de enajenación del poeta por preparar el templo del Rey Divinizado que anuncia. De aquí viene el exceso creador de Pessoa, que hará de su obra la obra de múltiples poetas. Pero también la obra de toda una generación literaria (sus heterónimos), para llenar cualquier vacío poético, esotérico que su vida pudiera no bastar, y generar la existencia intencionada del Supra-Camoens. Camoens es el más grande poeta y sonetista en lengua Portuguesa. Pero esta presencia es sólo histórica e idiomática. El poeta más grande la lengua portuguesa es aquel en quien confluye la vertiente oculta de los símbolos tradicionales, y resume en sí la diversidad espiritual, las lenguas extrañas y la interpretación de los mensajes de Dios. Ese poeta es un Supra-Camoens, pero es Pessoa también. Pessoa o sus heterónimos, y la proyección espiritual de Bandarra y Vieira que vive en él. Hay un texto llamado "De la inutilidad de la crítica"; allí señala cómo es el tiempo el que ejecuta lo que la crítica literaria ha querido hacer, encontrar los autores y textos clásicos en plena contingencia literaria. Por tanto, ella no se daría cuenta que el poeta más grande de la lengua portuguesa, el Supra Camoens, haya aparecido ya (v). Asimismo, el poeta heterónimo irá politizando su obra y su misión. Escribirá un poema titulado "Ultimátum", bajo la autoría de Álvaro de Campos, donde condena toda la vanguardia poética y política europea, diciendo: ¡Europa quiere pasar de designación geográfica a persona civilizada! (...) ¡Lo que está ahí no puede durar, porque no es nada! ¡Yo, de la Raza de los Navegantes, afirmo que no puede durar! ¡Yo, de la Raza de los Descubridores, desprecio cuanto sea menos que descubrir un Nuevo mundo! (...) ¡Yo al menos, soy suficiente para indicar el Camino! Un poema político contra la decadencia europea; pero con la alusión permanente hacia el simbolismo de su poética, o hacia su manera de escribir y hablar. El énfasis yoico no es sino la referencia a su manera de hacer poesía, que, como sabemos, es traducción y profecía, y lleva consigo toda una tradición secreta y primordial. También la entrega total de Pessoa a su misión tendrá como consecuencia natural, adecuar ésta a la política contingente de Portugal. Sabemos que hay quienes hicieron coincidir al Rey del Mundo con Luis XIV, y que por eso su apodo de "Rey Sol" (Robin, 1990: 115). Lo mismo sucederá en Pessoa. En 1928, buscará la real llegada del Rey diciendo: "sólo a partir del año actual (‘cierra los cuarenta’ dice Bandarra) se puede empezar a entender qué fue y qué importancia tuvo. Pero...no creo que antes de aproximadamente diez años, a contar desde ahora, el pueblo portugués venga a enterarse de lo que se trata y de la importancia del asunto. Entonces...se verá que era cierta la profecía de Bandarra" (en Crespo 1998: 24). Ese "cierra los cuarenta", quiere decir no sólo los 40 años de Pessoa, sino los ‘40 de la historia de Portugal en el siglo XX, que tras largos y confusos disturbios políticos verá la llegada dictatorial de Sidónio Pais. Y por esperar la llegada del número 40, tiene también "un sentido de «reconciliación» o de «retorno al principio». Los periodos medidos por este número se encuentran muy frecuentemente en la tradición judeocristiana: recordemos los cuarenta días del diluvio, los cuarenta años durante los cuales los Israelitas erraron en el desierto, los cuarenta días que Moisés pasó en el Sinaí, los cuarenta días de ayuno de Cristo" (Guénon 1985: 25 ss) Sidónio Pais, asesinado a lo poco de su regencia, será una figura más del sebastianismo de Pessoa. Le dedica un extenso poema titulado "Á memoria do Presidente-Rei Sidónio Pais" (Seabra [coord.] 1997: 91), llamándolo "soldado-rei" que "E um mystico vislumbre chama/ o que, no plaino trespassado,/ vive ainda em nós, longinqua chamma -/O DESEJADO". Sidónio Pais es nuevamente un Deseado, alguien que vino y vendrá, y su muerte repite la muerte de don Sebastián en Alcazarquivir, porque "N’elle uma hora incarnou el-rey/ Dom Sebastiâo". Este poema confunde las convicciones políticas de Pessoa, también la fidelidad iniciática que había mantenido con su sebastianismo. La tradición del monarca universal, que pervivía a través de él y su poética, se había desarrollado de forma interior y cerrada., pero ahora se daban de forma exotérica y profana. La fidelidad del poeta a la tradición secreta de su poesía continúa. Así como muchos de los iniciados del siglo XX tomaron opciones políticas, Pessoa también lo hizo. Es la tentación que ejerce una supuesta proyección de la autoridad espiritual, a la cual Pessoa era fiel, en gobiernos temporales y mundanos (Guénon 1972). Un error al cual todo iniciado está expuesto. *** El exergo de Pessoa lo constituye Ricardo Reis, uno de sus heterónimos, quien expresa, como un otro confidente, las angustias proféticas de Pessoa, angustias que nacen de la confusión sobre su misión, de profeta o Mesías mismo. Él dice: Aquí, solo conmigo, me dejaron los dioses que disponen. No puedo contra ellos: lo que