El capitán romano conocía la rutina de la crucifixión. (Marcos 15:37-39). En primer lugar los criminales crucificados fueron escupidos y maldecidos, y luego como su fuerza disminuyó la muerte sería lenta. Ahora, a caballo, ¡el capitán se puso cara a cara con la muerte de Jesús! Luego leemos Jesús clamó a gran voz, expiró. Eso llama la atención del capitán, porque las últimas palabras de Cristo en la cruz fueron: ¡Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu!” Jesús exclamó con gran voz, lleno de energía y había ordenado su espíritu a salir de su cuerpo. Ocurrió ese mismo instante. Jesús no murió de un corazón roto. ¡Murió de su propia voluntad! Mucho antes de esto, el Señor dijo en Juan 10:17-18 Tengo poder para poner mi vida...”...y fue observado por el soldado pagano. ¿La revelación del capitán y la conclusión? ¡Jesús es más que un hombre! ¡Jesús es el Hijo de Dios! ¡Jesús es mi Salvador! ¡Confiar en Jesús te trae paz
Posted on: Sun, 24 Nov 2013 19:54:03 +0000
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