El cetrero, por Paco Ariza. Siempre le gustaron los pájaros. - TopicsExpress



          

El cetrero, por Paco Ariza. Siempre le gustaron los pájaros. Antonio, que así se llamaba, solía criar palomos, cernícalos, y por supuesto, canarios, jilgueros, gorriones, y todo lo que se terciara. Sus vecinos, cuando veían algún pájaro herido, como vencejos, por ejemplo, se lo entregaban para su cuidado. Hete aquí que un día tuvo una gran oportunidad: Le regalaron un pollo de halcón peregrino. Con sus papeles y todo. Ni corto ni perezoso, le habilitó un espacio en la azotea de su casa, para que estuviese lo más cómodo posible. El pollo creció rápidamente, y Antonio se apañó del "equipo", pihuelas, guante, incluso unas gafas de sol como la que usan los pilotos. Con el tiempo, el pollo se convirtió en un avezado cazador, y Antonio solía reunirse con otros amigos que compartían su afición. Obediente, cual mercenario aéreo, daba buena cuenta de las incautas palomas, asestándoles un golpe para atolondrarlas, y luego cazándolas al vuelo. Uno de esos días, Antonio alzó el guante, le quitó la caperuza, y el bicho alzó el vuelo. Para no volver. Por mucho que lo buscaba, le silbaba, y lo añoraba, el otrora pollito había desaparecido. Pero un día, de esos que iba por el monte, escuchó algo familiar: El grito de su pollo. No iba solo. Estaba acompañado de una hembra. Rápidamente, alzó la mano, y mientras la hembra describía círculos, el halcón se lanzó en picado hacia su dueño. Se posó suavemente en el brazo, mientras que Antonio hacía el amago de darle de comer, el ave hizo el amago de estar comiendo. Acto seguido, levantó el vuelo, y junto a su pareja, desaparecieron para no volver jamás.
Posted on: Sat, 31 Aug 2013 17:52:55 +0000

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