me han dado acepto sin más nada. Así el trigo se inclina al viento, y cuando cesa el viento, se yergue. Léase también: Los dioses y Mesías que son dioses Pasan, y sueños vanos que Mesías. La tierra muda dura. Ni dioses, ni Mesías, ni aun ideas que aportan rosas. Si las tengo, mías las tengo, ¿qué más quiero? (Traducción de Ángel Crespo 19987: 35) La in-voluntad es el estoicismo de Ricardo Reis, pero también la duda del mortal que es, en el fondo, el Pessoa responsable de una tradición iniciática y de su anunciación. El poeta lusitano dirá también en otra ocasión, a la manera de los cátaros y de los fascistas tradicionales, que "Outros haverâo de ter / O que houvermos de perder", frase cátara que representa la misión iniciática del hombre en la tierra pero su concreción en una dimensión temporal o espacial distinta (Julien 1995: 96), aludiendo precisamente a la concreción o no del reino que anuncian y esperan, lo mismo que Pessoa hizo misión, profecía y poesía, pero que jamás vio concretar cuando ha su muerte, en 1935. OBRAS CITADAS PESSOA, Fernando. 1998. Antología poética. El poeta es un fingidor. Edición y traducción de Ángel Crespo. Editorial Espasa-Calpe. Madrid. _________________2001. "Inutilidad de la crítica". Eróstrato y la búsqueda de la inmortalidad. Editorial Emecé. Buenos Aires. Pp. 161-165. _________________1979. Sobre Portugal. Joel Serrâo (Ed.). Ática. Lisboa. Pp. 177. _________________1997. Mensagem. Poemas esotéricos. Ediçâo Crítica José Augusto Seabra (coord.). Editorial ALLCA XX / Editorial Universitaria. Madrid. PEREIRA, Dalila. 1997. "A mensagem mesiánica". Ediçâo Crítica José Augusto Seabra (coord.). Op. Cit. CENTENO, Y.K. "O pensamento esotérico de Fernando Pessoa". Ediçâo Crítica José Augusto Seabra (coord.). Op. Cit. MICHELI, Mario de. 2000. Las vanguardias artísticas del siglo XX. Alianza Editorial. Madrid. ROBIN, JEAN. 1990. Operación ORTH. El increíble misterio de Rennes-le-Château. Traducción de Flavia Errea. Editorial Heptada. Madrid. JULIEN, Lucienne. 1995. La increíble odisea de los cátaros. La Iglesia y el Estado medievales unidos contra unos hombres de bien. Editorial Tikal. Girona, España. GUÉNON, René. 1985. El rey del mundo. Editorial Fidelidad. Buenos Aires. ______________1972. Autorità spirituale e potree temporale. Luni Editrice. Milano. QUEIROZ, J.M. 1943. Don Sebastián. 1554-1572. Editorial Espasa-Calpe. Madrid. Notas i.- Otras características de la obra del poeta portugués en coincidencia con la avangardte me pareció ver en una interpretación de Michelli (2000) sobre la vanguardias. La inclinación por la paradoja, la proyección del arte y el espíritu individual en la política, y el nihilismo total sobre el mundo, son también cualidades de estas tendencias. Por el concepto de antiartisticidad también podría entrarse en discusión, cosa que estuvo en boca de Pessoa. La inconciencia, el sueño, el simbolismo, no lo alejan para nada de este marco poético histórico. ii.- José Augusto Seaba (Coordenador) ha hecho una edición crítica de la obra esotérica de Fernando Pessoa. Ella contiene la mayoría de los poemas herméticos y esotéricos del autor portugués, además de una buena cantidad de estudios sobre este parte de la obra pesoana; véase Fernando Pessoa, 1997, Mensagem. Poemas esotéricos. ALLCA XX-Editorial Universitaria. Madrid. Es de importante referencia también los estudios de Y.K. Centeno y Stephen Reckert Fernando Pessoa: Tempo, Solidâo, Hermetismo, Lisboa, Moraes Editores, 1978; Y.K. Centeno, Fernando Pessoa, O Amor, A Morte, A Iniciaçâo, Lisboa, Ed. A Regra do Jogo, 1981; y Y.K. Centeno Fernando Pessoa e a Filosofía Hermética, Lisboa, Ed. Presença, 1985. iii.- Pessoa era versado en las órdenes iniciáticas, pero podríamos decir afecto o miembro espiritual de más de una de ellas. Existen poemas esotéricos y epígrafes de documentos iniciáticos de los rosacruces y los templarios, así como poemas dedicados Cristián Rosenkrutz. Véase José A gusto Seeabra (ed.) (1997: 165, 180). Pessoa se llama a sí mismo neófito, es decir, un iniciado. iv.- En referencia a Portugal, como siempre lo hará: "Que Portugal tome conciencia de si mesmo. Que rejeite os elementos estranhos. Ponha de parte Roma e a sua religâo. Entregue-se à sua própria alma. Nela encontrará a tradiçâo Secreta do Cristianismo, a Sucessâo Super-Apostólica, a Demana do Santo Graal. Todas essas coisas, necessariamente, dadas em mistério, representam a verdade íntima da alma, a conversaçâo com os símbolos". En Joel Serrâo (Ed.) (1979: 177). v.- Pessoa. 2001. "Inutilidad de la crítica". Eróstrato y la búsqueda de la inmortalidad. Editorial Emecé. Buenos Aires. Pp. 161-165. Pessoa dice allí: "Si el gran poeta estuviera por aparecer, ¿quién estaría allí para advertirlo? ¿Quién puede decir que aún no ha aparecido? (…) El gran poeta puede haber aparecido, ya…(p.164). URL de esta página: bajoloshielos.cl/13figueroa.html E-mail: [email protected]
Posted on: Fri, 20 Sep 2013 04:29:14 +0000

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