El anti todo La especulación luego de una caída se hace - TopicsExpress



          

El anti todo La especulación luego de una caída se hace evidente cada día más, creer que el mismo demonio tira de nuestros hombros ante las vibraciones de los años nos infiltra en nuestro mismo infierno. La sensación de estar flotando en una infinita nada que se contrapone al deseo de normalidad que me genera estar completamente lleno por miedo y desesperación, lleno por falta de algo, -¡Qué estúpida paradoja!-. Estoy completo por una inmensa nada, agobiado por la totalidad y el vacío que éste genera, tan lejos del todo; pero al haber avanzado tanto para ser nada que no encajo en un mundo humano, una sanidad se torna una locura en su sanatorio en forma de animal. Todo me sacia y repudia después de llenar la parte que le corresponde a su ser, qué lejos se torna de todo al acercarme a conocer lo que considero realidad, -¿Cuál difuso es todo al ser un melómano interior?, he mentido tanto que aquellas mentiras terminaron tornándose en mi realidad-. Es natural una plétora psiquis de un yo diminutivo; es natural aquel odio y subjetividad por gustos y disgustos de un ser racional, tener que lidiar con el vacío de una totalidad y el tecnicismo de aquí y no estar. Estar totalmente alejado de todo, estar lejos de cualquier cosa que genere bienestar y un repudio por el ser personal. El psicoanálisis brinda una solución congruente, la parapsicología como algo apocado por sí mismo, buscar respuesta en los estudios de los demás es similar al animal carroñero que llevo dentro. Es de apreciar y no pasar por alto que todo que las enfermedades son parte de uno como ellas de sí, el sentir que se supero una de ellas no siempre se toma con satisfacción; una beatitud arraigante que causa el aprecio y miedo por sucumbir al encontrase en la camilla de un hospital es algo que ciertamente causa satisfacción y en sentimiento indeleble en nuestro corazón; se escucha los latidos, artefactos y médicos correr de aquí a allá, los moribundos fenecer y sangre salpicar sobre mis brazos me da cierta ambigüedad sobre “El bien” y “El bienestar” que genera la muerte de un ser. Ser tan poco “humano” por no sentir pesar por otro muerto caer, pero sentir tristeza porque sea él el que se fue. Los sucesos con el pasar del tiempo se convierten en aquellos tañidos sostenidos por mi inmenso estado de malestar, la tristeza y felicidad que contrasta cada fecha más me hace querer ser polvo nada más. Estoy insatisfecho con la infinidad de las épocas con las que tengo que lidiar, las etapas y las miras en las que me tengo que atrincherar. Los suicidas se vástagan en una inmensa red de mentiras, pero tengo que admitir que aquel sentimiento cercano a la muerte es algo compensador; ahí está las tinieblas con un agridulce esplendor, en el abismo, como si esperase que me lanzara a él sin razón. Querer desprenderme de todo lo físico como si este mundo no existiera se torna cada día más común, mi alma aunque está podrida por lo que creo en mi razón, ansía de anhelos y sucumbación. Todo se torna tan inestable, tan rígido pero blando que me dan ganas de estallar en ira y melancolía, -Pero, ¿acaso eso no es lo que he hecho siempre?-, un humano con patología y fisiología común al de los demás, ejercitada y hábil a la hora de llegar; pero demasiado humano y sensible para no quererlo serlo más, un humano sin sanidad,-No digo que sea un anti humano, sino en efecto, me he convertido en mi anti todo, lo que odio y anhelo se combaten en mí, como si se tratase de un coliseo donde se libra una batalla sin fin-. Es inherente que posea algo que los demás no tengan; no es así, tengo brazos y piernas, ojos y boca que me permiten ser empírico por mí; pero los humanos cada día se tornan menos sensibles a lo que les llega y más idiotas e ignorantes entre sí, no saben distinguir en el mundo, o quizás universo, que se encuentra en el paradigma de sus sueños y el coplar de sus anhelos. El insomne y perturbador mañana, tan desconocido como cualquier canalla, se asoma a nuestras espaldas a tratar de tirar y destripar nuestras entrañas,-Yo deseo vivir el absoluto instante, el ahora palpitante; pero la duda sobre que va a suceder según mi metafísica me hace sucumbir a lo insólito y racional de sí-, es de admirar aquellos que tienen la dicha de “Viajar en busca de sí”; dejaron todo ignorando que se tienen ahí, morirán con la respuesta revolcada y pisoteada ante sus pies, pero serán felices porque vivieron una vida empirista sin metafísica o análisis que hay que hacer para entrar en la temporalidad. -Mis palabras se convierten en mi propia arma, pulsante y afilada, no sé qué digo o qué hago en mí, soy mi dolor y mi tormento pero con los días me encuentro en salvación, soy un anti todo, sumergido en mi inmensa nada, soy un mar de desdichas y sufrimiento a causa del vacío estrepitante de un todo sumergido en nada-. Me he convertido en una odisea estrepitosa, un Hamlet que le grita a su amada con puñales en su espalda. Una miseria en banquetes de reyes en las noches más solemnes. Soy mi propia espada que atraviesa mis entrañas; pero soy la cura atando la soga y cortando lazos de un corazón. Soy el nombre de un ungido, pero profano y orgulloso
Posted on: Fri, 08 Nov 2013 21:59:22 +0000

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