El día de hoy amanecí con una bocanada de aire que lleno completamente mis pulmones de vida. Me siento a desayunar un pequeño rayo de luz que cae sobre la ventana, la cual me protege de la intemperie invernal tandilense, me brinda a través de su calidez, una sensación mágica, se siente como las caricias de mi madre, aquella que me cuida, me protege y me ama como nadie más. Recuerdo aquella vez que me encontré desolado de vida en una ruta interminable, donde un silbido me llamo la atención, busque por todas partes y lo único que pude ver, fue mi reflejo en un pequeño charco. Hablamos durante un instante, la conversación fue fluida, profunda y con el corazón. Le conté lo mucho que extrañaba a mis seres queridos (viejito lindo como te extraño) entre ellos a mi dulce madre, mi mamita linda, mi ángel y mi protectora, le comente que la extrañaba mucho, y mucho más en este tipo de lugares "una ruta interminable", fue en el preciso momento que escuche aquella vos, inesperada y resurgida de la mismísima nada, la cual me dijo: ten paciencia y calidez en tu corazón, tu madre, padre y tus hermanos ocupan una fracción de ese hermoso corazón que tenés, solo deja de sufrir y piensa en los bellos momentos que pasaron juntos, la telepatía funciona y en este preciso momento tu madre ríe de saber qué haces lo que más queres, viajar por el mundo como aquel viento que se integró a tu persona y que hoy hace lo que sos. El amor se siente en el aire así como se escucha en cada palpitar. Me siento libre, feliz y fluyo como el viento. Desdibujo en mi sonrisa distintos ánimos momentáneos pero la mirada nunca se manifiesta diferente, quizás mueva una ceja y luego la otra, quizás solo frunza un poco más uno de mis parpados pero la mirada es siempre es la misma, al punto de que llego a interpretarla a esta como el lenguaje del alma. A veces escucho sonidos y voces que me llaman, nunca cayán y parecieran conocerme, en mis momentos de tristeza o en situaciones difíciles, ellos aparecen, quiero creer que son una parte de mi pero de lo que estoy seguro es de su existencia, quizás su forma sea la de un duende o una hada (mi mente disfruta de imaginar la apariencia de esos seres de luz), de todas formas lo más importante es que nunca me dejan solo y se hacen mucho más presente en los momentos que más los necesito, gracias infinitas a mis amigos mágicos y cósmicos. Viejito lindo gracias por acompañarme y guiarme en este camino de luz y amor. Mis pies disfrutan de acariciar en cada paso a la madre tierra, mi vida se llena de vida sabiendo que el reencuentro con vos es inevitable. Hasta pronto gran luchador del cosmos!!!
Posted on: Sun, 15 Sep 2013 12:30:38 +0000